Venezuela: “No hubo ningún intento de golpe de Estado”

Los medios hegemónicos difundieron en los últimos días una supuesta situación de crisis traducida en un autogolpe y hábilmente utilizada por la oposición y la OEA. Desde el programa de la RNMA, Enredando las mañanas, nos comunicamos con Francis Monterola, integrante de la Escuela de Feminismo Popular Identidades y Sexualidades Revolucionarias, de Venezuela quien afirmó que lo que sucedió fue “un choque entre los poderes legislativo y judicial en la República Bolivariana de Venezuela” y nos ayudó a reconstruir la sucesión de hechos. 

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Francis inicia su intervención planteando esta incongruencia entre el modo en que los medios de comunicación hegemónicos difundieron la situación venezolana (“que parecía que todo se iba por la borda, que todo estaba muy mal en Venezuela”) y lo que, afirma, “no fue más que un choque de poderes, entre el poder legislativo y el poder judicial”.

El conflicto entre los poderes

Para explicarnos la situación, la activista se remonta al 6 de diciembre de 2015, cuando es electa la actual Asamblea Nacional con denuncias de fraude de tres candidatos del estado Amazonas. “Desde esa fecha, continúa, se encuentra en desacato, porque no podía juramentarse, digamos que no podía juramentar a su junta directiva”. En su momento, el TSJ ordenó dejar sin efecto la elección hasta tanto culminaran las investigaciones.

Monterola refiere que la Asamblea Nacional debió en ese momento “retirar esos tres candidatos, pero no los retiraba porque su argumentación es que son muy importantes, porque les daba la posibilidad de [tener] la mayoría de la Asamblea Nacional, las dos terceras partes de los diputados, teniendo así facultades y atributos de derogar o reformar leyes orgánicas como la ley del trabajo y la de educación”.

Finalmente, el miércoles 29 de marzo, la Sala Constitucional el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela “emitió una sentencia, que es la 156, en la que resolvió que la Asamblea Nacional quedaba en condición inconstitucional parlamentaria y advirtió que mientras persistiera la situación de desacato y de invalidez de la actuación, todas las competencias quedaban en manos del Tribunal Supremo de Justicia. Y le atribuía facultades al Presidente de la República (Maduro) a revisar algunas leyes, como es la orgánica contra la delincuencia organizada, la de corrupción, el código penal, el procesal penal y el código de justicia militar”.

Repercusiones

Las repercusiones de esta decisión fueron de gran magnitud, como detalla Francis: “Todo eso causó un revuelo, un escándalo (…) En una rueda de prensa el diputado Julio Borges, presidente actual de la Asamblea, dijo que era un golpe de Estado que estaba dando el poder Judicial, llamó a la gente a salir a las calles, a la OEA a activar la carta democrática. A su vez, el Secretario de la OEA, Luis Almagro, emitió un comunicado denunciando un supuesto autogolpe en Venezuela, Perú retiró su embajador. Entonces todo eso fue generando y se fue viralizando. Se decía que la gente estaba en la calle y realmente el clima que se vivía era normal, la gente estaba trabajando, militando, viviendo el día a día como siempre, pero en las redes sociales parecía que estaba todo muy mal”.

La palabra de Maduro

Ante “lo que se evidencia que fue un choque entre dos poderes, el legislativo y el judicial, el pasado jueves el presidente Nicolás Maduro convocó al Consejo de la Nación”, comenta Monterola. En su alocución, Maduro “exhortó al Tribunal Supremo de Justicia a revisar esas decisiones de los artículos 155 y 156, para mantener que no hubiese ninguna violación de la Constitución, como dialogar entre esos dos poderes. Porque también la Fiscal General de la República públicamente dijo que si parecía que eso era una violación constitucional que había que revisar muy bien, que había que apelar a la Constitución electa en el año 98 por el pueblo venezolano y que se revisaran bien las decisiones que se habían tomado”.

Los medios de (des)información

Francis se encuentra en estos momentos en Argentina, lo que le permitió vivenciar de primera mano el papel que los medios de comunicación hegemónicos juegan en la difusión a nivel internacional de la situación venezolana. Por eso, invita a “hacerle la guerra a la comunicación hegemónica que nos pone en una situación de tensión muy bárbara. (…) Si una se deja llevar por lo que dice la tele o lo que sale en las redes sociales, realmente cree que está todo muy mal y que lo que está sucediendo no tiene vuelta atrás”. Esto no implica negar el reconocimiento de que “Venezuela viene enfrentando, desde la partida del comandante Chávez, un conflicto político que se ha agudizado bastante en los últimos años, una guerra mediática y económica que manipula y juega con el mandato del Presidente Maduro: lo sube o lo baja todos los días, se va, no se va, dio golpe, renunció… De hecho, el diputado de la Asamblea Nacional Julio Borges manifestó un vacío de poder, una abandono de poder, cuando esto no había sucedido. Entonces, para hacerle un seguimiento y para no entrar en ese clima de tensión permanente, me parece importante que hagamos seguimiento a otros medios de comunicación, como Alba Tv, canal En Movimiento, TatuyTV, Cultura Nuestra, etc., que son portales web, televisoras y redes comunitarias de compañeras y compañeros que intentan mantener a Venezuela, a Latinoamérica y al mundo con información más acertada, mucho más precisa y verdadera de la que nos manifiestan otros medios de comunicación”.