Masacre del Puente Pueyrredón, los movimientos sociales y la importancia de la comunicación popular

Escrito por el 28/06/2020

En el Enredando Las Mañanas de este miércoles recordamos la voz de Darío Santillán, quien, en una entrevista a un medio alternativo, ponía en claro las reivindicaciones por las que se estaba luchando en aquellos meses del 2002. También escuchamos las voces de Alejandro Perez (ANRed) y Juan Pablo Barrientos (Argentina Arde), colectivos de comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular. Quiénes recuerdan y analizan aquella jornada, y reflexionan sobre el fortalecimiento de los medios de comunicación propios de la clase trabajadora, la relación entre los movimientos sociales y los medios alternativos, del rol de los corresponsales populares, y de la estrategia de cobertura que se pensó el 26 de junio. Por RNMA

“Hoy somos alrededor de 800 o mil compañeros cortando la Autopista Buenos Aires – La Plata”, contaba Darío Santillán en una de las jornadas de protesta que se dieron en el 2002, “con un bloqueo importante porque acá se encuentra un peaje que pertenece al dueño de un grupo económico de Macri. Es una gran presión hacia el gobierno que durante todo este plan de lucha no dio respuesta. Es la sexta vez que salimos por el mismo reclamo y el gobierno lo único que ofreció fueron negociaciones sin ningún resultado. Todavía los compañeros tienen mucha bronca y están a la espera de alguna respuesta concreta, entonces nos vemos en la obligación de tomar este tipo de medidas de fuerza para ver cómo ganar la pulseada. En la situación que se vive en el país el gobierno opta por darle espalda a los humildes y a los sectores más bajos. Concretamente los reclamos son por los nuevos planes de trabajo, nos dirigimos directamente al Ministerio de Trabajo y queremos que se esclarezca el asesinato de un compañero de Esteban Echeverría de la organización social MTD y la libertad de los compañeros que están presos, el desprocesamiento de los más de 2800 procesados, solidaridad con los cacerolazos. Hoy por hoy el gobierno pretende solucionar este problema de los planes de empleo a través de los comités de crisis que sirven únicamente para implementar el burocratismo.”

Este fue el testimonio de Darío Santillán unos días antes de la Masacre del Puente Pueyrredón en un reportaje con medios compañeros. Él describe como burocratismo el desarrollo de los comités de crisis para dar frente a la situación social de extrema pobreza. En un período que va desde mayo del 2000 a mayo del 2002 se calculó un aumento de 2500 pobres y 1600 indigentes por día. En otra entrevista y en referencia al asesinato de Javier Barrionuevo del MTD de Esteban Echeverría, Darío Santíllán decía:

“Nosotros creemos que esta situación no fue una casualidad, no fue un loquito suelto que disparó un tiro al aire, sino que analizando cómo vienen las cosas desde el 20 de diciembre, la represión gratuita que hubo en el cacerolazo en Plaza de Mayo y este amedrentamiento que están utilizando directamente con los piquetes hasta llegar a amenazar con autos y armas de fuego, es la estrategia represiva del gobierno hacia los sectores en lucha. Nosotros vemos que si quieren seguir implementando el modelo económico que están llevando adelante ahora con mucha certeza porque está la puja entre los sectores económicos financieros y el empresariado nacional, los tipos tienen que resolverlo de alguna manera y están optando por elevar la vía represiva.”

Uno de los medios alternativos que visibilizaron la lucha de los sectores desocupados y marginados desde la década del noventa es ANRed. Hablamos con Alejandro Pérez, parte de este colectivo de comunicadores que estuvieron presentes en las jornadas de lucha del 2002 y del cual Darío Santillán también formaba parte.

