“Lamentablemente no tenemos hoy una figura como la de Tosco”

Escrito por el 01/06/2016

En la emisión del lunes del Enredando Las Mañanas, recordamos la figura de Agustín Tosco, uno de los líderes del Cordobazo, el levantamiento de trabajadores y estudiantes en 1969 que se convirtió en un hito de las luchas populares. Lo hicimos junto a la historiadora María Isabel Grau, coautora del libro “Tosco, la clase revolucionaria”, a quien pertenece la frase del título.

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Enredando Las Mañanas: ¿Cuál es la importancia y la trascendencia que tuvo tanto el Cordobazo como la figura en particular de Agustín Tosco dentro de ese álgido momento de las luchas obreras en Argentina?

María Isabel Grau: El Cordobazo fue un momento que marcó un parte de agua en la lucha que se venía desarrollando en nuestro país que implicó la organización de vastos sectores de la clase trabajadora en distintas ciudades, pueblos y provincias de la Argentina, que se fue forjando a partir de muchísimos años, organizaciones en las fábricas, en los lugares de trabajo, en las universidades, pero que a partir del golpe de estado del ’66, con la política económica de Onganía, que fue un ajuste brutal para los trabajadores, una reestructuración del capitalismo que implicó, por ejemplo en el norte, en Tucumán el cierre de muchos ingenios azucareros y la respuesta represiva frente a las protestas de los trabajadores que implicaron la muerte de muchos obreros y obreras, Hilda Guerrero de Molina fue una de las primeras mártires de esa lucha en Tucumán, y también estudiantes que fueron asesinados por la represión de la dictadura cuando salieron a la calle a pelear en contra de la represión, en contra del cierre de las universidades, por la libertad de cátedra y demás, que fue un movimiento no solo en Córdoba; es muy conocido el asesinato de Santiago Pampillon que hizo que salieran a las calles grandes masas de estudiantes, de docentes y también de trabajadores que acompañaron; también en otros lugares como en Rosario, hubo una importantes movilización.

Todo esto va confluyendo muy de a poco en la necesidad de desplegar luchas más nacionales, y en la organización por debajo de sectores cada vez más combativos  que empiezan a cuestionar la política de la CGT en ese momento, de apoyar al gobierno de la dictadura de Onganía, que es lo primero que hizo la CGT cuando se produce el golpe de estado, junto con la Iglesia, la Sociedad Rural, quienes van a la asunción de Onganía son los representantes de la central de trabajadores.
Pero se empieza a forjar un sector combativo dentro del movimiento obrero antiburocrático, que muy desde abajo y muy de a poco empieza a construir y a acumular fuerza, y dentro de ese sector está Agustín Tosco y todos sus compañeros en el sindicato de Luz y Fuerza, que para el ‘69 ya van a tener un reconocimiento a nivel nacional muy importante por las luchas que vienen encabezando. Ahí en 1969 se llega a uno de los puntos más álgidos después de un primer Rosariazo que ocurrió un tiempito antes del 29 de mayo, porque fue un momento en el que también hubo asesinato de estudiantes en las protestas que había en Rosario y sale la población a la calle a enfrentar decididamente a la dictadura, y eso marca un cambio también en la población, que ya no están los trabajadores dispuestos a seguir poniendo los muertos sino que empiezan a organizarse para disponerse a combatir contra las fuerzas del Estado, las fuerzas armadas, y eso se ve reflejado también en Córdoba.

El 29 de mayo comienza porque había dispuesto la CGT un paro para el 30, y en Córdoba la CGT local, en alianza con uno de estos sectores combativos que les mencionaba, eligen empezar unas horas antes del día anterior. En lugar de realizar un paro de 24 horas, hacen uno de 36 horas, y planifican las acciones para hacer una gran movilización en la calle. Y ahí es interesante una de las propias cosas que Tosco plantea que es que estuvo muy planificada, a diferencia de algunas versiones que hablan que espontáneamente la gente sale a la calle.

Agustín tosco fue una de las figuras fundamentales en esa organización que empezó con la necesidad de acordar, incluso con los sectores burocráticos de la CGT local, cómo iba a ser la movilización, como iban a salir los trabajadores de las fabricas, cuáles iban a ser los puntos de encuentro y después una gran tarea desde cada sindicato, cada planta, cada comisión interna, de prepararse, armando miguelitos, salieron motos con sobres para todas las fabricas para acordar horario, puntos de concentración y demás, demostrando que había una planificación muy aceitada en la posición de enfrentar a la dictadura.

Esto es importante porque fue la primera gran batalla victoriosa para el pueblo y es importante decir que existió una planificación, que no es que los trabajadores salieron a la calle a ver qué pasaba, sino que bueno, el Cordobazo es resultado también de años de organización y de planificación de esa acción que fue consciente para los sectores de la clase trabajadora que ya se estaba planteando, no una pelea que solamente se reducía a que le quitaron el sábado inglés, como habitualmente se dice, si no a una acción política contra la dictadura.

ELM: En relación a la figura de Agustín Tosco, ¿que otro referente sindical se te viene a la cabeza hoy a  47 años del Cordobazo?

