(Por Bárbara Taboada) Nación y Provincia de Rio Negro se unieron hace días para “dar fin al conflicto mapuche”. Como en 1880 la solución es el desalojo inminente, el nulo reconocimiento histórico y la perpetuación de la opresión sistemática. En paralelo, los medios argentinos serviles al poder económico extranjero, construyen como en antaño la imagen de “indixs malxs” “malones” “terroristas” para justificar la despoblación nativa en defensa de los intereses económicos de los terratenientes provinciales y grupos empresariales extranjeros. A todo esto, la Iglesia, madre del racismo colonial de la genética Argentina, tomó posición y ejerció su cinismo:
El obispado de San Isidro denunció penalmente a la comunidad Lafken Wikul Mapu por usurpación, alegando que esas tierras son propiedad de la Iglesia; ya que Roca y el Perito Moreno tuvieron la gentileza de robarlas primero y obsequiarlas luego…siempre de buena fe.
Desde 1880 hasta el 2020 El Nahuel (tigre-jaguar) huapi (isla) ruge por recuperar su identidad…
Luego de 100 años allí se levantó una machi (Autoridada espiritual)…
Luego de 100 años allí existe un rewe (sitio ceremonial) en pie…
Luego de 147 años allí se levanta el newen (fuerza)!!!
Wallmapu fue es y será territorio mapuche a ambos lados de la cordillera, los únicos usurpadores son los Estados Argentino/ Chileno. La tierra no es de la iglesia
Saavedra Ernesto Horacio, apoderado del Obispado de San Isidro interpuso denuncia contra la Comunidad Lafken Winkul Mapu por usurpación “del inmueble de propiedad de su representado, identificado como «Cabañas Hueche Ruca«, las cuales son situadas en la Ruta Nacional N° 40 Sur, en el lote N° 74 a/b de la Villa Mascardi, Reserva Nacional Nahuel Huapi, de la Provincia de Rio Negro”.
El juez de Garantías de Bariloche, Juan Martín Arroyo, dispuso el jueves por la tarde restituir al Obispado de San Isidro el lote donde funcionaba el campamento “Hueche Ruca”, en Villa Mascardi, que miembros de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu habían recuperado desde abril.
Asimismo, se afirmaron los cargos formulados por la fiscal Betiana Cendón contra María Nahuel, Johana Colhuan, Betiana Colhuan y Yéssica Bonnefoi, integrantes de la comunidad mapuche, a las que les mal atribuye haber “usurpado” el predio al Obispado de San Isidro.
El usurpador usurpado: La palabra escrita siempre fue del opresor
En la denuncia penal a la lof Winkul Mapu, Saavedra Ernesto Horacio, expone por un lado que la Winkul no es comunidad mapuche, sino una banda de delincuentes comunes; y por otro, que los mapuches son araucanos/chilenos invasores, siendo el toki Calfukura “el gran invasor” de los “indios argentinos”.
“Como lo hemos sostenido precedentemente, no estamos ante el accionar de una «Comunidad Mapuche», considero relevante conocer la génesis de este pueblo preexistente, pero no originario como mal se interpreta muchas veces. Y como resulta imprescindible para comprender la realidad (actual), conocer algo de la historia real, que ha sido omitida de la historia tradicional, incorporo este capítulo en mi escrito, a modo de aporte de una opinión independiente, histórica y objetiva. Para ello recurro a una obra leída y que guardo desde mil adolescencia y siempre me resulta útil en varios aspectos de la vida…”
Wallmapu es un solo territorio-nación mapuche a ambos lados de la cordillera; por tanto Saavedra brinda un recorrido histórico por demás racista y subjetivo.
Lo sostiene a partir de citas del libro “Callvucurá y la dinastía de los Piedra» de Estanislao Severo Zeballos; un libro escrito en 1890 por el ministro de Julio A. Roca:
«Nuevamente, al cerrar este prólogo, se nos plantea la cuestión que es un problema de conciencia histórica, de si pudo el indio ser reducido pacíficamente, si fue necesaria la guerra que llevaron contra él el General Roca y los jefes militares de la Campaña del Desierto, o bien, si antes se pudo y debió asimilarlo en el seno de la población blanca. Aquella guerra no fue de exterminio total, pues muchas tribus y grupos de indios se sometieron voluntariamente o no a las armas de la Nación y fueron reducidas a la civilización y el trabajo con éxito diverso; pero, ciertamente, un filántropo no aprobaría todas sus fases y episodios. Una verdad es que, si hubo sacrificios del indio, también lo hubo de los soldados y no menos de los jefes y oficiales, lanzados en su persecución en marchas fatigosas y extenuadoras. Tampoco me afilio al sentimiento de los críticos que han disminuido post facto la importancia de la campaña del 79, menospreciando el número de indios que hubo que dominar.»
Estanislao Severo Zeballos fue jurista, uno de los más destacados racistas intelectuales y políticos de la generación del 80 que ocupó tres veces el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores de su país, destacado ministro de Julio A. Roca, y por tanto uno de los grandes impulsores de la “Campaña del desierto”.
Entre sus frases favoritas podemos encontrar:
“la barbarie esta maldita y no quedarán en La Pampa ni los vestigios de sus huesos”.
¿Con qué autores justifican las naciones originarias su propia historia?
La historia de todo el Wallmapu, tanto del Ngulumapu (Chile), como Puelmapu (Argentina), no se halla narrada en libros de formación educativa Argentina/Chilena; tampoco actualmente se busca incorporar material que evidencie otras miradas históricas; por tanto la educación no educa desde la verdad, adoctrina desde la imposición.
