Así se manifestó Buenos Aires

El martes 6 de enero , cerca de 25 mil personas marcharon por las calles del micro centro de la Ciudad de Buenos Aires para repudiar la matanza que el Estado de Israel realiza desde hace varios días contra el pueblo palestino.
Un solo grito: paren la matanza!

 “Voy a pedir un minuto de silencio… ese silencio que no se escucha en Palestina ni en Gaza… un minuto de silencio por nuestros muertos!
Con estas palabras Alejandro Salomón, presidente de la Federación de Entidades Argentino-Árabes se dirigió a la multitud agolpada frente a un palco improvisado en las puertas de la Embajada de Israel.marchagaza.jpg
El intenso calor porteño acompañó la marcha de casi 25 mil personas que ayer volcaron su bronca, su dolor y su indignación por la matanza con que el Estado de Israel mancha de sangre de su pueblo el suelo palestino.
Desde el Obelisco hasta la embajada israelí en la Ciudad de Buenos Aires, movimientos sociales, organizaciones de derechos humanos y partidos políticos, unieron sus voces en un solo reclamo: “paren la masacre!”
Los gobernantes de las potencias del mundo tienen la posibilidad junto a las Naciones Unidas de detener al estado asesino y violador de derechos humanos fundamentales, el Estado de Israel. Los caminos que se reclamaron a estos países y a la ONU son la ruptura de relaciones diplomáticas, sanciones económicas y la suspensión de Israel de los foros internacionales.
También se pidió que Argentina propusiera la ruptura del tratado de libre comercio con Israel, en el marco del Mercosur.
El estado de Israel fue duramente cuestionado en todo momento de la marcha, desde el palco y entre los manifestantes. “Un estado que ha puesto su ciencia de tortura al servicio de la última dictadura militar, que ha ocupado y violado la soberanía de sus vecinos” (…) “un estado terrorista que juega al tiro al blanco contra la población palestina”, fueron algunas de las frases escuchadas.
Salomón exigió en su intervención el pronunciamiento de todo el arco político y afirmó que seguirían denunciando a los cómplices por acción u omisión. “El silencio dispara misiles contra la población palestina”, afirmó.
Se preguntó además, por qué el mundo se horrorizó con la Torres Gemelas, se horrorizó con Atocha y con la AMIA pero no se horroriza con este genocidio contra el pueblo palestino.
Este breve acto fue suficiente para poner sobre las calles de la capital el absoluto repudio a una injustificable acción de un estado terrorista, la indignación por la falta de contundencia en las acciones de las grandes potencias y, una vez más, la descarada acción de ese asesino que no termina de irse, G W Bush, y que pone con su socio en Medio Oriente la frutilla en su postre.