Poder judicial y patriarcado: un análisis más allá del “garantismo” y el “punitivismo”
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 18/04/2017
Luego de que el dos veces condenado por violación Sebastián Wagner atacara y asesinara a Micaela García, el oficialismo volvió a activar el proyecto de reforma de la ley 24.660 de ejecución de las penas privativas de la libertad que fuera aprobado en diputados en noviembre pasado. El mismo busca impedir el acceso a salidas transitorias a quienes sean autores de “delitos violentos” y fue tratado el pasado martes 18 de abril en la comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado.
Alcira Daroqui es socióloga, directora del Grupo de Estudios sobre el Sistema Penal y DDHH del Instituto Gino Germani e investigadora del Observatorio de Prisiones de la Procuración Penitenciaria Nacional. En esta entrevista con Enredando las Mañanas comparte una mirada en torno a esta reforma, las condiciones de las cárceles, los crímenes violentos y la justicia patriarcal.
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ELM: ¿Qué hace el estado con estos individuos en particular?
Alcira Daroqui: Los crímenes horrendos han sido siempre,lamentablemente, parte de la historia de la humanidad. Ante los crímenes horrendos, ¿qué se puede hacer? Acá tanto hablan sobre este episodio tan dramático como el de esta chica, Micaela, y de Wagner. Este hecho aberrante hubiera podido cometerlo Wagner con las otras dos por las cuales estuvo preso. Además de violarlas, podría haberlas matado. Y el estado, ¿qué podría haber hecho antes de eso, que era su primer hecho? Digamos, ¿cómo se evita un crimen, este tipo de crímenes? Porque los otros tienen que ver por ahí con cuestiones de seguridad, o cuestiones de prevención, pero este tipo de crímenes, ¿cómo el estado puede evitarlos?
Es complicado pensarlo, porque de lo que estamos seguros es de que lo que está en aumento, y no creo que sea sólo responsabilidad del estado en sí como su función penal o punitiva, sino además me parece que estamos en el marco de un sistema de expropiación y de expoliación muy fuerte desde hace por lo menos cuarenta años, donde lo que tenemos es que hay consecuencias sociales. Porque las consecuencias sociales de la exclusión son, entre otras cosas, una «resolución» o una «gestión» del conflicto a través de la violencia, y lo que hay es una expansión de la violencia muy fuerte. Y esto son además actos de profunda violencia.
Ahora, también tienen que ver -y no es mi especialidad y yo no voy a hablar sobre las cuestiones psicopatológicas y las cuestiones mórbidas y todas esas cuestiones de lo que hablan otras disciplinas que yo no tengo nada que ver-, pero sí lo que me queda claro es que el sistema penal esto no lo resuelve.
El sistema penal no resuelve, menos lo va a resolver si a éste que fue preso por las dos violaciones previas lo manda a una cárcel. Yo puedo afirmar que no hay ninguna posibilidad de que, si hay algo para que no reincida, suceda en la cárcel. Ahora, si estos delitos son delitos de frecuente reincidencia, serán otras cuestiones las que se tienen que abordar.
Más allá de las decisiones de [Carlos Alfredo] Rossi, el juez de ejecución penal, de largarlo o no, de no reconocer los informes técnicos tanto de la cárcel como de su propio juzgado y demás, igual que la ley que se va a debatir hoy, lo único que les digo es que en algún momento, esta gente sale. Entonces, si no piensan también qué pasa adentro de la cárcel y si no piensan qué van a hacer en lo postpenitenciario con estos casos, si va a haber inversión en la asistencia, seguimiento, control de este tipo de delitos, la verdad es que estamos en un problema. Porque dejarlos más tiempo en la cárcel no va a solucionar este problema. Le mienten a la gente.
Ahora, si lo que queremos es esa cuota de venganza, muy legítima desde las víctimas, desde los familiares de las víctimas, de decir «que ese tipo se pudra en la cárcel”, estamos respondiendo a un deseo de la víctima que uno puede encontrar hasta razonable. Ahora, que el estado le diga a la gente que no dejándolo salir al tipo con robo con arma, no dejando salir al que ha cometido un homicidio y no dejando salir a una persona que ha cometido una violación hasta que cumpla plenamente su condena con eso va a solucionar el problema, es una estafa. Es nada más que justificar un estado más punitivo, que además, no va a ser solamente en relación a esos tres delitos, sino que va a justificar realmente demoras que existen hoy en el acceso a los derechos por parte de los detenidos, por ejemplo, de las salidas transitorias de otros delitos. Porque total, como está esto habilitado, esto es muy lógico en la práctica judicial… era como las condenas a 39 años cuando fue la famosa mal llamada ley Blumberg. La verdad es que condenas a 39 años hubo aplicadas muy pocas, pero le era muy fácil a los jueces aplicar 25, 27, porque entonces total si el techo era 39 metele, cuando antes 25 era la perpetua.
