Un año histórico del Fútbol femenino

Escrito por el 25/06/2020

Ya pasó un año de la participación de la Selección femenina de fútbol en el Mundial de Francia, que quedará en nuestra historia como el torneo que condensa años de lucha, y abre nuevos horizontes para las jugadoras que todavía no son de primera.

Fueron muchas las conquistas de las jugadoras del fútbol en nuestro país el año pasado, y es largo el camino que queda por recorrer. Entre el 7 de junio y 7 de julio se cumple un año del Mundial de Fútbol Femenino de Francia. Ese Mundial tuvo representación argentina después de 12 años de no jugarlo. Sin dudas hubo mucho esfuerzo de nuestras representantes en la preparación y en el proceso clasificatorio, pero sobretodo hubo mucha lucha. Nos quedan anécdotas históricas, fotos, recuerdos y hasta figuritas de nuestro paso por la competencia, pero hay mucho más. Intentaré hacer un recorrido que nos permita develar las batallas ganadas, de las mujeres y del fútbol femenino.

No hace muchos días leí a un usuario de Instagram que le decía a una jugadora de la selección (Milagros Menéndez, quien metió el primer gol argentino en un mundial) que el fútbol femenino parece amateur y que “no vende” porque es aburrido. Su reflexión es sumamente superficial y muestra un desconocimiento absoluto de la historia y la trayectoria del deporte en el país.

En marzo de 2019 Macarena Sánchez, quien jugaba para UAI Urquiza y fue liberada de la plantilla de jugadoras poco tiempo antes de que cierren los pases, impidiéndole jugar la siguiente temporada y perjudicando su carrera como futbolista, denunció al club ante la AFA y exigió su reconocimiento como trabajadora. Este reclamo le costó algunas amenazas de muerte, pero también que comenzaran a moverse otras piezas en el mundo del fútbol femenino, para ella y sus compañeras.

Tiempo después, y también vinculado a una exigencia de la FIFA para que los países organicen competencias femeninas, la AFA reconoció a las jugadoras en lo que fue la mal llamada profesionalización del fútbol femenino, que permitió que nuestras jugadoras firmen sus primeros contratos con el club al que representan. Comenzando por la firma de Maca y sus compañeras de San Lorenzo y alcanzando algunos de los clubes más importantes.

Es decir que el fútbol femenino efectivamente fue Amateur hasta principios del año pasado. Cuando pensamos el paralelismo con el fútbol masculino es fundamental saber que en el caso de los varones, la profesionalización fue alcanzada en el año 1931 (un año después de la primera competencia mundial oficial de la historia).

Además, no podemos dejar de analizar el entramado de construcción de las identidades que arrastramos en los años, donde los niños reciben una pelota desde muy pequeños y tienen referentes futboleros en la tv y las redes todo el día. Es muy “normal” escuchar que los niños varones digan que cuando crezcan quieren ser jugadores de fútbol. Es, efectivamente, una opción.

No es igual para las mujeres que, en muchos casos, crecimos con la idea de ensuciarnos lo menos posible.

Las que nos representaron en la selección entrenaron con la vida y cuando nadie las veía. En el 2017, quienes nos representaban con la celeste y blanca habían hecho un paro pidiendo a la AFA que se haga cargo de los viáticos y ciertas exigencias básicas como lugares de entrenamiento con césped natural.

Mientras estudiaban, trabajaban, cuidaban a sus familias, entrenaban en su club y en la Selección, tuvieron que organizarse para pedir que les cubrieran al menos 150 pesos de viáticos.

No hay dudas de que cada lucha las hizo más grandes, más fuertes y más conscientes de que ser protagonistas, para una mujer, implica hacerse lugar.

Alcanza con escuchar las declaraciones de las jugadoras cada vez que termina un partido. Están hablando de otro fútbol. Estefanía Banini, capitana de nuestra Selección, declaró después del primer partido mundial, que fue un empate contra Japón y significó nuestro primer punto de la historia: “Supimos demostrar lo que es la mujer argentina, significa mucho, porque es la esperanza, es el primer paso, es lo que queríamos reflejar, esta entrega, esta lucha que está haciendo la mujer argentina por la igualdad (…) esperamos que sea un primer paso de un futuro muy grande que tenga Argentina”.

