Informe Especial ¡Arde Córdoba! Parte 1 En lo que va del año 2020 se quemaron más de 146 mil hectáreas.

Escrito por el 03/10/2020

Desde hace más de diez días la provincia de Córdoba tiene grandes focos de incendio en distintos puntos del territorio. Tal es así que el día miércoles 30 de septiembre, la jornada comenzó con tres graves focos: Punilla norte, Alpa Corral y Paravachasca- y concluyó con otros cinco.  Además, vecinxs de Falda del Carmen, La Bolsa y Tanti fueron evacuadxs. Por estas razones, el día concluyó con el Gobierno provincial declarando la alerta amarilla al Consejo Federal de Bomberos Voluntarios. Esta medida posibilita disponer de cuerpos de bomberos voluntarios de otras provincias.

 

En una provincia donde había 12 millones de hectáreas de bosque nativo a principios del siglo XX, hoy queda el 3% de aquellos montes en un estado de más o menos conservación y en descenso. Según los registros del Plan Provincial de Manejo del Fuego, el peor año en materia de áreas incendiadas de la última década fue 2009, con 226.800 hectáreas quemadas en Córdoba. Le siguió 2013, con 151.800 hectáreas. Datos provisorios del Instituto Gulich (UNC) ya arrojan 146 mil hectáreas quemadas, mientras grandes zonas continúan ardiendo.

 

Radiografía de los últimos incendios de Córdoba

Este año la provincia ardió durante días y días en distintos puntos cardinales: un incendio originado en Ischilín hace un mes se desplegó hacia Copacabana, Ongamira y Charbonier, llegando hasta Capilla del Monte. En esos días también ardió el conocido Cerro Pan de Azúcar en las cercanías de Cosquín, en el Valle de Punilla. Pero este Valle -que es el más afectado este año- continuó ardiendo y actualmente el fuego está activo desde hace 10 días, iniciando en la zona de Cuchi Corral, cercano a La Cumbre y extendiéndose hacia el sur y el oeste de una manera voraz pocas veces visto. Ya se extendió por la zona conocida como Pampa de Olaen, en la zona del Río Pinto, Carpintería y Potrerillos y avanzó sobre las zonas de Characato y Cañada Honda, y se dirigió hacia la zona de la Estancia Jesuitica La Candelaria. Es decir, sobre el extenso Departamento Cruz del Eje y camino al Departamento de Pocho. 

Cecilia, integrante de la Brigada vecinal de Villa Giardino conformada hace nueve años y que está combatiendo aquellos focos,  nos compartió el análisis que hacen sobre lo que está sucediendo en aquella zona de Punilla norte y en la provincia en general: “lo que vemos como brigada es que no hay un plan estratégico de ataque a estos fuegos, sobre todo en las primeras etapas. Cuando el fuego ya está en estas dimensiones es claramente muy complejo de resistir. Pero, sí vemos que en los primeros días no se están realizando las tareas o poniendo todo el foco que se tiene que poner. Por eso, las vecinas y vecinos salimos a capacitarnos, estamos todo el año preparándonos para esto”.

Además, la Brigada de Villa Giardino ya había denunciado la desidia del gobierno provincial en el combate del fuego hace un mes en el incendio que azotó al pueblo de campesinxs Copacabana. Cecilia expresa que “se trató de una incendio que tenía aproximadamente cuatro días, que venía de la zona del este, cruzando las sierras y se dejó pasar sistemáticamente. Y mientras en los medios se hablaba de una cantidad de bomberos enorme trabajando en esa zona, lo cierto, es que no había nadie. Eran vecinxs, lxs mismxs pobladores, lxs mismos vaqueanos que estaban resistiendo el avance del fuego. Una vez que pasó esa zona fue que se generó el excesivo incendio que llegó hasta Quebrada de la luna, hasta Charbonier. Entonces no podemos decir que esto nos sorprende, todo el tiempo el gobierno reacciona como si esto fuera una sorpresa”. La denuncia es concreta: el estado provincial está dejando que se queme el monte, actúa cuando el fuego ya está descontrolado.

