Colombia: Mujeres Insurgentes
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 03/10/2017
Enredando las Mañanas compartió la entrevista a Manuela Marín, comandante de las FARC-EP e integrante de la Subcomisión de Género de la Delegación de Paz de las FARC-EP en los Diálogos de La Habana y del nuevo partido FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común), quien contó cómo fue la lucha de las mujeres durante el conflicto armado. Además, relató cómo construyeron las “Tesis sobre Mujeres y Género”, elaboradas por las mujeres de las FARC-EP para debatir en el congreso fundacional del nuevo partido. Un feminismo insurgente, que nace desde lo más profundo de Colombia.
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¿Qué implicancias tiene la lucha por el reconocimiento y protagonismo como mujeres dentro del conflicto armado?
Para nosotras ha sido muy importante encontrar una organización en la que reglamentariamente tengamos igualdad de derechos y deberes que nuestros compañeros, y además no exista la división sexual del trabajo. Esto significó un empoderamiento para las mujeres en una actividad como es la guerra, que ha sido históricamente destinado para los hombres. Los ejércitos burgueses han excluido a las mujeres o solo las han delegado al trabajo de cocina.
Somos mujeres insurgentes que hemos dejado nuestros hogares y estudios para entrar a una organización político-militar, entonces fue una posibilidad mostrarle al mundo que ni la guerra ni cualquier tarea es exclusividad del hombre: las mujeres tenemos que estar en todos los escenarios de la lucha.
En la vida cotidiana estar en una organización así nos permitió construir relaciones distintas con nuestros hombres, así como también entender que el papel de las mujeres va más allá que las labores de cuidado y que, además, cuando estas tareas son compartidas, van construyendo relaciones sociales distintas. Nosotros y nosotras somos el embrión de una sociedad distinta donde no existe la exclusión. Esto no quiere decir que al interior de la organización no haya machismo y aunque los documentos internos hablen de la igual de derechos estén superadas las problemáticas históricas del patriarcado.
A partir del momento en que iniciamos estas conversaciones de Paz, que llevaron al acuerdo que hoy estamos implementando, nos sintonizamos con el ritmo que lleva el movimiento de mujeres y de la diversidad sexual en Colombia, que se ha potenciado en los últimos años. Esto nos hizo dar cuenta de que una de las mayores tareas que tenemos en la insurgencia es proteger lo que tenemos, no perder los derechos que hemos construido, como los derechos sexuales y reproductivos, por ejemplo, que el movimiento de mujeres está luchando para que se dé en el resto de Colombia.
Aquí no sirve que una mujer tenga un cargo si no lo va a representar realmente. Si para hacer la guerra tuvimos que ser valientes, para hacer la Paz tenemos que ser aún más valientes.
Ustedes en el documento sobre Mujeres y Género plantean un feminismo insurgente ¿Cuál es la especificidad respecto a otros feminismos? ¿Cómo dialoga con el marxismo y con otras tradiciones revolucionarias?
Primero debo decir que ese concepto está en construcción. Nos encontramos con la naturalización de nuestras prácticas y vimos la necesidad de teorizar, se nos han acercado muchas personas de diversas tendencias, de feminismos distintos; hay muchas expectativas de lo qué va a pasar con las mujeres farianas en el nuevo partido y cómo nos vamos a relacionar con el movimiento de mujeres, creo que se superó el miedo de que nosotras íbamos a imponer nuestra agenda.
Durante el desarrollo de la Conferencia Nacional Guerrillera, que fue la que aprobó los acuerdos de Paz en la Habana, nos vimos en la necesidad de plantear qué pensábamos frente al tema de mujer y género al interior de nuestro partido. Fue entonces cuando las mujeres que estábamos allí nos pusimos a leer las diferentes tendencias marxistas, y comenzamos a escribir a partir de la realidad que hemos vivido en nuestra organización, para hacer coincidir ambas cosas. Presentamos un resultado de tesis frente a la conferencia, allí se leyó pero no lo discutimos y se nos dijo que lo íbamos a seguir trabajando, y a partir de ello lo fuimos discutiendo en talleres de género.
Hay que decir que todos los talleres fueron mixtos: no fue solo de las guerrilleras, para nosotras los hombres debían estar. Al comienzo no se recibió con mucha tranquilidad por parte de ellos, había mucho susto. Pero luego de varios días de taller, fueron interpretando que también era un tema que a ellos les compete.
Para nosotras el término insurgencia es mucho más representativo. No queremos que nos digan mujeres ex combatientes, porque nosotras vamos a seguir combatiendo, no solo combatimos con armas. Por ahora creemos que el feminismo insurgente nos da espíritu de lucha, y además recoge experiencias del feminismo latinoamericano, que es decolonial y antirracista, y que definitivamente tiene que ser anticapitalista, antipatriarcal, antihomofóbico, que no se puede desviar hacia el feminismo liberal; de esta manera fue como nació el termino insurgente.