Obrerxs sin patrón en cuarentena

Escrito por el 16/04/2020

Pocos días antes del aniversario del comienzo del último golpe genocida en la Argentina, el gobierno nacional paralizó todas las actividades por la llegada del “enemigo invisible” al país. La medida, con el objetivo de reducir la propagación del virus covid-19, dejó fuera del plan a numerosos sectores que dependen de su circulación para sobrevivir, entre ellos a las gestiones obreras. Lxs trabajadorxs de empresas recuperadas y de cooperativas –entre otrxs- ven imposible el acceso al –por cierto, insuficiente- Ingreso Familiar de Emergencia, por no cumplir con los requisitos establecidos. Lxs mismxs obrerxs que hace años sostienen proyectos productivos y políticos que ponen el pan sobre sus mesas, hoy resisten uno de los tal vez mayores obstáculos que el estado les impone, después de haber sorteado tantos: el aislamiento represivo.

Esta “cuarentena obligatoria”, sostenida en la militarización de todos los territorios con las distintas fuerzas represivas y campañas del buen vecinx botón, todo avalado y promovido por la pandemia psicológica del terrorismo mediático que incitan los gobiernos; es también el escenario en el que quedan explícitamente polarizadas las diferencias entre quienes están pasando una “cuarentena amigable” –con todo lo que implica, igualmente, el encierro- y quienes están pasando un período de desesperación por no poder obtener ingresos para sostenerse. Las cerámicas tuvieron que dejar de producir, obligadas por el decreto 297. Cae Babylon, a pesar de producir alimentos y por ello estar exceptuada de esa orden, también tuvo que cerrar sus puertas porque, al no haber circulación de gente, tampoco había ventas. Traful Newen, de las obreras textiles, tuvo que reconvertir su producción, por lo que continúan activas y sumaron a dos trabajadorxs.

El Zumbido reunió testimonios de trabajdorxs de Traful Newen (ex trabajadoras de Textil Neuquén), FaSinPat (ex Zanón), Cooperativa Confluencia (ex Cerámica Neuquén) y Cae Babylon para saber qué está pasando en la ciudad de Neuquén cómo están sobreviviendo a este escenario no apto para trabajadorxs sin patrón.

 

Cae Babylon. 13 años resistiendo sin patrón.

“Estamos atravesando una situación muy compleja, hemos tenido cerrar las puertas de nuestro local hacia la venta, ya que no estábamos vendiendo ni recaudando lo necesario para afrontar ni siquiera la materia prima para producir, por lo tanto no hemos pagado ni alquileres, ni servicios, ni impuestos”, relata Natalia Bergman, de Cooperativa Cae Babylon: “estamos tratando de destinar lo poco que nos queda a garantizar los sueldos de los compañeros y las compañeras, pero se hace muy difícil; no hemos cobrado la totalidad de lo que veníamos cobrando, para nada, creo que no llegamos ni a la mitad de lo que estábamos llevándonos cada uno y una por mes”.

La trabajadora de Cae Babylon, cuenta también que iniciaron “los pedidos y exigencias a distintos funcionarios provinciales y municipales sin ninguna respuesta aun”. Asegura que “estos proyectos y cooperativas, como en el caso de Cae Babyon que lleva casi 13 años de vida en la ciudad, somos los que fundamentalmente terminamos sosteniendo los puestos de trabajo ante las distintas crisis que atraviesa el país y siempre nos vemos enfrentados y enfrentadas a las pocas o casi nulas políticas del estado hacia estos sectores”. Con indignación, cuestiona “cómo se siguen beneficiando las grandes cadenas, empresarios, cadenas de distribución de alimentos, y no hay ninguna medida para estos sectores”.

“Estamos exigiéndole a los funcionarios, a los gobiernos del estado provincial y municipal, alguna respuesta para poder seguir subsistiendo”, ya que “no sabemos cuánto tiempo más durará esta medida del aislamiento, entonces vemos verdaderamente muy incierto nuestro futuro”, subraya y agrega: “es por eso que afirmamos nuestro compromiso de poner nuestras instalaciones y nuestro trabajo para que el estado garantice la compra de la producción para brindárselo a la comunidad”.

A pesar de la situación que están atravesando “nos pusimos al hombro la tarea de poder elaborar pan para los comedores y merenderos de los barrios del oeste y en ese sentido fue que empezamos a pedir también donaciones de materia prima para elaborar el pan para poder llevar esa producción, porque entendemos que hay gente que está pasando mucho hambre y también siempre fue nuestra forma de colaborar, del lado de las trabajadoras y los trabajadores”.

