Un Encuentro con identidad plurinacional y disidente
El inicio de la Asamblea Abya Yala fue con el pedido de permiso a la Pachamama, a la mapu, a la tierra, al territorio que nos sostiene, al aire que nos deja respirar, al viento que lleva nuestros sueños y nuestras rabias, a la Cordillera, a las montañas, a los ríos, a los árboles, a los pájaros: “Vamos a pedir permiso a la Pacha toda para encontrarnos acá mujeres, cuerpos plurales, disidencias, entre todas, todes que creemos que podemos cambiar el mundo”.
En todas las intervenciones de la asamblea del Abya Yala se reivindicó la identidad Plurinacional del Encuentro, siendo celebrado en forma permanente. De la misma forma se celebró y enfatizó la importancia de incluir a las identidades disidentes. El paso ganado en La Plata, se ha sentido bastante en este Encuentro.
Compartimos algunas de las palabras y sentires que se manifestaron en la Asamblea:
La pobreza y la explotación que atraviesan las personas de todo el planeta pesa con más fuerza sobre mujeres y diversidades: “Mujeres y diversidades indígenas originarias han dado batalla contra siglos de opresión, humillación, explotación, opresión, saqueo, violencia y muerte, prácticas coloniales, racistas y patriarcales que han sido ejecutadas por quienes han concentrado y siguen concentrando las riquezas en el mundo: el 1% que se apropia del 82% de la riqueza mundial producida por la clase trabajadora”.
“En Argentina los niveles de pobreza alcanzan 17,3 millones de personas, y 4,2 millones de personas viven en la indigencia. Las mujeres travestis trans somos las más afectadas. El trabajo formal, como medio para resolver las condiciones materiales de vida, quedó como parte de un imaginario viejo. Los salarios no alcanzan, la violencia laboral es permanente, falta acceso a la vivienda, sobrecarga en los trabajos de cuidados, falta de acceso a una jubilación digna, empleo informal, entre otros, hacen a la desigualdad moneda corriente”.
En otro de los ejes que se mencionaron están vinculados al trabajo: “Exigimos que se nos pague igual salario, por igual trabajo. Igualdad en las condiciones de acceso y permanencia en el ámbito laboral. Queremos salarios por encima del costo de la canasta familiar, porque no hay justicia social sin equidad, paridad laboral y salarial. Todes somos trabajadores. Reclamamos la licencia por la violencia de género en nuestros trabajos y también la ratificación y cumplimiento del convenio 190 de la OIT contra la violencia en el mundo laboral. Basta de acoso sexual y violencia de género”.
Las personas con discapacidad también estuvieron presentes en el Encuentro: “Dentro de los sectores que están más expuestos a vulneraciones nos encontramos las personas con discapacidades. Nosotres somos los que más sufrimos los ajustes. Por eso decimos que hay responsabilidad no solo del Estado sino de la sociedad en garantizar la inclusión, accesibilidad e integración en todos los ámbitos sociales como el derecho al trabajo y a la salud no estigmatizante y violenta. Es urgente abandonar el paradigma médico-rehabilitador, que nos ve como sujetes pasives sin capacidad de decisión, y abrazar el paradigma social con perspectiva en Derechos Humanos”.
Como en el primer día, las identidades travestis trans también tuvieron su protagonismo, junto a sus referentas históricas: “Queremos traer a la memoria a las compañeras militantes travestis trans que nos abrieron camino a las conquistas de derechos: a Lohana Berkins, a Mariela Muñoz, a Mocha Celis, a Nadia Echazú, a Claudia Pía Braudacco, a Maite Amaya y a Diana Sacayán. Ellas nos permitieron tener hoy la ley de identidad de género y el cupo laboral travesti trans que aún no se ha implementado del todo. A 10 años de la ley de identidad de género, menos del 10% de la población travesti trans accede a un trabajo formal. Esta es la continuidad del genocidio y abandono que históricamente seguimos padeciendo por parte del Estado nacional y provincial”.