Si ustedes me dicen, psicólogos, cuerpos de psicólogos, equipos interdisciplinarios, mire, todo lo que se pueda poner en juego para abordar esta problemática a mí me parece que está bien y hay que hacerlo. Ahora, que eso haga que esto no suceda, tampoco es posible. Digo, es probable que podamos, en algunos casos, abordar esta cuestión y quizás tengamos algún resultado, pero en algunos casos.
Me parece que también hay que fomentar el cuidado de sí, me parece que en esto del marco del Ni Una Menos hay que concientizar fuertemente qué significa esto del ni una menos, «Ni Una Menos» no es solamente que te maten, si no, vamos a ese extremo. Recordábamos ayer entre compañeros de trabajo, que cuando éramos jóvenes a ninguno se le ocurría salir caminando solo o sola, íbamos en grupos. Y pareciera que hace cuarenta, o cincuenta años atrás, no era, digamos, el mismo clima de violencia que estamos atravesando hoy y, sin embargo, esos cuidados existían. Entonces, yo no estoy poniendo adelante a la víctima, pero estoy diciendo por favor, que de algunas cosas el estado, por más de que quiera, por más de que tenga una política inclusive proactiva, no puede resolverlo todo.
ELM: En este caso concreto, de Sebastián Wagner, este tipo hubiera salido en enero de 2019 y no hubiera salido mejor.
AD: Así Rossi hubiera considerado los informes técnicos y hubiera considerado que un violador no podía tener el derecho a la salida anticipada -que eso un juez lo puede decidir plenamente-, en enero de 2019 iba a salir, con un mayor deterioro, porque iba a estar más tiempo preso, a ver si la gente entiende eso, con un mayor estigma porque obviamente estaba preso por violación así que era un violador y así iba a ser designado por todos. Así que Wagner podría haber hecho algo, aunque parezca mentira, todavía más atroz de lo que hizo, o no. También uno tendría que preguntarse si ese comportamiento de Rossi es en todos los casos, porque yo creo que no.
ELM: Claro, preguntarse si es «garantista», como en este momento han bombardeado contra un supuesto sector de jueces «garantistas», en todos los casos, o solamente en estos casos, como lo ha demostrado, en los cuales hay una cuestión de género de por medio.
AD: Sí, yo tampoco soy una especialista, pero hay una cuestión fuerte de patriarcado y esto también tiene que ver. Yo vi esa noticia, quizás ustedes la conozcan mucho más, pero creo que había habido hace muy poco un antecedente de Wagner con una amiguita de la hija de la compañera. Decían que había habido un manoseo de una amiguita de la hija de la mujer. Todo esto en potencial, pero dicen que los padres de la nena habían ido al juzgado de menores o de familia de Entre Ríos y que les dijeron que vengan más adelante. Si todo esto es así, la verdad que ahí sí es para decir cómo el estado construye un futuro homicidio y una violación. Porque si un tipo que está con libertad condicional, porque además dicen que le había mandado whatsapp a la nena, si todo esto es cierto y si realmente la familia fue a un juzgado y el juzgado le dijo que la jueza o el juez estaba de vacaciones, que vengan más adelante -que eso puede pasar perfectamente-, y no darle la dimensión de la gravedad de lo que van a denunciar, eso es realmente cómo un estado construye. Y eso es patriarcado puro, porque viene una nena con el papá en donde un tipo la manoseó y lo ven como algo absolutamente que puede esperar. Lo cual es insólito, porque ese juez o esa jueza que se fue de vacaciones, tiene un subrogante, siempre, o sea que no es que no funciona el juzgado cuando se fue de vacaciones el juez. Si todo eso es cierto y este hecho hubiera podido ser denunciado, Wagner estaría de vuelta en la cárcel y no podría haber hecho lo que hizo con Micaela, porque hubiera perdido la condicional.
ELM: ¿Qué significa este estigma que han metido de jueces garantistas?
Yo no creo en esto de los jueces garantistas, porque en la medida en que el juez tiene la discrecionalidad de que a uno le doy y a otro no, y que a veces uno no encuentra demasiado los motivos ni las razones ni las justificaciones de porqué a uno le dio una salida transitoria, al otro no se la dio, al otro le redujo la pena y al otro no, me parece que eso no es. Le dicen garantista cuando deja salir a un violador, pero ¿es garantista el juez cuando un tipo que tiene una condena de tres años y medio, la técnica penitenciaria lo termina trasladando a Rawson y el juez no hace nada? Yo he relevado esos casos, y estoy hablando de chicos casi primarios. Pueden haber cometido un error, pueden haber cometido un delito, pero si vos lo hacés transitar, cuando le faltaban seis meses para cumplir la condena…
ELM: Claro, entonces en lugar de llevarlo a un lugar con menos rigidez, lo llevan a una suerte de infierno.
