“La dictadura no fue la excepción en la persecución de los cuerpos disidentes”
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 03/04/2017
Una cuenta pendiente del ejercicio de la memoria: la desaparición y persecución a los cuerpos y sexualidades disidentes antes, durante y después de la dictadura cívico-militar. En la emisión del 24 de marzo del Enredando las Mañanas dialogamos con Cristian Prieto, colaborador del suplemento SOY de Pagina/12 e integrante de la Comisión Provincial por la Memoria, sobre el trabajo que vienen realizando de recuperación de la memoria en este sentido, en base a los archivos de la policía bonaerense.
“Ya no se puede sostener: el mango de la pala que clava en la tierra su rosario de musgos, el rosario de la cruz que empala en el muro la tierra de una clava, la corriente que sujeta a los juncos el pichido – tin, tin… – del sonajero, en el gargajo que se esputa… Hay Cadáveres En la mucosidad que se mamosa, además, en la gárgara; en la también glacial amígdala; en el florete que no se succiona con fruición porque guarda una orla de caca; en el escupitajo que se estampa como sobre en un pijo, en la saliva por donde penetra un elefante, en esos chistes de la hormiga, Hay Cadáveres”
Néstor Perlongher
-Queríamos en particular charlar con vos sobre el trabajo que vienen realizando de recuperación de la memoria, de los archivos de la policía bonaerense en torno a cómo era la actitud de la dictadura militar contra las disidencias sexuales
Nosotros trabajamos e hicimos un relevamiento en lo que es el archivo de inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, la DIPBA, que tuvo su origen en el año 1957 y fue cerrada en el año 1998, en el año 2000 la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) se hizo cargo de la gestión y administración de ese archivo, que es única en sus características, ya que está desclasificado, puesto en valor y tienen acceso, no solamente las víctimas de detenciones forzadas en la última dictadura y la justicia, sino también cualquier ciudadano-a que quiera hacer uso de ese archivo. Cuando empezamos el relevamiento en el año 2012, en una primera instancia investigamos momentos de dictadura, del 76 al 83. Después nos dimos cuenta que excediendo las fechas de la dictadura también existía el espionaje a los cuerpos disidentes, entonces lo que de alguna manera estamos elaborando es la hipótesis de que en el trato a los cuerpos disidentes, como denominamos a las maricas, a las tortas y a las travestis, hay una continuidad, la dictadura no fue la excepción a la persecución de los cuerpos disidentes. Después de la dictadura el terror para la comunidad LGTB continuó con los edictos policiales. Lo que sucede es que en momentos de dictadura, cuando no existe el uso de la ley constitucional tienen mayor posibilidades de hacer y deshacer con los cuerpos no hetero-normados a gusto y piaccere.
No sé si pudieron recordar la figura de Valeria del Mar Ramírez, que es la única travesti que ha prestado testimonio en los juicios de lesa humanidad. Fue testigo en el Pozo de Banfield, donde pasaron muchas travestis, y donde muchas terminan siendo asesinadas. Las travestis detenidas en momentos de dictadura eran utilizadas como personal doméstico para los festines de los genocidas y nadie nunca ha reclamado los cuerpos de esas compañeras travestis. Ahí hay una crítica que nos tenemos que hacer cargo los organismos de derechos humanos y las organizaciones políticas y sociales, porque siempre hemos tenido la concepción del ex detenido desaparecido por razones políticas y nunca hemos entendido a las desapariciones de las maricas y las trabas también por razones políticas, mas allá de que hay características específicas que las diferencian, en los secuestros, en las torturas, por los edictos, antes y después de la dictadura. Por ejemplo en Devoto, la cárcel de los presos políticos, había un pabellón que se llamaba 2H, donde estaban la mayoría de las travestis por delitos levantadas de la calle por los edictos de Capital Federal que tenían que ver con el ejercicio de la prostitución o con estar vestidas con ropa del sexo opuesto. En general muchas de las travestis que estaban en 2H pedían ayuda a los abogados de los presos políticos y estos abogados desde su visión decían que no podían defenderlas porque no eran presas políticas. Entonces también, desde los organismos tradicionales de DD.HH, desde las organizaciones de izquierda sociales y políticas, nos tenemos que hacer cargo de que no han estado en nuestra agenda esos cuerpos.
-¿Cómo tomaban las organizaciones de izquierda de los 60 y 70 las luchas por el reconocimiento de los cuerpos disidentes, como las impulsadas por ejemplo por el Frente de Liberación Homosexual?
Lo que hay que rescatar de los testimonios que hemos podido recoger, esto por fuera del archivo de la DIPBA, porque en la DIPBA lo que vamos a encontrar es información que construía la inteligencia de esta policía, que en algún momento podía ser utilizada por la propia policía, por el propio estado provincial o nacional.
