“La apertura de los archivos es una consigna de la Marcha desde hace muchos años. Se repite cada año porque estamos convencidas de que existen”, explica Margarita Noia, integrante del organismo de Derechos Humanos Hermanos de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia, hermana de María de Lourdes Noia -detenida desaparecida desde el 13 de octubre de 1976- e hija de Pepa Noia, integrante y activa militante de Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora desde el 30 de abril de 1977 hasta su fallecimiento en 2015.
Según apuntó, la certeza acerca de la existencia de los archivos se encuentra en el testimonio de detenides que aseguran haber microfilmado en tarjetas lo que pasó con cada persona detenida desaparecida en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los centros clandestinos más emblemáticos.
“Tenemos la convicción de que si se toma la decisión política de abrir estos archivos, finalmente se daría una respuesta después de tanto sufrimiento, y sería una forma de darle cierta paz a las Madres y familiares que vivimos en un duelo interminable”, asegura.
Además, señala que el petitorio con más de 6 mil firmas -recolectadas en el medio de la pandemia- presentado en Casa de Gobierno por las organizaciones que integran el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, solicita al presidente Fernández que tome la decisión política de dar apertura a los archivos desde 1974 en adelante, debido a que consideran que “también tienen que ser juzgados todos quienes integraron las fuerzas paramilitares previas al Golpe de Estado del ´76”.
“Esta marcha es muy especial porque las Madres no pueden ir a la plaza, pero un grupo de hermanos y hermanas y gente que colabora estuvimos organizándola para que también se pueda hacer de forma virtual”, manifiesta.
Por otra parte, comenta que habrá mesas y paneles donde se abordarán distintas temáticas relacionadas a los derechos humanos, como los juicios contra crímenes de lesa humanidad, el derecho a la vivienda digna, el extractivismo y el medioambiente, además de la habitual ronda alrededor de al pirámide de todos los jueves.
La Marcha es de las Madres
La primera Marcha de la Resistencia fue el 10 de diciembre -Día de los Derechos Humanos- de 1981, cuando las Madres decidieron que una vez finalizada la ronda que realizaban todos los jueves entre las 15.30 y las 16 no se iban a retirar de la plaza sino que se quedarían a exigir una respuesta a la pregunta de dónde estaban sus hijos e hijas.
Esta pregunta que las Madres le realizaban al gobierno nacional de facto era la misma desde el 30 de abril de 1977, cuando bajo la iniciativa de Azucena Villaflor empezaron las rondas de los jueves, que no se detuvieron ni siquiera a pesar del miedo que quedó luego de que tres madres fueran secuestradas y desaparecidas en diciembre de 1977.
Durante la noche de esa primer marcha, las Madres estuvieron solas en la Plaza y, aunque les apagaron la luz, no se movieron de allí, aún sabiendo que podría pasarles lo peor.
Mientras tanto, en Casa de Gobierno el movimiento era constante debido a que ya había una disputa y problemas políticos serios entre quienes ejercían el poder.
“Ellas resistieron hasta el otro día, pero lamentablemente se fueron sin respuestas, como siempre”, relata Margarita Noia.
Además, destaca que a la par de las rondas de los jueves las Madres realizaban presentaciones a nivel mundial en la Iglesia, el Ministerio del Interior y las embajadas, pero nunca obtenían respuestas.
Para diciembre de 1982, la crisis en nuestro país había provocado muchos movimientos que hicieron que la dictadura militar eclesiástica y civil tuviera que empezar a dar marcha atrás en una serie de medidas. En ese contexto, las Madres habían decidido hacer la Marcha nuevamente, pero la policía les impidió el ingreso a Plaza de Mayo.
Lejos de resignarse, las Madres hicieron la marcha sobre Avenida de Mayo, donde se sumaron organizaciones y cada vez más gente que había empezado a acompañar su lucha, además de gente que pasaba por el lugar y decidía quedarse.
Tal como recuerda Noia, una de las consignas era “vení, vení, marchá conmigo que un amigo vas a encontrar, y en esta marcha de resistencia la dictadura se va a acabar”.
“Yo recuerdo esa marcha como si fuera hoy porque me sentía abrazada en esa consigna”, afirma.
Luego de esa manifestación multitudinaria, en el año siguiente las Madres optaron por adelantar la marcha porque en octubre se realizarían las elecciones y el 10 de diciembre asumiría el gobierno constitucional, que prefirieron no recibir con la Marcha de la Resistencia.
Fue por eso que la hicieron el 21 de septiembre de 1983, con una plaza llena de juventudes políticas, repleta debido a que era mucha la gente que por entonces acompañaba todos los jueves a las Madres.
Como señala Noia, lo único que no se permitía ingresar a la Plaza eran banderas de los partidos políticos.
“Esto no significa que las Madres estuvieran en contra de la militancia político partidaria. Al contrario, ellas reconocen que sus hijos eran militantes partidarios, pero consideran que esta marcha es de ellas, y las Madres no pueden demostrar ninguna forma de participación de este tipo porque el que vulnera los Derechos Humanos es el Estado”, refiere.
Luego de ese año, desde 1984 las Marchas de la Resistencia siguieron y las Madres permanecieron allí las 24 horas que duraba, sin importar el frío, viento lluvia o calor.
Al llegar el cambio de milenio en el 2000, la consigna fue “¿sabes cuál es la deuda del siglo?” en referencia a la falta de respuesta a los reclamos de las Madres que seguían sin conocer dónde estaban les detenides desaparecides ni los bebés nacidos en centros clandestinos apropiados por la dictadura.
Por otra parte, Noia recalca que la Marcha nunca dejó de hacerse, aclarando que en 2005 la Asociación Madres de Plaza de Mayo frente al gobierno de Néstor Kirchner decidió no participar de la manifestación y la retomaron recién durante la gestión de Mauricio Macri, pero las Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora la realizaron ininterrumpidamente.
“La Marcha de la resistencia fue, es y será de las Madres, porque al día de hoy siguen con una pregunta que no tiene respuesta, que es la de dónde están sus hijos e hijas”, declara.
“Las Madres nos han acompañado siempre. Nos abrieron el camino en el momento más oscuro de nuestro país, cuando estaban ellas solas en la Plaza pidiendo por sus hijos e hijas, y a su vez, hoy siguen pidiendo por todas las personas que quedan en la calle por despidos en las fábricas, por cada víctima de represión y detención en una movilización”.