“ANRed tiene un origen en el marco de una asamblea por los derechos sociales en zona sur, que hicimos entre distintas organizaciones en lucha a mitad de los ’90 y con el plan hambreador neoliberal capitalista. Una de las cosas que observamos en estas asambleas era que se necesitaba desarrollar en las organizaciones populares sociales y políticas, una herramienta de prensa propia y a partir de eso surge la Agencia de Noticias Redacción (ANRed). En los primeros materiales de comunicación de ANRed ya teníamos las primeras movilizaciones de los MTD. El planteo de la agencia era construir con los corresponsales populares de las organizaciones en lucha. En ese sentido, la agencia estuvo relacionada desde un principio con toda la experiencia de los movimientos de trabajadores desocupados de zona Sur y de las distintas tendencias regionales, particularmente con la Coordinadora Aníbal Verón, el Movimiento Teresa Rodríguez, etc. Siempre tuvimos el criterio de potenciar ese trabajo comunicativo de los movimientos piqueteros. Ideábamos talleres de comunicación popular en los distintos lugares que nos convocaban y algunos compañeros integraban las estructuras de educación popular al interior de los MTD”.

“Durante la coyuntura del 2001- 2002, la entrevista al compañero Darío Santillán la recuerdo mucho porque él era corresponsal popular de nuestra agencia y también de los compañeros de la agencia Indymedia. Para esos años habíamos construido un espacio común para los comunicadores populares, muchos de los cuales hoy forman parte de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) que estaban agrupados en ese momento en el Foro De Medios Aternativos (FODEMA). Fuimos articulando las coberturas en todos los planes de lucha de las tendencias del movimiento piquetero que no apoyaban la conciliación de clases y un proyecto de capitalismo semi-humanizado que encaraban los comités de emergencia y los consensos qué construían la iglesia con los partidos del gobierno. Nosotros cubríamos el desarrollo de estas organizaciones independientes, el reportaje a Darío Santillán fue poco tiempo después del asesinato de Javier Barrionuevo en el marco de un plan de lucha que desde ANRed cubrimos, que fue un corte en cinco de los accesos principales de la zona sur por parte de los MTD. En este contexto y durante un corte en Echeverría un expolicía vinculado al intendente Groppi le pega un tiro a Barrionuevo”.

“En el contexto de este asesinato reflexiona Darío en la entrevista que creo le hace Indymedia, cuando se empezó a discutir entre todos los MTD la idea de empezar a acercarse a la Capital Federal cortando todos los accesos. Llegamos al 25 de junio del 2002, donde ANRed se organizó para estar cubriendo todos los cortes que se iban a hacer a los principales puentes de la Capital Federal. Ese día nosotros montamos una oficina articulando con tres MTD, con los cuales habíamos trabajado y desarrollado las comisiones de prensa. En ese momento no había tanto celular ni tanto internet de uso común, organizamos la oficina con un fax y corresponsales populares en cada uno de los piquetes. En ese sentido ustedes pueden hacer un seguimiento con los seis comunicados que sacó la agencia ese día contando minuto a minuto lo que iba pasando. En primer lugar los aprestos respectivos en los distintos lugares, particularmente en el Puente Pueyrredón y después el registro de los primeros asesinatos que, finalmente, resultó ser uno de los compañeros que más se relacionaba con los distintos medios alternativos, como era Darío Santillán”.

También dialogamos con Juán Pablo Barrientos, que nos cuenta cómo vivió aquel 26 de junio desde su rol de fotógrafo, en ese entonces, parte de Argentina Arde.

“Desde los días anteriores sabíamos que la cosa se iba a poner complicada a partir de los discursos de algunos políticos. Un compañero me llamó por teléfono el día anterior al 26 y me dice que tenía una lata de películas para poder sacar fotos. Nos encontramos a la mañana en avenida San Juan, nos tomamos un colectivo a Avellaneda y en el trayecto de quince minutos armamos ocho rollos de películas en blanco y negro de más de 400 fotos.

