Sobre los derechos humanos de ayer
Written by Red Nacional De Medios Alternativos on 25/01/2014
Pasadas las 15 comenzó una de las charlas denominada “Derechos Humanos de Ayer”, donde participaron diferentes panelistas invitados/as, entre ellos Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, madre del desaparecido Hugo Orlando Midán; María Cristina Guerra, ex detenida-desaparecida en el ex CCD Mansión Seré; Andrés Destéfani, hijo de Silvia Suppo; Victoria Moyano, nieta recuperada; Cachito Fukman, de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos. “Esta es una de las charlas quizás más importantes”, definió Rosaura Barletta de la Comisión familiares y amigos de Luciano Arruga y presentadora de la mesa.
“Esta es una de las charlas mas quizá más importantes, definió Rosaura Barletta de la Comisión familiares y amigos de Luciano Arruga, y presentadora de la mesa “DDHH de ayer”. “Ahora escucharemos los referentes de los derechos humanos que llevan mucho mas tiempo que nosotros exigiendo lo que queremos reivindicar, aunque siempre es en la misma línea: una lucha contra la represión del Estado.” Rosaura agregó además que “en este panel hay personas que nos vienen guiando hace mucho tiempo, referentes históricos de los DDHH que nos cruzamos todo el tiempo por la calle.”
Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, madre del desaparecido Hugo Orlando Midán, abrió el panel denunciando que “A 5 años de la desaparición de Luciano nadie dice nada, nada pasó, como son tantos se cubren entre ellos. Para ellos los pibes pobres son unos negros de mierda, ¿y a ellos como se los puede llamar? que utilizan a los pibes para sus fines. Y otros de los culpables son lo que hablan de justicia social pero no procuran soluciones; decían “algo habrán hecho” y lo siguen diciendo.” “Los pibes deben ser respetados, para que no les pase como Luciano, y sobre todo, que no bajen la ley de imputabilidad a los 14 años, porque mas tarde va ser desde que nace” -razonó Elia Espen- “mejor seria buscar las causas del por qué y solucionarlas: no está mal ayudarlos a que estudien, y si no trabajan es porque que no hay trabajo; sería bueno que en las escuelas aprendan oficios, se sentirían mucho mejor los pibes”- opinó desde este primer panel denominado” DDHH de Ayer”.
“Respeto a los aborígenes” uno de los derechos humanos que el gobierno olvidó
La madre del desaparecido Hugo Orlando Midán, expresó “creo que son muchos los derechos humanos, yo digo “no hambre”, “no mas gente en la calle”, “no a la represión”, “poder pensar y decir lo que quieras”, “respeto a los aborígenes”, algunos se los derechos humanos que el gobierno olvidó, pero tambien depende de nosotros, no callar lo que pasó, dejar a los jóvenes un país sin corrupción” –puntualizó- agregando además que “ la asunción de Milani es una burla a los derechos humanos, que pretenden que nos abrazemos a los genocidas. Tengo mucho dolor, mucha bronca, pero no voy a abandonar la lucha nunca. Creo que vienen momentos difíciles, tenemos que tener la valentía de unirnos, sin rivalidades, demostrar que crecimos, para tener el país que nos merecemos, sin víctimas y decir sí se puede, por todos los chicos desaparecidos. Por Arruga, por López y por todos los desaparecidos en democracia, presente! 30 mil detenidos desaparecidos ¡ Presente!, Ahora y ¡Siempre!”-exclamó junto a todos los presentes-.
“Nosotros luchábamos, no por una sociedad más igualitaria, sino por la Revolución”
Por su parte, Maria Cristina Guerra, ex detenida desaparecida, expresó: “como militante de la década del 70 nosotros luchábamos, no por una sociedad más igualitaria, sino por la Revolución. Nosotros éramos subversivos porque queramos cambiar el mundo, y esto es fundamental tomarlo en cuenta” -recalcó María Cristina – y opinó que “la revolución se hace con la solidaridad de clase”. Guerra repudió además la discriminación de clase, y enfatizó que “la clase obrera es la clase que mueve el mundo (…) hay que construir en unidad, no importa si no pensamos igual en el 99 por ciento de las cosas. Es fundamental la unidad para construir un espacio que sea conjunto; por esto es por lo que estamos luchando, por que verdaderamente se hagan los derechos humanos una realidad”- enfatizó y opinó-: “Necesitamos hacer la patria socialista, no hay otro camino, y yo creo que el espacio de Luciano va marcando un espacio de inflexión entre distintas personas. Hasta la victoria siempre!”-se despidió maría Cristina-.
