Cuentos enfermizos

“Existe una especie de enfermedad de la narración. La tónica de la educación es preponderantemente ésta, narrar, siempre narrar. (…) En ella, el educador aparece como agente indiscutible, como su sujeto real, cuya tarea indeclinable es “llenar” a los educandos con los contenidos de su narración”, subraya Paulo Freire en Pedagogía del Oprimido (1).

        Y el sistema educativo nacional y provincial es un gran cuento.

Escribió el poeta León Felipe: “Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto.   Pero me han dormido con todos los cuentos…   Y sé todos los cuentos”. (2)

Y desde niños en la Argentina nos mecen con cuentos. Así nos quiere la plutocracia: apaciguados y estúpidamente alegres.       

Pedro Orgambide transcribe una reflexión del pedagogo Simón Rodríguez que resulta esclarecedora: “ Trato de razonar con mi discípulo (Simón Bolívar) los problemas que afligen a estas colonias de la América del Sur.-¿Sabe cuánto cuestan dos casquillos para su caballo? Cuatro pesos. Y un animal ordinario cuesta sólo dos… Esto ocurre porque no tenemos industria, Simón. Tenemos que comprar todo en la metrópoli…-         Es injusto-         Sí, es injusto.-         ¿Y qué podemos hacer?- pregunta.-         Rebelarnos ante esa situación- le digo, pero temo incidir demasiado en su pensamiento y transformarme de tutor en director de sus ideas. ¿No es eso lo que hacen los educadores de los gobernantes abusivos? ¿Es posible enseñar la libertad de pensar, de decidir por uno mismo? Trato de razonar esto con Simón (3)”.

La educación Argentina y santafesina no hace más que responder al orden político y económico mundial vigente. Ya nadie afirma que los opresores oprimen y las escuelas reproducen los mejores cuentos y los peores miedos.El ex Ministro de Educación Daniel Filmus cuando visitó la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación (el 16 de junio de 2004) fue categórico: “El ministerio es un lugar de concertación con los organismos internacionales de financiamiento educativo (4)”.

Desde los ’90 la consigna más repetida es “Educación y Trabajo”. Pero quién cuestiona que significa trabajar en un país que de no cambiar se asemejará a la actual Guatemala: “Los ricos ganan en un año lo que un pobre obtendrá durante una vida de trabajo (5)”.

El sociólogo y teólogo Francois Houtart tiene razón: “ Hay que afirmar y concretar el derecho de los pueblos frente al derecho de los negocios, lo que significa un cambio fundamental de la filosofía de los organismos internacionales, financieros y comerciales (6)”.Vale repetir: existen opresores y oprimidos. Y los cuentos de la plutocracia devienen manuales de estudio o bien bailes eróticos vía caños o TV.

A partir del 2009 la carrera docente en Santa Fe tendrá cuatro años de formación. “Es la primera vez que en el país hay un proyecto político integrado, serio y sostenido en el tiempo de formación docente desde donde se pueden plantear disensos, a diferencia de las políticas de ajuste, como hubo en los ‘90”, aseveró la Directora Provincial de Educación Superior e Investigación Educativa María E. Stringhini (7).Ni en los ’90 ni ahora el estado es aséptico pedagógicamente: formará sus docentes de acuerdo a los intereses de la plutocracia. O sea, por favor, no me vengan con más cuentos…

Darío Balvidares es claro: “El trabajo docente se degrada en la reproducción de un “cuerpo” de conocimientos que otros, los “expertos”, han decidido como “socialmente significativo”. Otros piensan, otros deciden, nosotros ejecutamos y planificamos lo que ya decidieron como “socialmente significativo (4)”.

“Y en medio de este contexto –asegura María Beatriz Jouve- se nos acostumbra la mano a escribir en las planificaciones las palabras de la empresa: la educación de calidad, el currículo flexible, los aprendizajes por competencias… Y a rezar la técnica FODA (Fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) para elaborar los proyectos, para “retener la matrícula” (o sea los niños) para que nos observe la supervisora, para que no nos cierren los cargos, para no perder la categoría (8)”.

En definitiva, una “reforma educativa” democrática y participativa debe iniciarse con el reconocimiento de que el modelo pedagógico de los ’90 en adelante ha fracaso para las aspiraciones y el bienestar de las mayorías. Sólo el pueblo (educación pública) puede interpretar la educación que el pueblo necesita: liberarse de los opresores y sus cuentos, amar y compartir  con su prójimo, transformar la realidad para beneficio colectivo.

Juan Carlos Tedesco, Daniel Filmus y Élida Rasino lejos están de proponer el camino de Paulo Freire: “Cuanto más investigo el pensar del pueblo con él, tanto más nos educamos juntos. Cuanto más nos educamos, tanto más continuamos investigando (1)”.

Ellos- gerente de los opresores- se dicen ministros y expertos. Pero alguien alguna vez se preguntó si saben algo más allá que sus cuentos enfermizos…Yo no sé nada. Escribo lo que veo, siento y leo. Ellos- síntesis perfecta de la adoctrinación estatal- son la retórica de los nuevos mandarines colonizadores.                                                     

Andrés Sarlengo

Contrapuntos

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Venado Tuerto Santa Fe

4 de agosto de 2008

(1)Pedagogía del oprimido. Paulo Freire. Siglo XXI Editores. Junio de 1997.

(2)Sé todo los cuentos. Antología rota. León Felipe. Editorial Losada S.A. Noviembre de 1978.

(3)El maestro de Bolívar. Simón Rodríguez, el utopista. Pedro Orgambide. Editorial Sudamericana. Mayo de 2002.

(4)La novela educativa o el relato de la alineación. Darío Balvidares. Redes cultura. Octubre 2005.

(5)Los ricos ganan en un año lo que un pobre obtendrá durante una vida de trabajo. Cerigua. 22/07/08. Fuente: Argenpress.

(6)Un socialismo para el siglo XXI. Francois Houtart. Rutcuadernso.org. 16/07/08 Fuente: Rebelión

(7)Desde el año que viene cambia la formación docente provincial. Matías Loja. La Capital. 26/07/08