Cuando hablamos de las organizaciones y de los años 60 y 70, hubieron muchos intentos por parte de nuestro mundo, del FLH con las organizaciones históricas del momento. Convengamos que el machismo reinante no veía que los homosexuales, que eran los más visibles en los 60 y 70, pudieran ser sujetos revolucionarios, porque se creía que eran maricas, y en momentos de conflicto, en momentos armados, las maricas iban a ser las primeras que iban a ser las débiles, y que no podían estar en procesos revolucionarios. Recordemos que estábamos mirando también la Revolución Cubana y Fidel Castro hace su celebre frase de que la revolución no necesita de peluqueros. Hay todo un contexto marcado en donde parece que las maricas no tenían la posibilidad de ser sujetos y sujetas de la revolución. Hubieron honrosos casos donde eran tomados en cuenta, pero había algunas organizaciones que tenían un disciplinamiento: si se descubría que un compañero había tenido relaciones con personas de su mismo sexo, había propuestas para que se quedara en la organización, por ejemplo que alguna compañera lo hiciera volver por el camino de la heterosexualidad, o si este compañero no dejaba de tener relaciones con personas de su mismo sexo se lo expulsaba. Ese era el contexto, las organizaciones intentaban dialogar con las organizaciones del momento. De hecho el Frente en algún momento ve con agrado, en la primavera camporista, la posibilidad de formar parte de la patria justa y liberada. Claramente la historia nos cuenta que no fue tal. En los 90 cambia un poco, porque ya con la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) se logra un dialogo más concreta con los organismos de DD.HH, ir en contra de las razzias policiales. Pero es una relación conflictiva la de estos movimientos con las organizaciones del momento en los 60 y 70.
-Hay algo también para señalar que es el ensañamiento, tanto de la policía como de los militares, contra todo aquello que no resultara heteronormativo. ¿Qué pudieron notar en ese plano, en las denominaciones, en las adejetivaciones, cómo era el trato?
Lo que nos pasó cuando intentamos hacer el relevamiento fue que al principio buscamos las organizaciones del momento, Nuestro Mundo, el FLH, y nos fuimos dando cuenta que en los 60 y 70 la DIPBA no estaba persiguiendo a un colectivo organizado de homosexuales. Sí había ensañamiento y seguimientos individualizados que podían iniciarse a partir de alguna persecución por razones políticas, se seguía a un militante del ERP, o Montonero, y si se veía que tenían determinadas características que no entraban dentro de la heteronorma eso quedaba registrado en los legajos y documentación que ellos realizaban. Esto podía iniciarse por este tipo de persecución o solamente por la sospecha de algún ciudadano o ciudadana que hacía una denuncia a la central de inteligencia. Hay casos por ejemplo de profesores en la Universidad de La Plata, que son denunciados por su amoralidad sexual, y se empiezan a labrar documentaciones y legajos, se les realiza lo que se llama en la jerga policial un “ambiental” que significa un seguimiento en su propio territorio donde se le pregunta a los vecinos, a sus propios compañeros de la escuela, en todos los lugares donde participa o vive, se les preguntan datos a las personas que lo conocen y sus comportamientos morales, que eso es muy importante, por lo menos para la división de inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Lo que vemos es que en los 60 y los 70 hay un espionaje personalizado, luego a mitad de los 80 y finales de los 80, cuando está la explosión de la pandemia de VIH Sida, ahí hay una mirada más colectiva por la explosión y porque la mira estaba puesta en los homosexuales, que eran los sujetos de esta pandemia, y también en la comunidad trans, que empieza a partir de los 90 a protestar por el permanente hostigamiento policial. En la época de la dictadura lo que existe en nuestro acervo son algunos legajos de estas características que ya te mencioné, pero existe uno, que es el más relevante que hemos encontrado hasta ahora, donde estaba desaparecida una persona de alrededor de 45 años, sus familiares sacan un articulo en el periódico en el conurbano bonaerese, preguntado a la sociedad si saben donde está esta persona, se encargan de explicitar que no posee ninguna afiliación política porque es en el año 81, todavía estamos en plena dictadura. Esto lo releva la propia inteligencia de la Provincia de Buenos Aires, y pide a todas las centrales es que se fijaran si esta persona estaba detenida en alguna delegación de la Provincia de Buenos Aires, en ese mismo año se contesta que sí estaba detenido en la Brigada 1 de Morón, por infracción al artículo 68 de la Ley 8031, que es el edicto que perseguía a los homosexuales en la Provincia de Buenos Aires, y entre paréntesis (en ese legajo) dice homosexual. Eso es una prueba fehaciente de que también en dictadura se llevaban presos por los edictos policiales, y que poca veces se daba cuenta de esto a las propias familias. Esta persona estuvo presa una semana y luego fue liberada. Si encontráramos más de diez de estos legajos podríamos pensar en la posibilidad de iniciar algún proceso ante la justicia para demostrar la sistematicidad también en estas persecuciones hacia homosexuales y también concretamente en la comunidad trans.