Algo similar es lo que se denuncia hacia el sur del Valle de Punilla. El fuego arrasó desde el 21 de septiembre los cerros que recorren Villa Carlos Paz, San Antonio de Arredondo, Mayu Sumaj y Las Jarillas, llegando a metros de las viviendas y poniendo en vilo durante una semana a la población. Esto se agravó con nuevos focos durante el miércoles 30 cuando en horas de la tarde de ayer se sumaron focos en Santa Cruz del Lago (Carlos Paz) y, por segunda vez con gran magnitud, en Tanti.

Respecto del foco que inició el 21 de septiembre en Villa Carlos Paz, conversamos con Marcela Fernández de ADARSA (Asociación de Amigos del Río San Antonio) que nos detalló que “el fuego era muy chiquito, muy controlable, lo veíamos pero hasta una hora y media después no vino nadie, ningún bombero. En realidad, los bomberos a medida de que llegaban, y el fuego se desmadraba, llegaban exhaustos de otros lugares. No tienen directivas de subir, subían por los lugares equivocados. Lo que veíamos era una falta de previsión y de coordinación. No había autoridades municipales, sino hubiera sido por la gente, que esto lo vimos, lo vivimos, las casas del pie de las sierras estarían hechas cenizas”. Entiende Marcela que “se nos está quemando literalmente la fábrica de agua”.

En la zona centro de la provincia de Córdoba, caracterizada por la actividad agropecuaria y menor cantidad de sierras, el primero fue el incendio de Villa Albertina, hace un mes, en el departamento Gral. San Martín, próximo a la ciudad de Villa María, donde lxs vecinxs denunciaron que a pesar del enorme trabajo del bomberxs no se envió desde la Provincia personal suficiente así como recursos. Siguieron otros focos en Oncativo y en el sur de la ciudad de Córdoba. Ahora, en el sur provincial, en el departamento Río Cuarto, los incendios azotan la zona de Alpa Corral, Villa El Chacay y Las Albahacas. 

Sobre el combate del fuego en Alpa Corral una de las vecinas, Sara, que está en la primera línea nos explicó lo siguiente sobre la articulación de trabajo con bomberos: “Somos un grupo de personas que debemos ser unas veinte personas que hace desde el domingo que estamos trabajando en conjunto con los bomberos. Ellos nos dieron algunos materiales como mochilas, chicotes y con esas provisiones más algunas herramientas que tenemos nosotros empezamos a trabajar. Y ya el lunes cuando se puso intenso y feo empezaron a sumarse más vecinos porque el fuego llegaba cada vez más cerca de las casas del pueblo. Pero siempre trabajando en grupos y atentos a lo que los bomberos nos van diciendo”. Nos contó Sara que  Alpa Corral está en un valle y prácticamente todos los cerros que están alrededor del pueblo se quemaron, y afirma que “los incendios siempre son intencionales”.

En la zona próxima a Alta Gracia, en el Valle de Paravachasca, hubo incendios que rodearon de punta a punta a La Paisanita, la zona de Potrerillo de Larreta y Falda del Carmen donde hubo familias evacuadas. Además, se quemó la zona de la Estación Astrofísica de Bosque Alegre (EABA) que pertenece al Observatorio Astronómico de Córdoba. En el contiguo Valle de Calamuchita algunos focos se iniciaron en las últimas horas en las localidades de Ciudad America, Villa Berna y en Loma de Trigue, un viejo camino de La Cumbrecita. En estos Valles, al término del presente Informe, según informaron bomberos y vecinxs de la zona, después de una ardua noche de trabajo contra el fuego los focos de incendio se encontraría contenidos, con guardia de ceniza. No obstante, Evelyn desde Villa Ciudad Parque, nos contó que el fuego iniciado en la zona de La Cumbrecita continuaba a pesar de que la policía afirmaba que estaba controlado y no permitía que vecinxs se acercaran al lugar.