Zanón. 18 años resistiendo sin patrón.

“Si hay algo que termina de desnudar esta pandemia es la profunda desigualdad social que existe en el mundo, en nuestro país y en nuestra provincia”, asegura Raúl Godoy, de FaSinPat: “cuando se aborda una crisis sanitaria de tal magnitud, siempre son los sectores de trabajadores y sectores populares los más golpeados por esta crisis”. En su caso, “venimos con una gestión obrera a la que se le ha negado sistemáticamente desde hace muchos años la posibilidad de renovación tecnológica; estamos trabajando con maquinaria muy vieja y con mucho gasto de energía, tanto de luz y de gas”, entonces “la cuarentena, la prohibición de trabajar, de producir, de vender, golpeó en el corazón de la fábrica”, ya que “no había stock acumulado por corte de luz previos y problemas técnicos que habíamos tenido producto del atraso tecnológico justamente, entonces nos agarra prácticamente sin stock y en una situación muy crítica”.

“Hemos presentado al gobierno en dos oportunidades notas solicitando un salario de cuarentena, en el caso de Zanón un salario de 20.000 para cada trabajador y trabajadora, entendiendo que somos fábricas productivas que estamos privados de trabajar justamente por un decreto presidencial y por orden del gobierno, entonces se debiera entender que los trabajadores tienen que comer”, cuenta el obrero ceramista: “en el caso nuestro, las gestiones obreras viven del día a día, de la producción y venta cotidiana, semanal” y “en esto somos muchos los ‘emprendimientos’ que estamos padeciendo esta situación”. Godoy refiere que “tampoco en los planes nacionales de Alberto Fernández han entrado las cooperativas, las gestiones obreras, etcétera, ha habido planes absolutamente insuficientes y miserables, que no son ninguna solución concreta”.

Están sosteniendo la fábrica con guardias y presentaron una nueva nota exigiendo que les permitan comenzar a producir. También realizarán un fondo de lucha. Mientras tanto, se pusieron en contacto con las autoridades de la Universidad Nacional del Comahue que integran el comité de crisis “para poner nuestras fábricas a disposición: tanto Zanón como Cerámica Neuquén estamos ubicados geográficamente en un lugar estratégico para la logística y distribución de insumos y demás, así que ofrecemos nuestras fábricas para depósitos y centros de distribución de insumos”. El ceramista asegura que “estamos dispuestos a reconvertir nuestra producción para la fabricación de alcohol en gel, para reparación y montaje de respiradores; esto lo hemos hablado con las autoridades de la UNCO y lo que nos han manifestado es que faltan insumos” y concluye que “la cuarentena no es para todos igual, esta situación de pandemia no la sufre todo el mundo igual y los trabajadores tenemos la posibilidad de generar una alternativa de un plan de emergencia sanitaria”.

Cerámica Neuquén. 6 años resistiendo sin patrón.

“Esta situación de la pandemia y de la cuarentena nos ha llevado a un lugar mucho más complicado de lo que veníamos, porque tuvimos que parar la producción, las ventas”, comienza a relatar Bernardo Retamales de la ‘cooperativa Confluencia’: “cuando surgió esto del coronavirus y se empezó a instalar acá en Neuquén, hicimos una asamblea y tomamos la decisión de que los compañeros mayores de 60 años y los que tengan alguna dificultad de salud, compañeros que podían ser de alto riesgo de contagio, iniciaran la cuarentena y se quedaran en sus casas y el resto quedarnos a cubrir guardias en la fábrica.

“No fue fácil porque la información que iba entrando todos los días iba agravando más la situación, entonces algunos compañeros no se animaban a circular para venir a la fábrica, pero la mayoría tenemos la necesidad de cubrir la fábrica, ya que la protegemos nosotros los obreros”, entonces “por medio del sindicato presentamos una nota al gobierno para que nos dejen circular a los ceramistas de las gestiones obreras, porque era sumamente importante que nosotros protegiéramos el cuidado de la fábrica”. El ceramista contó que algunxs recibieron amenazas por parte de la policía en los controles, “los compañeros en ese sentido sienten un poco de preocupación en salir y venir a la fábrica por la amenaza de la policía que acapara las calles, persigue a los trabajadores o a los pobres que por ahí tienen que salir a hacer un manguito porque esta cuarentena no es igual para todos: la pasarán bien los empresarios, pero el pobre no la pasa bien porque no tiene cómo hacer el ingreso de dinero para sostener a su familia y los ceramistas estamos en esa situación”.

