Comenzamos el Enredando desde Buenos Aires en comunicación con Laura Díaz, quien fue corrida del rol de jefa de residentes de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Tornú, por haber denunciado agresiones físicas y psicológicas al interior del hospital.
«Los maltratos son moneda corriente en la terapia intensiva del Hospital Tornú» señala Laura, y cuenta que esta situación en particular visibilizó el desinterés general en la formación en la residencia, en la sobrecarga de trabajo, en los hechos de violencia que son naturalizados entre los trabajadores de la salud y avalados por los funcionarios públicos de la salud. Tras denuncias formales, jornadas de visibilización en el Hospital y en el barrio mismo, la dirección del Tornú sigue sin dar ningún tipo de respuesta.
«Los violentos siguen ahí, en los mismos horarios de trabajo (…) Los que terminan castigados y sin trabajo son los denunciantes, las víctimas.» afirma la compañera. La residencia de UTI fue forzada a abandonar su espacio de trabajo y sus integrantes fueron obligados a dividirse entre diferentes hospitales, perdiendo la doctora Díaz el cargo de Jefa de Residentes de la UTI Tornú, para el que había sido votada por sus compañeros y compañeras. Una resolución del director del Hospital, Luis Castañiza les prohíbe, además, tomar guardias pagas en la Unidad de Terapia Intermedia, con el objetivo de cortar su vínculo con el Hospital y afectar directamente sus ingresos como trabajadores.
?Foto Prensa Obrera
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