Carta de los 6 campesinos paraguayos presos en Argentina

Escrito por el 18/03/2008

Somos victimas de la injusticia generada desde el poder absolutista y por sobre todo de las prácticas mafiosas de jueces y fiscales del Partido Colorado (Gobierno Paraguayo).

A LA OPINIÓN PÚBLICA:

Buenos Aires, 18 de marzo de 2008

Nosotros los campesinos pobres, labradores de la tierra, los sin nombre, sin historia, queremos comunicarles nuestra palabra verdadera esperando sea escuchada y tenga un lugar en el corazón de las argentinas y los argentinos. Desde nuestro rincón de lucha la cárcel de Marcos Paz, donde nos ha colocado la historia de nuestro país, Paraguay, somos del sector históricamente postergado, empobrecido, reprimido, "el campesinado".

Paraguay viene sufriendo prácticas de gobiernos autoritarios desde 1954, con el acceso al poder del neonazi Alfredo Stroessner con fuerte apoyo de EEUU, con quien llego a un acuerdo secreto, con ocho puntos estratégicos donde resaltaba la construcción de una poderosa base aérea en el corazón del Chaco Paraguayo en Mariscal Estigarribia.

            Dentro de este gobierno se produjo una feroz persecución a los patriotas paraguayos de diferentes organizaciones políticas, religiosas y campesinas en su mayoría, incluso militares que se opusieron al General Stroessner y fueron prisioneros como el caso del Capitán Ortigosa que estuvo preso durante 25 años.

            En los 35 años de gobierno de Stroessner, hubo miles de asesinatos, desapariciones, torturas, deportaciones, exilio, detenciones ilegales, en su mayoría a referentes del campesinado paraguayo.

            El 3 de febrero de 1989 en un golpe de estado acomodado por los intereses de EEUU, fue desplazado del poder el nefasto general Stroessner, por su consuegro, el General Rodríguez, junto al General Lino Oviedo, los dos considerados capos mafiosos del narcotráfico y el contrabando. Aquí supuestamente se iniciaba la transición democrática que en realidad fue un cambio de ropajes, a partir de esta realidad surgieron nuevas organizaciones desde el campo popular, pero siguió la represión, la persecución a todos los que se oponían al Partido Colorado, que siguió gobernando con los mismos hombres que acompañaron a Stroessner.

            Con la salida de Stroessner del poder no terminaron las prácticas de la dictadura de eliminar a los enemigos políticos y organizaciones que representan supuestamente un peligro para la estabilidad política en Paraguay en honor al acuerdo secreto realizado con EEUU en noviembre de 1954.

            Para demostrar todo esto basta mencionar los asesinatos selectivos de nuestros compañeros campesinos que a la fecha llega aproximadamente a 200 muertos de varias organizaciones, muertes que no fueron investigadas, cubiertos con el manto de la impunidad para los efectivos policiales y parapoliciales. El asesinato de nuestros compañeros se produjo en las ocupaciones de latifundios improductivos, en los cortes de ruta en reclamo del legítimo derecho al acceso a la tierra y una mejor condición de vida.

            En 19 años de supuesta democracia permaneció viva la represión violenta, y la criminalización de los medios de expresión surgió como producto de la "democracia", continuaron las desapariciones de dirigentes y miembros de organizaciones de trabajadores rurales, las detenciones ilegales, el procesamiento en alguna causa criminal de al menos 4000 dirigentes campesinos.

            Estas graves violaciones a los derechos humanos obedecen a un plan destinado a detener espirales de protestas, atemorizar a comunidades y organizaciones campesinas, ante la extrema pobreza en la que vive más de la mitad de la población del país. Los más afectados somos nosotros los campesinos sin tierra en nuestra lucha contra el latifundio y por la reforma agraria.

            Entendemos que estos hechos son incompatibles con una sociedad democrática y los consideramos como graves violaciones al derecho a la vida, reconocido y garantizado por la Constitución Nacional Paraguaya, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Convención Americana de Derechos Humanos, instrumentos jurídicos plenamente vigentes, cuya infracción genera responsabilidad internacional del estado Paraguayo.