AD: Claro, por ejemplo. Y eso lo hemos encontrado. A mí me encantaría conocer el historial de Rossi con su práctica judicial. Porque si Rossi es un tipo que dice «yo aplico la ley 24660 a rajatablas, a las 3/4 de la condena tal cosa, a las 2/3 partes tal otra», ah bueno, pero dudo. Porque yo no conozco hasta ahora, que tengo unos cuantos años, ningún juez que haya hecho eso en su vida. Jamás. Los jueces manejan unos niveles de discrecionalidad y de arbitrariedad muy fuertes.
ELM: Entonces en este caso el tratamiento de garantista es simplemente una búsqueda mediática para propiciar una vuelta de tuerca más al punitivismo.
AD: Exactamente, entonces hay que salir con esto. Este proceso de desinformación que hacen los medios. Ayer dediqué bastante tiempo a mirar televisión, es terriblemente angustiante. Desde un movilero de una canal importante que repetía permanentemente «acá lo que no quiere la gente es que se derogue la ley 24.660», ¿cómo derogar, si se va a modificar? y lo repetía, nadie corrige; hasta periodistas muy vehementes que gritaban en el piso esto de que «hay que poner un límite a personas como Wagner, por eso hay que limitar las salidas de esta gente». Como si eso fuera la solución.
Yo insisto, reconozco que hay gente que piensa que eso hay que hacerlo, pero que no crean que esa es la solución. Porque después van a decir que falló otra cosa, como ahora dice [el ex juez de la Corte Suprema Eugenio] Zaffaroni, que fallaron los equipos interdisciplinarios, y que falló otra cosa, y que los jueces… Entonces en esa cuestión, yo diría intencionada políticamente y en la que participan periodistas y la clase política activamente, de hablar del garantismo y de los jueces garantistas sin informar -como deberían hacer- los historiales de esos jueces, en donde se nos caería de golpe el discurso garantista, porque veríamos que al contrario, podríamos acusarlos, quizás, de una discrecionalidad que va orientada a que determinados tipos de delitos no les interesan demasiado y otros sí, y podríamos acusarlos de que esa discrecionalidad que va para un lado o para el otro realmente está apuntando a una cuestión de género, patriarcado y todo lo demás y que por lo tanto con su práctica judicial colaboran bastante con esa violencia generalizada contra las mujeres. Pero justamente no solo porque deja libre a Wagner, sino por qué deja libre a Wagner y no deja libre a un chorro. Entonces la preguntas es ¿por qué no deja libre a un tipo que robó o un tipo que robó varias veces y entonces le decís que no accede a la libertad asistida y a Wagner sí? Porque debe ser uno de los pocos casos en que nadie te cuestionaría, aun entre los «garantistas». Hasta ellos dirían «bueno, estos crímenes son bastante complicados».
ELM: Incluso nuestras voces no se levantarían por un Wagner
AD: Por ahí en los corrilos alguno diría «che, pero no se puede estar todo el tiempo postergando a estos tipos por más que hayan cometido estos hechos», pero en los corrillos. Y además, insisto, si es cierto, porque hay que tomarlo con pinzas, pero si son ciertos los contenidos de algunos de los informes que dicen ahí, son de los informes que se agarran los jueces sistemáticamente para cerrar la puerta, son esos argumentos. Es más, hay un texto de Foucault muy lindo, que se llama «La angustia de juzgar», que dice justamente eso, que al principio del siglo XX la justicia convocó a otros saberes para justificar sus propias decisiones. Y otros saberes que no son ni menos hegemónicos ni menos arbitrarios, como la psiquiatría, la psicología y demás. Realmente cuando entonces dicen que no hay arrepentimiento, que no tienen ninguna conciencia del hecho que cometieron, son esos mismos argumentos que vos ves en una resolución judicial para negarle a un tipo la salida porque choreó.
ELM: Componente patriarcal que está permanentemente en la justicia.
AD: Y que no es privativo de los varones, solamente. Me parece que es más complejo este tema, por eso digo, lo que se está debatiendo hoy sobre la ley 24.660, sobre la limitación de las salidas y demás, no es más que el avance de un estado punitivo que, la verdad, despéguenlo del caso Wagner, porque no es esa la situación, no va a haber solución a esos casos con estas medidas. Y además, si vas a modificar esa ley, en estos temas tendrías que poner también algunos artículos que digan del mayor control sobre lo que sucede adentro de las cárceles. Porque vos no podes negarle derechos a alguien, cuando el estado adentro de las cárceles los viola permanentemente.
ELM: Muchas gracias Alcira.
AD: Gracias a ustedes.