Carta pública al presidente de Colombia, Álvaro Uribe

Escrito por el 24/09/2009

¡Por la paz en Latinoamérica, no más bases militares estadounidenses en nuestro territorio!
adhesionescartapublica@gmail.com.

Sr. Presidente de Colombia
Lic. Álvaro Uribe
 Los abajo firmantes decimos:
Somos un grupo amplio de ciudadanos y ciudadanas de distintos países del mundo, preocupados por la situación que actualmente vive Latinoamérica. Sabemos que la región está tomando alta temperatura ya que comienzan a sonar tambores de guerra, lo cual es altamente preocupante.
La guerra nunca es algo bueno para los pueblos. Si alguien se beneficia de ella -por cierto hay quienes se benefician, eso es innegable- nunca son los ciudadanos comunes, los trabajadores y trabajadoras, los campesinos, las amas de casa, quienes viven de un salario, los jóvenes en su gran mayoría, los que sobreviven de la economía informal.
No queremos guerra.
En nombre de la lucha contra el narcotráfico y contra el terrorismo -dos fantasmas demasiado manoseados pero nunca bien definidos- en sus distintos gobiernos, el país que usted dirige se militarizó en forma alarmante. Y curiosamente, ninguno de los enemigos supuestamente combatidos por su administración ofrece miras de estar al borde de la derrota. Nos preguntamos entonces: ¿es necesario, útil, prudente continuar con políticas guerreras, o convendría buscar salidas consensuadas? Por supuesto, nos inclinamos abiertamente por los consensos.
En nombre de ese combate -casi con valor de “guerra santa”, según su parecer- usted está permitiendo la instalación de más bases militares de una potencia extrarregional en territorio de Colombia. Aunque se nos pudiera decir que eso es competencia sólo de colombianas y colombianos, estamos seguros – el derecho internacional nos ampara- que no es así. Es más, no sólo el derecho sino la ética, el buen juicio y nuestro inalienable derecho a reaccionar ante injusticias o acciones que ponen en riesgo nuestra integridad y la de los nuestros, hace que estemos absolutamente en desacuerdo con esa carrera armamentista que su política dispara y propicia. Aunque la reciente reunión de presidentes de la UNASUR en Bariloche, Argentina, no lo condenó en forma explícita, nosotros y nosotras, como pueblo preocupado por lo que se nos viene encima, reaccionamos y le decimos que no puede darse luz verde a esa maquinaria de muerte en territorio latinoamericano. No podemos aceptar la instalación de esas nuevas bases militares de Estados Unidos para las que su gobierno ha dado el beneplácito.
Usted, Sr. Presiente Uribe, pudo quedar en la historia de Colombia y de Latinoamérica como un mandatario con amplio apoyo popular, por lo que hubiera merecido una felicitación. Por el contrario, tenemos la seguridad que la auténtica historia lo plasmará como el jefe de Estado que más apostó a la guerra regional. Un grave proceder del que nadie  podrá absolverlo. Mancharse las manos con sangre de inocentes provocando un enfrentamiento armado en nuestros países, lo desubica de una realidad que optó por la unión de nuestros pueblos en momentos de luchas antiimperialistas y por la soberanía de nuestro Sur.
Sr. Presidente, repudiamos este sacrilegio que no estamos dispuestos a tolerar. Es probable que usted sea una vez más candidato presidencial para las próximas elecciones de mayo del 2010. Sin entrar a cuestionar la pertinencia o no de la posibilidad de una nueva reelección -gracias a algún mecanismo legal por el que otros mandatarios de la región fueron satanizados pero que en su caso, curiosamente, la gran prensa comercial de todo el mundo no levantó una sola voz de protesta- nos permitimos llamarlo a no presentarse en la futura contienda electoral. Si bien podrá alegarse que, según las últimas encuestas (de Invamer Gallup, por ejemplo) su pueblo acepta su nominación en un 64%, también debe informarse que según otros estudios de opinión, como por ejemplo el desarrollado por el telenoticiero CM&, dirigido por Yamid Amat, su popularidad llega sólo a 34% (encuesta rápidamente silenciada, valga decir, y reemplazada por esta otra donde su aceptación se dispara).
Entendiendo que sus administraciones han militarizado la región; que con la admisión desembozada de los nuevos enclaves estadounidenses los países latinoamericanos quedamos totalmente a merced de esas fuerzas militares (¡y no somos ni narcotraficantes ni terroristas!), le reclamamos que ponga marcha atrás con esas concesiones y que, como fiel representante de la política imperial de militarización, muerte y sufrimiento, no se presente en las próximas elecciones de 2010.
Convencidos fehacientemente que estamos en el buen camino y nos asiste el derecho,  la ética y la historia, sepa que esta carta está llegando a otras altas personalidades del mundo para que conozcan cuál es nuestro ánimo y nuestra posición política frente a la posible guerra que puede caernos encima sin haberla votado.
¡Por la paz en Latinoamérica, no más bases militares estadounidenses en nuestro territorio!

adhesionescartapublica@gmail.com.


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