“Nosotros luchábamos, no por una sociedad más igualitaria, sino por la Revolución”
Por su parte, María Cristina Guerra, ex detenida desaparecida, expresó: “como militante de la década del 70 nosotros luchábamos, no por una sociedad más igualitaria, sino por la Revolución. Nosotros éramos subversivos porque queramos cambiar el mundo, y esto es fundamental tomarlo en cuenta” -recalcó María Cristina – y opinó que “la revolución se hace con la solidaridad de clase”. Guerra repudió además la discriminación de clase, y enfatizó que “la clase obrera es la clase que mueve el mundo (…) hay que construir en unidad, no importa si no pensamos igual en el 99 por ciento de las cosas. Es fundamental la unidad para construir un espacio que sea conjunto; por esto es por lo que estamos luchando, por que verdaderamente se hagan los derechos humanos una realidad”- enfatizó y opinó-: “Necesitamos hacer la patria socialista, no hay otro camino, y yo creo que el espacio de Luciano va marcando un espacio de inflexión entre distintas personas. Hasta la victoria siempre!”-se despidió maría Cristina-.
Victoria Moyano, nieta recuperada, nacida en cautiverio en el centro clandestino de detención el Pozo de Banfield, reflexionó acerca de la situación de la lucha por los derechos humanos de ayer y de hoy.
“Yo a lo que me comprometí en esta mesa vamos a hablar de todas las generaciones que peleamos contra la impunidad. Pero también hay que hablar de una impunidad que viene desde el ‘83 a esta parte”, comenzó Moyano y agregó: “Yo fui apropiada y luego encontré mi identidad producto de la lucha de las madres, las abuelas y las otras organizaciones de derechos humanos. Pero pese a que se han abierto algunos juicios, hay que decir que lo que pesa en este país es la impunidad. Realmente sabemos muy poco de los desaparecidos y de sus destinos”.
“Pensemos que de 864 militares procesados, solo el 60% de los que tienen condena está en prisión efectiva. Este gobierno no ha tenido voluntad de que metan presos a los genocidas, por eso no han abierto los archivos para tener toda la información disponible sobre quiénes participaron de la dictadura. Ya se cayó eso de que este es el Gobierno de los derechos humanos. Porque después nos tuvimos que enfrentar a la Ley Antiterrorista y como si fuera poco después vino el Proyecto X, y después vino la designación de César Milani (al frente del Ejército), y después vino la designación de Alejandro Granados (como Ministro de Seguridad de la Provincia ), ex intendente de Ezeiza, lugar en donde lo apodaban como el ‘mataguachos’”, señaló la nieta recuperada.
Luego afirmó: “Hay organismos que estuvieron históricamente ligados a la lucha por los derechos humanos, que apoyan las medidas de este Gobierno con discurso progresista, como la designación de Milani. Esto es una vergüenza. Las cosas hay que llamarlas por su nombre. Yo me comprometí a dar una posición política, que es retomar la bandera de los revolucionarios y luchar por todas y cada una de las libertades democráticas y los derechos de los trabajadores”.
“Por eso, cuando luchamos por Luciano Arruga, por Julio López, por Silvia Suppo es la muestra de que nosotros no perdonamos y no nos reconciliamos, que seguimos en la lucha. De la misma forma cuando nos enfrentamos a las condenas de los trabajadores de las Heras, yo creo que es en estos casos cuando nos encontramos mucho más cerca de los 30 mil desaparecidos”, concluyó Moyano.
Enrique “Cachito” Fukman, de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos (AEED), comenzó su intervención en la mesa haciendo referencia a la característica de las luchas unitarias en los ’70 y las diferencias con la fragmentación que existe hoy en los frentes de lucha.