En ese momento tener una digital era imposible, Clarín era el único medio que estaba probando las digitales. Llegamos temprano a Avellaneda y nos fuimos directamente a la estación porque sabíamos que era donde iban a concentrar. Cuando llegamos había una formación de algunos pocos y la predisposición de la Gendarmería, Prefectura y Policía en diferentes lugares era de temer. Empezamos a hablar con algunos compañeros y yo saqué unos retratos, unos primeros planos de capuchas y hablé con un par de ellos que estaban en una situación relativamente buena. Estaban ahí por pura militancia y el mensaje que me dejaron era de que ellos estaban peleando ahí por sus familiares, que la estaban pasando mal y demostraron una conciencia de clase que me sorprendió.

Cuando llegamos al puente yo me voy para arriba en dónde estaba la Prefectura, en cuanto llego cansado comenzaron los disturbios abajo. Vuelvo corriendo y ahí comenzó la policía de Fanchiotti a tirar para todos lados. Me costó llegar a dónde estaban los compañeros, dónde estaban Maxi y Darío, y corriendo para el lado de Carrefour ya sentíamos detonaciones que no eran de postas de goma, era un sonido más seco, de pistolas reglamentarias.

Me acerqué un poco, acompañado de varios colegas. A mi compañero lo perdí de vista. Cuando llego a la estación había mucha gente. Entro al hall y veo dos nenitos vestidos de escolar y los agarro y los llevo para afuera por la cantidad de detonaciones. Darío ya estaba tirado en el piso en el patio y Maxi en el hall. Cuando entro con el Ruso (Sergio) Kowalewsky, fotógrafo que colaboraba para Página 12. Entre los dos lo encaramos a Fanchiotti y le decimos por qué no llamaba una ambulancia porque ya había hecho una masacre y apuntándonos con la itaca nos dice “ustedes váyanse porque van a terminar así”. No pensábamos lo que estaba pasando, la adrenalina te lleva a hacer locuras y jamás pensamos que el tipo tenía el arma cargada con balas de plomo y no de goma.

Ahí me voy para el patio donde había una chica totalmente asfixiada sin poder respirar que también cargan en la misma camioneta en que cargan a Maxi junto con ella. Maxi ya estaba fallecido. Son pequeñas imágenes y postales que tengo pero después uno se va acordando de cositas que nunca se olvidan. Es raro que pasen días o algunas semanas desde esa fecha sin que uno las recuerde. Fue un hecho tan violento que viví y que nunca me imaginé que después iba a enterarme que esas personas que había visto estaban muertas.

Sentí mucha tristeza, porque uno recuerda esas cosas porque tuvo que documentar y estar ahí pero siempre reflexiono que el laburo nuestro está ligado a la muerte. No sé si eso está bien o está mal pero son cargas que uno lleva en el cuerpo. Por otro lado es algo que me encanta hacer y lo necesito hacer. Si no hubiesen estado los compañeros independientes y los medios independientes nunca se hubiera sabido la verdad de ese día.

Yo creo que es primordial el trabajo no sólo del fotógrafo sino también del periodista alternativo que esté en el escenario y el territorio para contarnos la otra visión de las cosas y no quedarnos con lo que hoy nos dice Infobae, Clarín o La Nación. Yo venía con una experiencia desde el 2001, con los cacerolazos, y represiones durante todo el verano de enero hasta llegar a Junio del 2002. En los días posteriores, más allá de que yo tuve el apoyo de Argentina arde, yo me tuve que encerrar porque estaba medio inmaduro era un tipo grande pero me pegó muy fuerte lo que había visto. Si hoy tengo que hacer una crítica de este día, considero que trabajé muy mal como reportero gráfico. No pude diferenciar y separar los tantos para hacer buenas imágenes y registrar buenas fotos.

A mí me shokeó mucho la violencia que viví y me sirvió para más adelante estar más fortalecido y poder separar las cosas sentimentales y humanas, para ser más duro en ese momento y trabajar bien. Habían pasado cosas con el material fotográfico de todos los que estábamos ahí y que había evidencia suficiente para desmentir lo que estaba diciendo Clarín y los medios hegemónicos. Ellos no sabían ya cómo tapar la mentira, más allá de que la siguen sosteniendo y la sostienen siempre.”

 


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