Defenderse como Sara

Escrito por el 22/07/2020

El pasado 11 de julio, el cuerpo de un hombre de 73 años fue encontrado en Plottier. Rápidamente y contra todos sus derechos, una mujer pobre de 45 años fue señalada como culpable y empujada a confesar, para que los medios hegemónicos tuvieran el adjetivo perfecto: “asesina confesa”. La justicia patriarcal de inmediato la convirtió en una figura legal: “homicidio calificado por ensañamiento”, que tiene como condena la prisión perpetua, y la encerró en la U16 “preventivamente”, desoyendo el relato de Sara, que se defendió de un ataque sexual. Gracias a los reclamos de su defensa, la mujer que se defendió del acoso sexual de su patrón (con antecedentes de acoso a otras trabajadoras), hoy está con prisión domiciliaria.

“Sara es una mujer vulnerable que vivió una vida tremenda, que fue desde los 8 años abusada sexualmente por su padrastro, que tuvo su primera hija a los 13 años, que luego fue víctima de violencia de género por una de sus parejas y padre de alguno de sus hijos”, describió la defensora oficial que tiene a su cargo la causa, Ivana Dal Bianco, a El Zumbido: “es una mamá que perdió un bebé calcinado cuando su bebe tenía pocos meses, porque tuvo que venir por necesidad a ver a sus hijas y donde dejó al niño se quemó la casilla”.

La abogada continuó relatando sobre Sara que “es una mujer que trabajó toda su vida para mantener a sus hijos, es una mujer precarizada, sin trabajo, que fue a pedirle trabajo a una persona y que esta persona, este hombre, haciendo abuso de esta relación desigual de poder, de ser él que tiene el dinero y ella solamente su fuerza de trabajo, le dijo que le daba $400 si ella se acostaba con él”. La situación “generó en Sara miedo y le dijo que no, y el señor le dijo que igual le iba a prestar la plata, la llevó a la pieza y así empezó un ataque sexual, le apretó sus senos e intentó avanzar más, y ella se defendió como pudo”.

La fiscal a cargo de la causa, Sandra Ruixo, dijo que “si realmente hubo un acoso, abría la puerta y se iba” y cuestionó que “si las otras empleadas que tuvo la víctima habían sido acosadas como se dice, ¿por qué algunas volvieron a trabajar con él? Si el ambiente en la casa era tan tétrico, ¿por qué no se iban?”, desconociendo absolutamente todo lo que sucede en este tipo de situaciones y abordando el caso sin una mínima perspectiva de género y victimizando a Roque Mora.

Sobre lo que los medios hegemónicos están nombrando como un “brutal asesinato”, Dal Bianco explicó que “al defenderse sin dudas que se le rememoraron y se le vinieron a la mente todos esos abusos de los que fue víctima durante tantos años, en los que nadie hizo nada; también la bronca o la situación de ser siempre abusada, no solamente sexualmente sino también en esta relación de aprovechamiento de su de su necesidad económica”. Aseguró que “Sara es una mujer que reaccionó, que se defendió y que hoy está acusado por homicidio calificado por ensañamiento” y remarcó que “se le violaron sus derechos constitucionales porque la fiscal del caso la cita como testigo sabiendo que ella era sospechada, la hace hablar, le pide explicaciones de qué hizo ese día, la va llevando hasta que Sara en un momento explota y dice que fue ella la que cometió este acto”. Sara “también explica que lo hizo en su defensa, se lo explica la fiscal, se lo explica a la médica forense,  a las policías que estaban allí les dice ‘me quiso abusar, este asqueroso me quiso abusar’”.

La abogada subrayó que “a pesar de estar en esta situación de crisis y autoincriminándose en violación a su propio derecho, estuvo prácticamente 10 horas sin tener comunicación con la defensa pública, con ningún defensor, mientras llevaban adelante diferentes actos, como por ejemplo la llevaron a un cuerpo médico forense, le sacaron las huellas digitales, mientras ella seguía diciendo que ella había sido”.

El martes se logró para Sara la prisión domiciliaria luego de haber estado encerada en la Unidad 16 y de haber sido asistida en el Hospital Heller a partir una crisis de angustia y nervios.

Si algo tendrá a su favor Sara en este injusto proceso, es que lo llevará adelante “acompañada de quienes creemos que la perspectiva de género no es un discurso, la perspectiva de género no es solamente para los casos fáciles en los que la mujer es víctima y de paso se justifican prisiones o penas de cárceles altísimas, es decir, se justifica el punitivismo penal con la perspectiva de género”, remarcó la defensora: “la perspectiva de género es un derecho que tenemos las mujeres por esta relación desigual de poder, la perspectiva de género no solamente la tienen las mujeres que aparecen como víctimas en un proceso penal, también la tienen todas las mujeres y sobre todas las mujeres vulnerables como el caso de Sara, pobres y acusadas de un delito”.

“Hay que ver cómo ahora la justicia y el sistema penal llevan adelante eso que tanto dicen de la perspectiva de género cuando la mujer no está sentada en el lugar de víctima, entre comillas, sino que está sentada en el lugar de acusada y que nosotros creemos que de todas maneras por su historia de vida igualmente Sara es una víctima”, lanzó la abogada y recordó que “Sara no es la única de las mujeres que trabajaron en la casa de este hombre que relataron que fueron víctimas de acoso laboral o de acoso sexual, sino que varias de las empleadas que allí trabajaban que cuidaban a la esposa del señor, que estaba postrada, dijeron que este hombre les había dicho varias veces cosas o las había hecho sentir incómodas con cuestiones sexuales, les había propuesto que se acuestan con él, a una de ellas incluso llegó a zamarrearla y a insistirle tanto que terminó renunciando; otra de ellas se fue, renunció, y cuando fue a cobrar tuvo que ir acompañada de un varón porque sentía su integridad sexual amenazada, es decir que esto no era algo aislado de parte este señor y no es que a Sara se le ocurrió esta cuestión como una mentira para defenderse, sino que esto era algo que evidentemente pasaba, que este hombre estaba acostumbrado a abusar de su relación de poder, de su poderío económico por sobre mujeres que necesitaban trabajar y opinaba que además del trabajo de cuidar a su esposa tenían que ser acosada sexualmente por él”, lo que definió como “parte de una lógica de este sistema patriarcal, en cual las mujeres somos objeto de deseo de los hombres, somos precarizadas, somos abusadas y nuestra voz no es escuchada”.


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