Pero retrocedamos un poco. Jugábamos la Copa América, que se disputó en Chile en el año 2018, esa que nos permitiría acceder al Mundial e incluso a los Juegos Olímpicos del frustrado Tokio 2020, y las jugadoras posaron para la clásica foto de comienzo del partido como el “Topo Gigio” exigiendo a la AFA que escuche sus reclamos.

Previo a eso, tuvieron que defender su lugar cuando la Federación de Fútbol decidió presentar la nueva camiseta utilizando a modelos, en vez de a las propias protagonistas. Una vergüenza.

La clasificación al Mundial fue dura, pero marca un precedente en la historia. Las jugadoras tenían que jugar el repechaje contra Panamá para acceder. El primer partido se jugó en el estadio de Arsenal a fines de 2018 y el empuje de la lucha feminista que siempre las acompañó llenó el estadio, familias, aficionadas y muchísimos pañuelos verdes para alentar y empujar al equipo que terminó goleando 4 a 0 y festejando.

Hubo un partido de vuelta, que se jugó en Panamá, y que tras terminar 0 a 0 nos catapultó a un Mundial. Otra vez, las pibas haciendo historia.

Viajamos a Francia, las 23 jugadoras, demostrando a las que vienen que se sueña y se lucha.

El primer partido fue contra Japón que se ubica en el puesto 10 del ranking FIFA del fútbol femenino. Argentina entró a la cancha con todas sus batallas libradas en la espalda, a demostrar el esfuerzo con el que trabajan. El partido quedará guardado para siempre como el primer punto en un Mundial. Salimos festejando, porque cada paso es enorme. Estefanía Banini, a quien habíamos comparado con Messi, fue premiada como mejor jugadora del partido, después de haber gambeteado y distribuido la pelota por la cancha con toda su magia.

A propósito de esto, cuando le preguntaron qué se siente que te comparen con Messi dijo que las jugadoras prefieren que las llamemos por su nombre, que es lo que las ayudaría a visibilizar el fútbol femenino.

El segundo partido lo jugamos contra Inglaterra, perdimos 1 a 0 pero queda en nuestro registro la épica atajada del penal de nuestra experimentada Vanina Correa (que también había jugado el mundial 2007, se había retirado y volvió para dejar huella). Vanina también obtuvo el premio a mejor jugadora del partido.

Para el último partido del grupo, nos tocaba jugar contra Escocia. Teníamos la necesidad de ganar o empatar para conservar alguna chance de avanzar en la competencia, dependiendo de los resultados ajenos. Hoy lo recordamos como la remontada histórica, perdíamos 3 a 0, Mili Menéndez recibe la pelota y abre el pie derecho para poner el 3 a 1. Festeja tirando besos al aire y corre al centro de la cancha para que saquen rápido y tener más tiempo para intentarlo. 5 minutos después Florencia Bonsegundo, lejos del arco, pega un derechazo que pasa por arriba de la arquera y se clava en la red. 3 a 2. Casi no queda tiempo, nuestra defensora Aldana Cometti recibe la pelota en el área y es derribada por una patada, penal. Se hace cargo Florencia que tiene dos oportunidades por adelantamiento de la arquera. La mete. Corre hacia la hinchada, se besa el escudo, se tira al césped de rodillas, se pega en el pecho y es embestida por el abrazo de sus compañeras.

Se quedaron con el premio innegociable de haberlo dado todo. No pudimos clasificar a la siguiente ronda. Pero las jugadoras festejaron y se bajaron del micro a saludar a la gente que fue a verlas, porque saben que hay muchas más batallas ganadas afuera de la cancha.

Tienen con qué inflar el pecho y no arrepentirse de nada.

Son enormes porque están cambiando la forma de ver al fútbol. Llegaron hasta ahí soñando un opción que no les dieron, porque aunque las Pioneras existían, nadie las mostró. Hoy las niñas que juegan tienen a sus referentas dejando la vida por la camiseta. Saben que pueden crecer y ser jugadoras. Pueden mirar para adelante y podemos agradecerle eso a nuestras selección para siempre.

Nota realizada por Mica Gamuza para Red Eco


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