“Nosotros hacíamos lo que hacíamos con un sentido de solidaridad y compañerismo. Muchas veces nos encontramos en estos días con que en los frentes de masas, el compañero que tenemos al lado porque piensa diferente es el enemigo, eso me cuesta mucho entenderlo. Porque podemos provenir de diferentes organizaciones, pero en aquel momento si pertenecíamos a distintos frentes, íbamos a trabajar juntos”, destacó Fukman.
“El problema central para discutir en esta etapa es qué mundo queremos construir, si partimos desde ahí tenemos un 99% de coincidencia entre compañeros que estamos en distintas organizaciones. Esto tiene que ver con lo que estaba planteando Vanesa, tiene que ver con lo de por qué luchamos” aseguró y agregó luego: “Esto se une con lo de Luciano Arruga, aunque muchos quieran separar la lucha de los derechos humanos de ayer y de hoy”.
“Si nos ponemos a pensar, lo que nosotros no queríamos era que no pase lo que pasó con Luciano. No queríamos una ciudad en la que la policía desapareciera gente” apuntó para luego focalizar: “Hay que ver que tanto ayer como hoy desaparecen sectores populares. Podemos discutir sobre las diferencias entre los niveles de conciencia y organización, pero siguen siendo sectores populares los que desaparecen”.
Más adelante, el integrante de AEED se refirió a la situación de la ESMA. “Los otros días hablaban de los jóvenes NI-NI, hay que se hijos de puta para definir una generación como NI-NI. Y justamente en estos días desde AEED estamos en una pelea que para algunos no tiene que ver con esto, pero para nosotros sí: qué se hace con el Casino de Oficiales de la ESMA. Y tiene que ver con esta definición de jóvenes NI-NI, tiene que ver. Porque eso justamente lo que han estado intentado hacer ahí, y lo hemos enfrentado”.
“En la ESMA hacen comidas, asados, hay payasos, hacen murga, Fuerza Bruta ensaya ahí. Y ahora el último lugar donde todavía se hablaba de lo que pasó ahí concretamente, quieren hacerlo todo tecnológico. O sea, buscan que no se piense. Y todo eso, la memoria es sintentizada en la figura de Hebe de Bonafini. Que con una lucha incontestable durante los primeros 20 años de gobiernos democráticos, que es incuestionable, plantea que en los ‘70 se luchaba por este país que tenemos ahora. Nosotros no creemos eso, no es esto por lo que peleábamos”, afirmó Fukman.
“Hay que decir que hoy muchos de los jóvenes que militan en esos espacios, lo hacen para hacer carrera política, para salvarse, y nuestros compañeros hace 40 años renunciaban a los cargos por diferencias políticas, y más allá de estar acuerdo o no con si tácticamente estaba bien, ellos demostraron que no estaban ahí para salvarse a si mismos”, aseguró.
“Nosotros estamos planteando que hay que construir una memoria que lo que haga es rescatar esos valores, esa lucha, esos objetivos, porque si había algo en lo que podíamos llegar a coincidir los compañeros en aquella época, era en los objetivos, podíamos tener diferencia en los cómo, pero no en los objetivos”, remarcó.
En el mismo sentido, Fukman señaló: “De esta forma se pretende que las ideas revolucionarias desaparezcan, las ideas subversivas, y hay que decir que nosotros no queremos mejorar esta sociedad, queremos construir otra”.
El integrante de AEDD concluyó asegurando: “Podíamos en aquel momento discutir mucho en otros aspectos, pero en los frentes de masas trabajábamos en unidad. Tenemos que empezar a plantear nuestras luchas en ese horizonte revolucionario que planteábamos en aquel momento, pero no porque la revolución está a la vuelta de la esquina, nunca esta a la vuelta de la esquina, pero tenemoss que empezar a plantearlo como horizonte. Hay que entender que la lucha reivindicativa tiene que tener como horizonte la lucha revolucionaria. Ahí podremos decir que estaremos levantando la bandera de los 30 mil detenidos desaparecidos. Ahí nuestra lucha del presente va a empezar a tener otro horizonte, el de construir esa sociedad, ese mundo, por la que los 30 mil desaparecidos dieron su vida”.
