“Los derechos colectivos son más importantes que los derechos individuales”
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 10/11/2020
Esta semana entrevistamos a Eduardo Reese, especialista en la temática de vivienda y parte de la organización Madre Tierra, quien nos habló sobre cómo se conforman los primeros asentamientos en Argentina hace 100 años y acerca de la falta de políticas públicas por parte del Estado para incidir sobre el sector privado inmobiliario. Afirma que sólo en la Ciudad de Buenos Aires hay 140 mil departamentos sin habitar, y el gobierno no hace nada con estos espacios ociosos. “Es necesario regularizar la propiedad privada y que se protejan los derechos colectivos de la sociedad. Los derechos colectivos son más importantes que los derechos individuales en casi todos los países capitalistas del mundo”. Por Enredando Las Mañanas.
Desalojo, represión, problemática habitacional, vivienda, son las palabras en torno al derecho a la vivienda digna que estuvieron presentes estas semanas, entrevistamos a una persona especialista en este tema, Eduardo Reese, académico y activista.
ELM: En relación a esta problemática estructural en la República Argentina, ¿podés hacer un análisis sobre esta cuestión de que las ciudades se hacen cada vez más grandes y que hay una concentración de población en poco territorio y una concentración de territorio en pocas manos?
Eduardo: Este es un problema como bien dijiste estructural y persistente en toda América latina y en nuestro país en particular. Cuando digo persistente es porque hay que pensar que Argentina convive con asentamientos muy precarios desde hace 100 años, desde la década del 20 del siglo pasado y, desde la crisis del 30 se empezaron a conformar los primeros asentamientos de los sectores populares que no tenían dónde vivir. No es que antes no hubiera pobres sino que visiblemente empezaron a asentarse en nuestras ciudades desde hace 100 años.
De ahí la persistencia y el carácter estructural de este problema que en este momento pareciera que es una cosa natural dado el tiempo que lleva. Uno no se puede resignar a eso. Es una problemática naturalizada resultante de una combinación de un mercado inmobiliario, y su funcionamiento problemático y con prácticas especulativas muy extendidas, y un conjunto de políticas públicas completamente inadecuadas, a veces ni siquiera en práctica como en los últimos cuatro años. Es una problemática de vivienda y también de acceso al suelo dado que un lote no lo pueden comprar no sólo los hijos de los trabajadores y trabajadoras, sino tampoco el hijo de la clase media en Argentina. El mercado inmobiliario y el precio del suelo adquirieron una característica de inversión asociado al sector financiero, en donde los precios no tienen nada que ver con los salarios medios de este país ni con la región metropolitana en particular. Entonces tenemos una situación extraordinariamente grave en la cual el Estado no tiene políticas. Es decir, el Estado tiene muchas políticas para construir casas o de infraestructura pero no tiene ninguna para intervenir efectivamente en los mercados inmobiliarios especulativos asociados al mercado financiero que tenemos en América Latina y en Argentina.
ELM: En el imaginario de principio de siglo pasado donde la clase media podía tener un terreno que habitar, sin transpirar demasiado, parece muy lejano y sin embargo el mercado inmobiliario no está en bancarrota a pesar de tener menos gente que accede a tener vivienda propia, ¿por qué es que aún sobrevive o que siempre le va bien al mercado inmobiliario?
Eduardo: Lo voy a explicar de esta manera, creo que sabemos que la Argentina cíclicamente tiene un conjunto de crisis económicas provocada principalmente por el sector financiero desde la última dictadura cívico-militar. La última dictadura fue un corte de época, no fue solamente el gobierno de las fuerzas armadas, fue un corte a partir del cual se dolarizó el mercado inmobiliario porque empezó a formar parte esencial y básica de la cartera de inversiones del sector financiero. Esto quiere decir que el sector financiero antes no tenía vinculación con los negocios inmobiliarios. Entonces la tierra y la vivienda pasaron a formar parte de las especulaciones del sector financiero del forma estructural, el cual invierte parte de las sobre-ganancias en tierra. La modificación económica que produjo la dictadura incluyó a la Argentina en el mercado especulativo y financiero internacional, por lo que se comenzó a invertir en tierra y en departamentos y esperar que se valoricen.
Esto significa comprar tierra vacante, como por ejemplo la tierra ocupada en Guernica, que era propiedad de una empresa que la compró en 1983 y que la tenía abandonada hace 40 años. Esto significa que durante todo este tiempo el Estado y la sociedad fue haciendo inversiones alrededor de estos terrenos que lo valorizaron y el señor o la familia propietaria, sin hacer absolutamente nada se beneficia directamente por todas las atribuciones e inversiones que se hicieron alrededor de sus 300 hectáreas durante 40 años. Es decir, que sin hacer absolutamente nada, la familia pasó a ser multimillonaria por la valorización de esta tierra.