¿ Qué autor mapuche legitimado de 1880, podemos encontrar, con libros publicados que exponga nuestras verdades?
Es absurdo de pensar…
Nuestros relatos son orales y se han pasado de generación en generación.
Sabemos del origen de cada sitio, del por qué de sus nombres, de las fuerzas creadoras que habitan en la mapu (espacios materiales e inmateriales), del biorritmo de la tierra, de las 4 edades de esta humanidad, etc.
Nuestros kimche (sabios) son nuestras bibliotecas, lxs machi, las ñañas memoriosas; por eso los cuidamos, mientras los depredadores lxs atacan.
Según nuestros kuifikecheyem (antepasados) hace 30.000 años que habitamos estos territorios; y por esto desarrollamos un precioso y vasto conocimiento milenario, y un lenguaje que vamos nutriendo.
Nos arrebataron el territorio, la lengua y la identidad, y tenemos todo el derecho a recuperarlo. Como dice el lamngen Gustavo Figueroa, “Somos nietxs y bisnietxs recuperadxs”.
Los escritos oficiales jamás dieron lugar a nuestra palabra, y aún hoy se prioriza la voz de “lxs expertxs sobre temas mapuche, lxs licenciadxs e historiadores”, pero pocas veces se da lugar a la propia gente mapuche, a que sea quien relate los hechos que vive o vivió su familia. ¿Cómo probamos nuestros relatos? ¿Siempre con muertos?
¿A cuantxs abuelxs tenemos que desenterrar para corroborar la preexistencia? ¿Cuántas tumbas de nuestrxs ancestrxs la ciencia deberá profanar?
Es importante entender que hablamos de la historia de “las familias”, de nuestras familias, de abuelxs y bisabuelxs que fueron estafadxs, saqueadxs, vendidxs, esclavizadxs, y asesinadxs junto con sus tierras, solo para que las familias poderosas criollas de la naciente Argentina tengan lugar para alimentar vacas y engordar sus fortunas, para beneficio de terratenientes extranjeros y para alentar los negocios eclesiásticos aun vigentes.
Cada nombre y apellido mapuche manifiesta el origen de la persona y su lugar en el mundo; por eso a muchos de nosotrxs nos lo han arrebatado y obligado a migrar a las ciudades.
Rafael Nahuel (tigre-jaguar), María Nahuel(tigre-jaguar), llevan en su tuwun (lugar de origen) y kupalme (linaje familiar), el nombre del sitio que reclaman.
La historia oficial dice que el Parque Nacional Nahuel (tigre-jaguar) Huapi (isla) es el más antiguo de los parques nacionales argentinos, creado el 8 de abril de 1934, sobre la base de la donación de tierras que realizara el perito Moreno con este fin.
¿Cómo se explica que fue creado? ¿Antes no existía?
¿Cómo consiguió el Perito Moreno esas tierras?
El Perito Moreno fue un asesino, un perverso asesino que secuestró y destripó a la familia Inacayal, para luego exhibirla en el museo de La Plata. Así consiguió las tierras.
Todos los caminos conducen a Roca… y derivan en Roma..
Como ya se expuso, el Obispado de San Isidro fue beneficiado por el genocidio y las instituciones corruptas del Estado Argentino que repartieron el territorio puelche (mapuches del este) a las familias ricas, militares y a la Iglesia cómplice…
La historia oficial cuenta que el predio situado dentro de la Reserva Nacional Nahuel Huapi, de la Provincia de Rio Negro fue cedido y por tanto no cabe reclamo alguno.
«Hueche Ruca», sitio de cabañas, fue fundado en 1962, escriturada en 1986, y desde entonces, se empleó para campamentos scouts y alojar niños y jóvenes con problemas de adicciones.
En el sitio se contaba con una cabaña grande que tenía capacidad para albergar 60 personas, y tres cabañas pequeñas en otro sector del predio.
En Hueche ruca (casa de jóvenes), el Obispado de San Isidro violó menores.
Cristian Gramlich, de la diócesis de San Isidro, fue un caso muy conocido en la zona.
Fue denunciado ante el obispado de San Isidro (diócesis en la que vivía y trabajaba), por abuso sexual a alumnos de dos colegios de esa zona: Carmen Arriola, y Juan XXIII.
Las víctimas de este pederasta optaron solo por la justicia eclesiástica; por tanto, los detalles de los hechos no se dieron a conocer.
En el 2016 el vaticano decretó su dimisión del estado clerical.
A los 58 años y con 32 años de ejercicio sacerdotal las víctimas son más de las que podemos imaginar.
Gramlich es un experto en liturgia, fue autor de varios libros de formación para catequistas y para chicos que aún se utilizan; fue secretario ejecutivo de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Argentina durante varios años, Director del Secretariado Nacional de Liturgia y un violador de menores.
La lista de sacerdotes que en nombre de Dios abusaron de niñxs es infinita, pero siempre es bueno difundir algunos nombres: Padre Daniel Acevedo, Nestor Aramayu, Francisco J Armendáriz, Walter Avanzini, Abel Balbi, Horacio Corbacho.
Tras 528 años de usurpación eclesiástica, abusos y vejaciones de todo tipo, quizás este sea un buen momento para poner las cosas en su sitio:
La iglesia es culpable de todos los genocidios cometidos en nuestra historia continental, es usurpadora de nuestras tierras ancestrales y pederasta.
¿Cuántos niñxs originarios están siendo privados de su propio territorio, mientras la Iglesia pedófila se los quita? ¿Cuántos abusos mas permitiremos?
Pregunto: ¿A quiénes debemos denunciar?