Luego fue el turno de Andrés Destéfani, hijo de Silvia Suppo. Silvia estuvo secuestrada durante la última dictadura cívico militar, fue testigo en el juicio contra genocidas, y fue brutalmente asesinada el 29 de marzo de 2010 en el local que tenía en la ciudad santafesina de Rafaela, tras haber recibido durante mucho tiempo amenazas sistemáticas.
Su familia denuncia que su asesinato tiene que ver con su carácter de testigo y con la falta de protección de parte del Estado.
Andrés comenzó agradeciendo la invitación: “es un orgullo y alegría compartir esta jornada en memoria de Luciano. Desde un primer momento Familiares y Amigos fueron un punto de referencia, un ejemplo de organización y lucha para nosotros”.
Luego se refirió específicamente a su ciudad, Rafaela: “El discurso dominante dice que es una localidad próspera económica que no padece los flagelos que padece el resto del país, pero para los que vivimos ahí sabemos que no es así, tiene su presencia de represión, pobreza, marginación, exclusión. Tiene su pasado también de represión, pero también su historia de militancia y resistencia. Rafaela tiene entre 18 y 20 compañeros desaparecidos y muertos, y un gran número de militantes, uno de ellos era mi vieja, Silvia Suppo, y cuento su historia porque es representativa de la ciudad y la provincia”.
Destéfani contó que su madre empezó a militar muy joven, primero se acercó al Hogar de Menores Madres, participó de una agrupación que articulaba a todos los Centros de Estudiantes de los colegios de la zona. Militó en el barrio Villa Podio, un asentamiento que fue arrasado en 1976, ni bien asumió el primer interventor militar en la ciudad.
En ese barrio, Suppo comenzó a integrarse a la JP y a la estructura de Montoneros junto con su compañero Reynaldo Hattemer, su novio hasta ese momento, que hoy está desaparecido. La causa de Hattemer fue impulsada por Suppo desde un primer momento, ella hizo las denuncias ante la Conadep y el juzgado del magistrado Reynaldo Rodríguez, que durante diez años no produjo sin avances. Rodríguez es el mismo juez que luego investigaría por dos años el asesinato de la propia Silvia.
En enero 1977 fue secuestrado Reynaldo, dos meses después ella y varios de sus compañeros fueron víctimas de un operativo del que participaron el Ejército y la policía local. Estuvo tres años secuestrada, donde fue violada en varias oportunidades y obligada a abortar.
Una vez en libertad, Suppo fue una importante testigo en la causa contra Víctor Brusa, que terminó con la primera condena a un juez federal del país.
A tres meses de conocerse la sentencia, el 29 de marzo de 2010, Silvia fue brutalmente asesinada de nueve apuñaladas mientras trabajaba, luego de años de recibir intimidaciones y amenazas.
“Desde un primer momento y como todos conocemos y padecemos los mecanismos para garantizar la impunidad, los mismos que se repitieron en la causa de Jorge Julio López, los mismos o muy similares que en la causa de Luciano Arruga. Nos costó un año que se dejara de tramitar en el juzgado provincial como un crimen en ocasión de robo. Gracias a la lucha que mantuvimos en la calle logramos la federalización y a pesar del constante trabajo de nuestros abogados y de nuestra militancia, después de dos años y medios no logramos que el juez federal que tramitaba la causa impulsara la investigación correspondiente como se lo exigían distintas instancias superiores. Por suerte pudimos lograr hace pocos meses la recusación de este juez y la causa pasó a otro jugado federal en Rosario. Allí presentamos distintas medias que están en instrucción, todavía no se llevaron a cabo y no tenemos los resultados”.
Luego, Andrés Destéfani compartió el micrófono con Agustín, un militante de Rafaela, quien contó: “milito en un barrio, en un centro cultural, está volviendo de a poco a nacer el espíritu militante en una ciudad donde es difícil contrastar este discurso de prosperidad, quiero destacar que los que estamos impulsando este espacio somos militantes independientes, nos sentimos herederos de la lucha de los compañeros de esa época, estamos generando militancia en el mismo barrio donde militaba Silvia y eso nos pone como compañeros de ella también, esa es nuestra voluntad, la necesidad de volver a aportar la lucha, que es una misma lucha”.