Lo mismo pasa en la ciudad de Buenos Aires, el propio Gobierno de la Ciudad admite explícitamente que tiene 140.000 departamentos vacíos y no hace nada. Como también pasa en el conurbano donde no se castiga el no uso de la tierra o de las viviendas y que para los grandes inversores resulta muchísimo más barato tener el terreno abandonado o cerrado o tener los departamentos en Puerto Madero totalmente cerrados y vacíos que alquilarlos (…) porque total el impuesto inmobiliario que pagan es irrisorio en relación a la tasa de ganancias que obtienen de esa inversión. Ahora bien ¿por qué estoy insistiendo mucho en esto? porque hay que entender de que 140.000 apartamentos vacíos solamente en la ciudad de Buenos Aires significa que hay 140000 departamentos menos circulando en el mercado, es decir que el propio especulador lo que hace es producir una situación artificial de escasez de departamentos. Al ser un producto escaso claramente aumenta de precio y lo mismo pasa con la tierra en el territorio del Gran Buenos Aires, donde claramente hay mucha tierra pero está especulando afuera del mercado, por lo tanto hay una situación artificial de escasez debido a los precios que por supuesto produce que las familias de los sectores populares no tengan ninguna otra posibilidad que la toma o la ocupación para poder vivir.
ELM: Así como lo explicás son mega plazos fijos que fueron adquiridos a precios irrisorios y rurales hace 40 años…
Eduardo: Después hay una política pública que les pone una autopista, que le facilita los trenes… y eso empieza a valer fortunas incalculables.
ELM: La consecuencias se ven cuando en muchos lugares solamente un paredón marca las diferencias abismales entre una clase y otra, los habitantes de esos countrys por un lado y la gente amontonada del otro. Con respecto a eso, las palabras que están resonando mucho en los medios son “la propiedad privada”, te quería preguntar ¿qué pasa con la propiedad social, hay forma alternativa a la propiedad privada?
Eduardo: A ver, la primera cuestión es que efectivamente la Argentina se rige por la propiedad privada individual a partir del primer Código Civil que Dalmasio Vélez Sarsfield redactó en 1871, en una Constitución previa de 1853 que era claramente liberal. Efectivamente la Constitución de la República Argentina y el Código Civil han sido elementos constitutivos de las relaciones sociales de la Argentina y han puesto a la propiedad privada como un elemento principalísimo de la construcción social del país. Ahora bien, ni siquiera el propio Vélez Sarsfield en el Código Civil de 1871 decía que la propiedad privada tenía un uso absoluto e irrestricto, estoy hablando de un Código Civil hiper liberal porque la propiedad privada es un elemento totalmente relevante, es más, es la punta de la pirámide de la estructura jurídica de la Argentina. Pero tiene una serie de condicionantes y de reportes por los cuales la propiedad privada no tiene un uso absoluto como se dijo en todos estos últimos días. Es decir en el Código Civil de fines del siglo XIX tenía limitaciones, en ese momento un poco tontas: no podías tener vistas al terreno de al lado porque invadía la privacidad, no podías tirar excrementos o aguas cloacales en el terreno de al lado. No podías hacer un montón de cosas que afectaran a los derechos de tus vecinos. Eso evolucionó y en la constitución del 49 se instauró la función social de la propiedad. Constitución que como todos sabemos se derogó en el año 56. La función social de la propiedad es un principio jurídico esencial por el cual, aun reconociendo que existe la propiedad privada, se establece que hay una hipoteca social de esa propiedad privada que tiene que cumplir. Entonces habilita a una serie de regulaciones sobre el uso de esa propiedad que son centrales: la noción de la función social de la propiedad en el mundo es extraordinariamente extendida en todos los países capitalistas en donde efectivamente se imponen restricciones muy fuertes. En la Alemania conservadora de Merkel vos no podes especular con la tierra, el Estado te cobra impuestos muy importantes por especular, porque significa que estás atentando contra el derecho de acceso a la vivienda qué es otro principio constitucional.
En el único o uno de los pocos lugares del mundo donde los liberales atrasan en sus concepciones es la Argentina porque ni siquiera los liberales de otros países del mundo sostienen el uso irrestricto de la propiedad privada y la especulación sobre la tierra. Es necesario regular la propiedad privada, es necesario establecer una serie de normas y códigos, etcétera, que protejan los derechos colectivos de la sociedad. Uno de esos derechos colectivos es el derecho al ambiente sano. otro es el derecho a la vivienda, los derechos colectivos son más importantes que los derechos individuales en todos los regímenes urbanísticos, constitucionales salvo en América Latina.