“Los compañeros en su gran mayoría están con distintos turnos, mañana, tarde y noche, la situación es cada vez más grave porque al no poder producir no vendemos y no podemos generar el dinero para nuestras familias, entonces se nos está agravando aún más la situación”, asegura Retamales, y al igual que lxs obrerxs de Zanón, “hicimos un pedido al gobierno de un monto de dinero para cada compañero, que ronda los 20.000 pesos, pero no hemos tenido ninguna respuesta; los 10.000 pesos esos que irían a percibir aquella gente que no tiene ingresos, los créditos para las empresas, algunos subsidios, no encuadra nada en las gestiones obreras, nosotros no podemos acceder a nada de esos anuncios que ha hecho el gobierno, tenemos que seguir sosteniéndonos con nuestro esfuerzo nada más; siempre nos han dejado afuera”.

“Somos del grupo de gente que si no producimos no vendemos y no vamos a tener ingreso y no vamos a poder llevar adelante la fábrica”, expresa con preocupación y cuenta que “hemos tenido los cuidados necesarios de sanidad, el uso de barbijos, alcohol en gel, lavandina, si bien es re difícil conseguir; las obreras textiles han donado barbijos, está bueno que entre las gestiones obreras podamos ayudarnos, pero no alcanza con eso; pensamos que el gobierno más allá de mantener una cuarentena o querer ir levantando de a poco, vamos a necesitar que nos provea de insumos, de alcohol, lavandina, y la verdad se nos hace muy difícil y son necesarios y del cuidado de cada persona; no está de más mencionar que el gobierno provincial no se lo garantiza a la ciudadanía y tampoco se los garantiza a los trabajadores de la salud”.

Retamales finaliza diciendo que “ahora tenemos que rever cómo vamos a seguir, cómo vamos a producir” y cuenta que van a hacer “un pedido formal al gobierno de que queremos producir tomando las medidas necesarias de sanidad, no sé si nos irá a contestar o autorizar, tenemos que hacer un pedido formal para que nos ayuden económicamente a este mes y pico que llevamos parados”.

Obreras Textiles. 3 años resistiendo sin patrón.

“Apenas se inició la pandemia, que no solamente nos afecta a nivel nacional sino mundial, desde la gestión obrera de las obreras textiles decidimos reconvertir la producción y poner la gestión obrera al servicio del sistema de salud pública y de la comunidad” narra Marina Catilao, trabajadora de Traful Newen: “de esa comunidad que nunca nos abandonó, que no solamente acompaña a estas trabajadoras desde el conflicto del 31 de enero del 2017 cuando los empresarios nos dejaban en la calle, sino que hoy sigue acompañando a la gestión obrera”. “Sabemos muy bien que los empresarios no solamente despiden a millones de trabajadores a nivel país y a nivel mundial, sino que también son los que lucran con nuestra salud, entonces nos parecía importante reconvertir la producción y hoy en día se están realizando barbijos, camisolines, botas, cofias y todo tipo de indumentaria sanitaria para el sistema de salud”, asegura la obrera y cuenta que “mientras los empresarios imponen rebajas salariales, despiden a trabajadores con el aval de la burocracia cómplice, nosotras como trabajadoras tenemos el orgullo de decir que hemos hecho completamente lo contrario a esto, hemos incorporado a dos trabajadores emblemáticos del Parque Industrial, como lo son Franco Vergara, delegado de los trabajadores de MAM, y Carmen Puel, quien fuera parte de la comisión de mujeres de los compañeros madereros de MAM”.

Catilao afirma que “estamos más que orgullosas de lo que estamos haciendo todos los días, con lo que esto implica, el miedo al contagio, a contagiar a la familia, pero completamente convencidas de que la decisión que tomó la asamblea de trabajadoras, que fue poner la gestión obrera al servicio del sistema de salud y de la comunidad, era lo correcto, porque estamos convencidas de que somos las y los trabajadores los que le podemos dar una verdadera salida esta crisis, que no es solamente sanitaria, sino que es también económica y que sabemos muy bien que los que más la vamos a sufrir somos los sectores de abajo, los sectores más populares y los sectores trabajadores” e indica que su rol en este momento, como la puesta a disposición de las instalaciones de las cerámicas y otras gestiones obreras, “son pequeñas muestras de la fuerza que tiene la clase trabajadora ante estas situaciones de pandemia”.


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