MIG: Lamentablemente, yo creo que hoy nosotros no tenemos una figura como la de Agustín Tosco. Entiendo que eso también tiene que ver no solo con la personalidad de un sujeto que era excepcional, sino también con la etapa que estamos atravesando los trabajadores y que hace difícil (que surja una figura así); seguramente hay compañeros muy honestos, combativos, con una claridad política excepcional, pero que dentro de cómo están dispuestas las fuerzas hoy en nuestro país y en el resto del mundo, no existe ese desarrollo organizativo ni de la conciencia de los trabajadores que permita que se vean esas figuras, que están trabajando desde abajo seguramente, y que se destacan a nivel local en algunas provincias pero que no han tomado un relieve nacional  que permita que los trabajadores veamos que hay una perspectiva alternativa y distinta de independencia de clase que se plantee la emancipación real de los trabajadores, construir una alternativa política obrera, que es lo que planteaba Tosco, no subordinarse a las políticas de mejoras meramente salariales o en las condiciones de trabajo, sino que Tosco empezaba ya a plantearse a partir de los ‘70 la necesidad de construir una sociedad donde no hubiera desigualdad. Él claramente comienza a hablar de la necesidad de luchar por el socialismo y viniendo de un dirigente obrero eso implicaba una representación de todo un sector de los trabajadores que se planteaba esa perspectiva.

Hoy lamentablemente eso no existe. Entre nuestra clase es muy minoritario pero sin duda hace falta seguir organizándose para que esto se vaya desarrollando y pueda surgir en algún momento .

ELM: Acerca de la organización de la clase trabajadora, ¿que aspecto podemos señalar respecto a los gobiernos democráticos, frente a esta desorganización si se quiere, de esta clase trabajadora?

MIG: Es muy importante esto que estás señalando porque a veces se hace esta oposición: las dictaduras reprimen y los gobiernos democráticos no, y antes de la dictadura de Onganía ya había habido gobiernos que incluso hoy se reivindican como el de Frondizi o el de Illia, que fueron gobiernos pseudodemocráticos, porque no podemos decir que fueron elegidos democráticamente sin entrar a discutir la democracia que tenemos, porque está el peronismo proscripto. No eran gobiernos encabezados por las fuerzas armadas específicamente y que fueron muy represores. Frondizi militarizó las fábricas con el Plan Conintes, Illia también reprimió manifestaciones en las que los obreros fueron asesinados por la policía. Yrigoyen si queremos, uno de los presidente que habitualmente se lo menciona como diciendo un presidente  nacional y popular, tiene en su haber el asesinato firmado de los obreros de la Patagonia cuando estaban en huelga.

Sin duda los gobiernos democráticos reprimen fuertemente a los trabajadores y son funcionales a las necesidades de la clase dominante, de no permitir la organización y el desarrollo de la lucha y la conciencia obrera.

Durante la dictadura la resistencia continuó pero sin duda en otras condiciones, si a partir del 83´  se empezaron a desplegar muchísimos mecanismos para aplacar la organización. Sin duda durante los noventa con la fuete avanzada en términos económicos del ajuste contra los trabajadores  y los altísimos índices de desocupación, mellaron mucho las posibilidades de los trabajadores de organizarse, pero broto allí en ese escenario la organización de los trabajadores en tantos desocupados que fue construyendo y recuperando, otras vías, otras formas de lucha que tuvieron en algunos casos que  empezar de a poco, en lugares donde la clase no tenía tanta experiencia , pero también combinando desde el estado y el gobierno democrático una política represiva con una política conciliadora.

En los últimos años nosotros entendemos que las políticas desde el estado a partir del Gobierno Kirchnerista, de manera muy inteligente, apuntaron a promover la conciliación de clase y que los trabajadores no cuestionen ni el orden social, ni el sistema institucional, y eso tuvo como resultado, el disciplinamiento  y la obediencia de una parte de la clase, aun cuando se tomaron medidas económicas que fueron muy en contra de los intereses de los trabajadores, en parte nosotros lo que vemos es que la dificultad que hoy tenemos para articular nacionalmente una pelea y una resistencia más firme frente a esta avanzada de los grandes empresarios y de un sector muy conservador de la burguesía que ahora está en el gobierno, tiene que ver con estos años de medio anestesia que se intento poner en la clase, de no reacción, de plantearle una política conciliadora y de otorgar pequeñas concesiones que hicieron que se limitara las luchas obreras.

ELM: Hacia finales del año pasado en La Izquierda Diario publicaron un texto bastante crítico donde criticaba la política de alianzas de Tosco y donde prácticamente le endilgaba a la dirección del sindicato  el haber desarmado la posibilidad de organización de la clase trabajadora.
Tenemos la constancia aquí, en Jujuy, de Tosco con los trabajadores de El Aguilar.
¿Cuál es tu opinión respecto a la política de alianza que llevo adelante el sindicalismo, particularmente el de Luz y Fuerza durante esa época?