Desde el Valle de Paravachasca, Virginia de Anizacate nos comentó que para ella lo más significativo y esperanzador de estas jornadas fue “la movilización comunitaria”. Y detalló que: “todos los resultados positivos han sido gracias a la gente. Han venido amigos de otros pueblos, de otras puntas, han puesto el cuerpo y creo que esto se replica en todos los lugares con focos. El Estado no existe. Somos nosotros y ahora viendo cómo nos tenemos que equipar porque evidentemente vamos a tener que defendernos nosotros. Tener mochila, un chicote, y todas esas cosas de forma preventiva”. 

En el Valle de Traslasierra en los últimos días hubo un foco importante en San Carlos Minas, en el departamento de Pocho, que ahora parecería estar controlado. No obstante, vecinxs del dicho Valle comentan con curiosidad que este año no ha habido incendios de envergadura a pesar de que el año pasado los tuvieron en vilo, en particular se quemó todo un área donde pretenden hacer una nueva ruta. 

En las Sierras Chicas también hubo varios focos de incendios en los últimos meses que incluyen zonas que se quemaron más de una vez sólo en este año. Al respecto, el biólogo Cristian Schneider, integrante de la Coordinadora Ambiental y por los Derechos Humanos de las Sierras Chicas, nos explicó que en dicha región: “en realidad empezaron en mayo, junio, julio, con varios incendios. Y de hecho en los territorios que abordamos con la Coordinadora, que va de Córdoba Capital, Calera hasta Ascochinga y La Granja hay 16 áreas protegidas de las cuales hubo tres que desde mayo, junio y julio empezaron a ser afectadas por los incendios. Y en agosto se dió el impacto mayor, particularmente, en lo que es la Reserva Natural Hídrica y Recreativa Bamba que es dependiente del municipio de la Calera, la Reserva Natural Hídrica y Recreativa Municipal Villa Allende, de la misma localidad y la Reserva Natural de la Defensa La Calera”

Dichas áreas protegidas se extienden aproximadamente a lo largo de 9000 hectáreas cada una y explicó el biólogo que los incendios dan cuenta de “la no implementación de planificación”. Sobre esto nos detalló que “Si hay guardaparques hay control, hay vigilancia; si hay control y vigilancia hay posibilidad de hacer prevención. Si hay prevención se pueden planificar las medidas de educación ambiental y de alertas tempranas. Y por lo tanto esos elementos que hoy hacen a una ausencia estatal”. En este caso, se refería a los municipios de Villa Allende y La Calera, el Ministerio de Defensa como administrador del área de la Reserva La Calera y, también, del gobierno provincial de lo que hace a “las zonas grises que rodean o están dentro de estas áreas protegidas”, agregó. 

Al respecto, remarcó, además, “la desarticulación del Plan de Manejo de Fuego desde el 2017”, que preveía tanto tareas de educación ambiental así como de prevención y del fondo que dotaba de financiamiento al Plan provincial. 

 

La envergadura del desastre. 

Sin cifras definitivas, algunos números ya colocan al año 2020 entre los que más hectáreas fueron consumidas por el fuego. En lo que fueron los incendios entre los días 15 y el 30 de agosto pasados ocurridos en las zonas de Villa Albertina, Copacabana y Charbonier, se calcula -según datos recopilados por el INTA- que fueron 249 pequeñxs productores y familias campesinas afectadas en distintas magnitudes. Sumado a los incendios en otras áreas de la provincia, la primera tanda de fuego sumaria unas 50.000 hectáreas de monte y campos quemadas. 

Actualmente continúan cinco focos activos en la zona de Alta Gracia, Alpa Corral, Calamuchita, Tanti y la Punilla Norte. Desde el martes 22 hasta el martes 29 por la mañana se estima que se quemaron 57 mil hectáreas entre los departamentos Punilla norte y Cruz del Eje. Es decir, sólo este incendio -con distintos focos activos- ya quemó más que el total anual de cada uno de los últimos seis años. También sigue activo, desde el 21 de septiembre, el foco que se inició en Carlos Paz y se extendió hasta Alta Gracia. Allí no sumarían menos de 15 mil las hectáreas afectadas. Además, todo esto se produce en jornadas de gran calor y vientos que llegan a rafagas de más de 70 km/h.


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