“No sé si nos queda algún organismo en el mundo a quien reclamar”

Escrito por el 27/07/2020

Facundo Molares

Facundo Molares es un argentino que hace ocho meses se encuentra detenido en el penal de Chonchocoro, cárcel de máxima seguridad que se encuentra a 4 mil metros de altura y con temperaturas extremas, Bolivia. Facundo había llegado a Santa Cruz de La Sierra para trabajar como reportero gráfico, pero fue privado de su libertad luego de ser hospitalizado y operado por una insuficiencia renal, lo acusan de participar en el bloqueo de un puente. Hablamos con Hugo, su padre, quien hizo un repaso de estos meses de lucha por la libertad de su hijo. Por Enredando Las Mañanas.

Desde el golpe de estado del 10 de noviembre del año pasado, la situación que vive Bolivia en materia de derechos humanos no ha mejorado. La semana pasada la ONU celebró la reunión de la Comisión de Derechos Humanos, cuya máxima autoridad es la ex presidenta de Chile, la socialista Michelle Bachelet, quien manifestó una gran preocupación por la situación en Venezuela. El gobierno argentino se hizo eco y suscribió a esa posición, aunque las Naciones Unidas no tuvo la misma actitud condenatoria con otras realidades de otros países que son muy graves, como el caso de Haití, o la misma Chile, y con lo que pasa en Bolivia con la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez.

La situación de los derechos humanos en Bolivia es grave. Los muertos se cuentan por decenas desde el golpe, centenares de presos políticos y se está frente a un proceso eleccionario que se retrasa mientras mantienen proscriptos a los líderes opositores. La semana siguiente al golpe de estado, en noviembre del año pasado, murió el periodista argentino Sebastián Moro, con signos de haber sido golpeado antes de fallecer. La propia madre del joven dijo que su hijo murió de una forma muy sospechosa a los pocos días de denunciar al golpe de estado en Bolivia. La Comisión de los Derechos Humanos de la OEA le reclamó a Áñez que investigue y esclarezca la muerte de Moro, pero no hubo respuesta.

El caso que compartimos y difundimos hoy es el de otro argentino, el fotógrafo y reportero Facundo Molares, quién se encuentra preso hace ocho meses, siendo el centro de un proceso judicial plagado de irregularidades. En Enredando las mañana dialogamos con su papá Hugo para que nos cuente cómo fueron los hechos.

“Facundo viajó a Bolivia para cubrir el proceso eleccionario. En ese momento se producen tumultos y reacciones de la derecha boliviana y él se queda registrando esos actos. En ese ínterin se descompone. Él me informa que se sentía mal desde días antes, muy débil y con fiebre. El 11 de noviembre sufre una insuficiencia renal aguda y lo internan de urgencia en el Hospital Japonés de Santa Cruz de la Sierra”, relató Hugo.

“Cuando lo internan lo vamos a ver con mi compañera – continuó –. La policía no sabía quién era. Al igual que a Sebastián, le habían desaparecido la cámara, los documentos y el celular. Así y todo supuestamente no lo tenían identificado. Cuando yo llego voy a atenderlo, y a brindarle la atención necesaria con mi señora. En ese entonces nos detienen a nosotros y a él lo esposan a la camilla de pies y de manos. Lo trasladan a terapia intensiva después porque él tenía un problema en sus riñones, no funcionaban y tenían que hacerle diálisis urgente, y compramos todo lo necesario para que se lo hicieran. Después de que nos detuvieron no nos pudimos quedar en Bolivia porque nos expulsaron. Pasan diez días en los que él está en terapia intensiva. Logran recuperarlo a pesar de no habernos dado ninguna posibilidad de vida, pero en el hospital público del lugar realmente lo trataron muy bien”.

“El día 29, con una celeridad impresionante, le dan la audiencia en el hospital. Facundo recién había salido hacía un día o dos de terapia intensiva. Tiene la audiencia en silla de ruedas, bajo efectos de los fármacos y con una abogada defensora que la nombraron ese mismo día; es decir, sin ninguna preparación para defenderlo. Era una violación a todo su derecho de defensa. Ahí le dictan una prisión preventiva a cumplir en el hospital dada su situación. No les importó mucho, y a los dos días lo llevaron a la cárcel de Palmasola, una cárcel muy conocida porque la visitó el Papa hace unos años. De ahí lo trasladaron sin orden judicial ni médica a Chonchocoro, que es una cárcel que está a 4500 metros de altura, en el Alto de La Paz, siendo que Facundo estaba con hipertensión arterial, edema pulmonar e insuficiencia renal no curada y con un principio de pérdida de visión que hoy está muy agudizada. Hasta el día de hoy mi hijo está en esta situación”, detalló Hugo Molares.

ELMA: Argentina no reconoció como legítimo al gobierno de Bolivia. ¿Qué respuestas están teniendo de parte de la cancillería argentina o de la Secretaría de Derechos Humanos, y qué respuestas están dando los funcionarios del país?

Hugo Molares: No sé realmente si nos queda algún organismo en el mundo a quién reclamar. Lo hemos hecho con Naciones Unidas, con la OEA en la figura de petición, y en la solicitud de medida cautelar a la Secretaría de Derechos Humanos de la nación argentina tuvimos una reunión con (el secretario de DDHH, Horacio) Pietragalla, en la vieja ESMA. Tuvimos reuniones en Cancillería; por instrucciones del Papa, el obispo del Alto fue a interiorizarse por Facundo y lamentablemente este obispo falleció hace pocos días por coronavirus.

Hemos recurrido a todos los organismos de derechos humanos, a las Naciones Unidas en todas sus formas. A los organismos contra la tortura, contra la desaparición forzada de personas, organizaciones cristianas y hemos recibido apoyo de infinidad de organismos no gubernamentales. Quiero destacar que desde los funcionarios de los consulados de Argentina, tanto en Santa Cruz de la Sierra como en La Paz hemos tenido apoyo y recepción. No hemos tenido apoyo de funcionarios políticos, ni siquiera tenemos ninguna respuesta. Nos han ignorado completamente.

Entiendo que el gobierno argentino no reconoce al gobierno de facto boliviano y nadie puede estar en desacuerdo con lo que eso significa, en realidad las embajadas en ambos países están abiertas, los consulados están bien, los tratados comerciales siguen vigentes, o sea, esto no es un impedimento. Que el canciller argentino no se pronuncie en defensa del ciudadano argentino, un reportero que está preso ilegalmente en Bolivia, no es una excusa, no se admite que no intervenga en favor de una persona que está ilegalmente detenida.

Estoy al tanto de la causa legal y del expediente que es enorme y que involucra a mucha gente. No hay ningún problema en que se revise la causa y van a ver que es absolutamente violatoria del código procesal penal boliviano, del código penal boliviano, y de los convenios y tratados internacionales de derechos humanos.

ELMA: Ustedes hicieron una propuesta de hacer una cadena de mails al canciller Felipe Sola para que intervenga ante esta situación.

HM: Sí, esta propuesta está basada en la carta abierta que hicimos al presidente de los argentinos. Una carta que tuvo muchísimas firmas de personalidades públicas del país. La hicimos pública y Claudia Korol, periodista y escritora argentina muy reconocida en toda América, la llevó a manos del presidente. Por lo cual se le dio un expediente administrativo que se menciona en el mail. Nos sumamos a marchar por este mail a la Cancillería.


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