            Como dirigentes campesinos venimos denunciando al estado paraguayo de ser responsable de las graves violaciones a los derechos humanos registrados a lo largo de la historia de nuestro país, dejando claro ante el mundo que Paraguay es un país manejado por las mafias desde 1954 a través del trafico de drogas, armas, piratería, contrabando, etc. con protección de organismos del estado.   Dentro de este contexto histórico hemos asumido con valentía denunciar los proyectos hegemónicos de los EEUU, como hicieron nuestros pares desde las Ligas Agrarias Cristianas desde 1960, quienes fueron desaparecidos, asesinados y encarcelados en su momento.

            Hoy nosotros los más pequeños de la tierra, venimos a reafirmar que Paraguay ha sido convertido en un país clandestino generado por los intereses de los EEUU en complicidad con los mafiosos del Partido Colorado, con el propósito del control militar, económico y geopolítico de esta parte del mundo.

            Somos antiimperialistas, estamos en la defensa de nuestras tierras, de nuestra soberanía, y hemos abierto surcos, hemos intentado que el mundo se asome a nuestra realidad.

            A esto responde esta persecución política e ideológica sistemática de la cual somos victimas, donde nos acusan en forma grotesca, sin el mas mínimo decoro, del secuestro de la hija del ex presidente Cubas, debemos dejar en claro que este secuestro respondió a un ajuste de cuentas entre la oligarquía mafiosa paraguaya, que el Partido Colorado con todo el aparato del estado instalo como un peligro interno, para justificar el atropello a los asentamientos campesinos en todo el país con las fuerzas armadas, para detener la ola de protestas desde este sector en el 2004-2005.

            Abriendo esto la posibilidad para la aplicación del método utilizado por los EEUU en complicidad con el gobierno colombiano en la lucha contra el narcotráfico y la insurgencia en Colombia, denominándose en nuestro país Plan Paraguay – Plan Colombia, con fuerte apoyo de fiscales colombianos, dirigidos por expertos del comando sur.

            Tenemos que ser justos en decir que no somos los únicos perseguidos por el Partido Colorado (Gobierno Paraguayo), y esto se puede constatar en la actual campaña electoral, en su ultima fase, donde se acusa a candidatos de la oposición paraguaya de secuestradores. Ante esto insistimos que la administración de justicia es la herramienta más fuerte de persecución que tiene el Partido Colorado en estos momentos, que no dudan en utilizar contra todo aquel que se oponga a la política de estado.

            Estamos encarcelados porque somos representantes del movimiento campesino y popular que lucha por cambiar la grave situación de injusticia social que impera en Paraguay. Nosotros, los hijos de los más humildes, del pueblo, solo podemos ser acusados de nuestra tenaz voluntad en la construcción de una patria digna.

            Nos acusan de estar unidos en una organización, porque estamos hartos de ver miseria para nuestros hijos, mientras el régimen sirve solo a los mafiosos y poderosos del Partido Colorado. Somos responsables de la lucha por la tierra, somos responsables de la lucha por la reforma agraria, somos responsables de la lucha por la no extrangerización de nuestras tierras, somos responsables de los cortes de ruta, de las ocupaciones de latifundios improductivos, responsables de oponernos a la presencia de marines norteamericanos en nuestro país.

            Somos Victimas de la injusticia generada desde el poder absolutista y por sobre todo de las prácticas mafiosas de jueces y fiscales del Partido Colorado (Gobierno Paraguayo).

            Nosotros los campesinos paraguayos les comunicamos a los argentinos de nuestra injusta detención que lleva un año y once meses, sin haber cometido ningún delito, sosteniendo que vuestro gobierno de acceder a entregarnos al gobierno paraguayo nos envía directamente a la tumba, convirtiéndose en cómplice de la persecución por nuestra opinión política y nuestra pertenencia al sector mas perseguido históricamente en Paraguay, "el campesinado".

            Por ultimo agradecemos la solidaridad de los organismos de derechos humanos, personalidades, individualidades, organizaciones políticas, gremios, medios alternativos que nos han acompañado durante todo este tiempo de injusta detención.

            Ante tanta agresión y dolor que nos toca vivir les dejamos nuestro abrazo y nuestro cariño.

            Desde la injusta prisión de Marcos Paz.

            Los Campesinos Paraguayos Presos Políticos.

 

Agustín Acosta             

Roque Rodríguez                    

Simeón Bordón                                         

Gustavo Lezcano                                              
Basiliano Cardozo                                        
Arístides Vera


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