MIG: Yo creo que Tosco tenía muy clara la necesidad de la unidad de los sectores combativos con el resto de los sectores, pero él hablaba todo el tiempo de la unidad para la lucha, no de cualquier unidad, si no de unidad de la calle, de coordinación para enfrentarse a la clase dominante, a la burguesía.

Incluso el planteaba la necesidad de la unidad de los distintos sectores revolucionarios y de construir una fuerza social amplia donde pudieran caber corrientes y tendencias que se planteaban  la construcción del socialismo pero viniendo de tradiciones diversas.  

En ese sentido, entiendo que la lectura que hacen los compañeros de algunas de las organizaciones políticas trotskistas sigue siendo tan sectaria como lo era entonces.
Entonces ellos se planteaban una unidad solo de aquellos sectores de vanguardia que adscribían al marxismo y al trotskismo y  sectores muy de vanguardia, y eso indudablemente los aislaba del conjunto de los trabajadores, que uno no puede negar, adscribían y siguen adscribiendo al peronismo. Pero que en aquella época se había desarrollado un nacionalismo que llamaban revolucionario, muchos compañeros peronistas actuaban en común con compañeros marxistas y de organizaciones revolucionarias, y sin duda esa unidad era necesaria porque para encabezar un proceso revolucionario y de masas no solo se necesita la vanguardia si no el conjunto de los trabajadores.

Ahí Tosco tenía muy claro decía “el camino para la transformación social  tiene que ser como una gran avenida donde caminemos todos juntos, los que venimos de diferentes tradiciones, de diferentes corrientes, pero que tenemos un norte estratégico común”

En ese sentido a mí me parece que era muy claro en su visión superadora, con respecto a otras visiones, lo que no quiere decir ir atrás y subordinarse a los intereses de las clases dominantes  o las fracciones de la pequeña burguesía o de los sectores burocráticos de los trabajadores. De ninguna manera él estaba planteando la subordinación o una política de alianza que implicara que te conduzcan otros. Pero sí la unidad de los sectores de la clase trabajadora que venían de corrientes y tradiciones políticas distintas.

Ahí el Goyo Flores hace una crítica como,  en el SITRAC SITRAM, ellos en una etapa se dejaron llevar, él dice, por los sectores estudiantiles y pequeño-burgueses que nos planteaban una política de acción solo con la “vanguardia esclarecida”, y lamentablemente eso lo llevó a un aislamiento que en parte explica la derrota del SITRAC SITRAM.

Yo entiendo que deberían revisar los compañeros sus posiciones, porque tiene sus consecuencias en la práctica actual, y hace que la construcción hoy sea mucho más difícil, sea una posición siempre sectaria la de los compañeros que a veces, igual se combina con grados de oportunismo muy amplio. Porque ellos combinan esas posiciones con otras que hacen un seguidismo a sectores partidarios o políticos representantes de la clase dominante que uno termina no entendiendo. Cuando lavan algunas críticas en la actualidad al kirchnerismo, por ejemplo sectores del PTS, uno dice, bueno pero no es que solo hay que alinearse con los sectores esclarecidos, es un poco contradictorio.

ELM: ¿Cuál es la situación actual de la unidad obrero estudiantil, teniendo en cuenta las fragmentaciones que se dan en todos los ámbitos de lucha?

MIG: Córdoba por ejemplo, en el momento del Cordobazo había tenido como una particularidad que el grueso de los estudiantes universitarios era a su vez obrero en las fabricas, habían cinco mil estudiantes que eran obreros, entonces eso planteaba también unas condiciones muy favorables para esa unidad, no eran estudiantes universitarios que hablaban desde un pupitre a los trabajadores diciéndole lo que tenían que hacer, si no que eran los trabajadores mismos formándose y participando de la vida universitaria en una gran coerción del estudiantado.

Hoy después de todas estas décadas la verdad es que la situación es bien distinta, si bien la gran mayoría de los estudiantes universitarios trabaja, hoy realmente es muy poca la porción de estudiante que puede estudiar sin tener que trabajar, las condiciones de trabajo son muy diferentes, muy precarizadas, son con horarios muy variables, entonces eso tampoco promueve una organización que facilite esa unidad que se logro constituir. Y bueno las condiciones de los trabajadores también son otras.

De todas maneras de a poquito se va confluyendo en acciones comunes, siempre los estudiantes universitarios desde sus organizaciones y agrupamientos acompañan, participan, las luchas obreras están, por las facultades circulan compañeros  trabajadores cuando están en lucha, se participa de los fondos de huelga.

Por ejemplo en el último gran paro universitario de los docentes, los estudiantes empezaron a participar también  y a hacer acciones en conjunto. La gran marcha del 12 de mayo msotró un poco esa construcción de unidad entre los estudiantes y los docentes universitarios, no fue por ahí una cuestión del conjunto de los trabajadores, pero muy de a poquito se va recomponiendo.

La participación estudiantil ha mermado en los últimos años, producto también de las políticas universitarias  que van reduciendo el presupuesto educativo, que van expulsando estudiantes, hoy es un porcentaje pequeño el de los estudiantes que se logran recibir, entonces todo eso hace que las condiciones sean mas difíciles.


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