RELEXIONES SOBRE LA ARGENTINA DESPUES DE NESTOR KIRCHNER
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 11/01/2011
Presentación
El año 2010 culmina con un rico debate sobre cómo queda la Argentina después de la muerte de Néstor Kirchner en medio de un clima enrarecido por la violencia política y social que se ha cobrado como víctimas fatales a militantes políticos del PO, a miembros de la comunidad toba y a inmigrantes latinoamericanos.
En este debate aparece una polarización entre quienes consideran a la gestión de los Kirchner como una continuidad de las políticas neoliberales que se habrían iniciado con la dictadura implantada en 1976 y quienes plantean que existe una clara ruptura con el modelo neoliberal y sostienen además que con la gestión de los Kirchner se ha implementado un modelo nacional y popular.
Quienes plantean que con los Kirchner predomina la CONTINUIDAD de las políticas neoliberales mencionan los siguientes hechos significativos para avalar esta postura:
1) Se mantiene la concentración y la extranjerización de la economía
2) Continúa pagándose una deuda externa que no ha sido investigada
3) Persiste el saqueo de los recursos naturales (petróleo, gas, agua, etcétera)
4) Se mantiene la minería a cielo abierto protegida con tratados que validan a los tribunales externos.
5) Continúa el sistema tributario regresivo donde predominan los impuestos a la producción y el consumo por sobre los que gravan a la riqueza y el patrimonio.
6) La participación de los salarios en el ingreso es ligeramente superior a la que existía en la época de la dictadura y está lejos del 50% de la época del primer peronismo.
7) Se profundizó el proceso de sojización de la agricultura iniciado en la década de 1990.
8) En materia de transporte hay menos de 10.000 km de ferrocarriles, que representan menos del 20% de lo que había en la década de 1950, sin modificar el proceso de destrucción de la década de 1990.
9) Persistencia de problemas estructurales en educación, salud y vivienda.
10) Las prácticas corruptas en el estado continúan gozando de impunidad en la mayor parte de los casos.
Quienes plantean que con los Kirchner hay una RUPTURA respecto a las políticas neoliberales mencionan los siguientes hechos significativos para avalar esta postura:
1) La dureza de la negociación de la deuda externa que obtiene una quita inédita de 50 mil millones de U$S
2) La política externa de unidad latinoamericana que frena la implementación del ALCA en el 2005.
3) La política de derechos humanos donde desde la derogación de las leyes del perdón son condenados no sólo militares sino también civiles y hasta eclesiásticos por crímenes de lesa humanidad.
4) La depuración de la Corte Suprema de Justicia menemista y la restitución de la confianza en la Corte.
5) La decisión política de buscar un crecimiento con inclusión social(es decir con menor desempleo y pobreza)
6) La estatización de las jubilaciones.
7) El retorno del crédito estatal para subsidiar a pequeños y medianos productores del interior del país.
8) El avance en materia de derechos civiles en busca de una mayor integración de la sociedad y de reducir las prácticas más detestables (matrimonio igualitario, ley de trata de personas, etcétera)
9) La asignación universal por hijo como paliativo contra la pobreza.
10) La ley de medios de la democracia que puso fin a la ley de radiodifusión de la dictadura
Ante tamaña enumeración de hechos negativos y positivos en la gestión de los Kirchner se impone un debate sobre cuál es el método adecuado para analizar la Argentina capitalista contemporánea sobre la base que en los análisis de los procesos históricos se obtienen conclusiones que se traducen en prácticas políticas en defensa del orden existente (que implica el fortalecimiento de los grupos económicos poderosos locales y/o transnacionales englobándose a quienes los propician dentro del término “derecha”) o en prácticas políticas que estimulen cambios sociales(reformistas o revolucionarios según el contexto englobándose a quienes los propician dentro del término “izquierda”).
La crisis del capitalismo internacional y su impacto en América Latina
El punto de partida es la situación de crisis que atraviesa el capitalismo internacional.
Desde la incorporación de las naciones independientes de América Latina al mundo capitalista(a partir de la década de 1870) existe un intento permanente de conformar un ordenamiento mundial para las relaciones entre los países que sólo tuvo éxito en contados períodos históricos (1870-1914 con el orden mundial con hegemonía europea basado en el patrón oro y 1945-1971 con el orden mundial con hegemonía absoluta de EE. UU basado en el patrón dólar-oro).
En el período 1914-1945, que el historiador Eric Hobsbawm denominó “la era de las catástrofes”, las dos guerras mundiales y la depresión de la década de 1930 provocaron cambios profundos en el funcionamiento de las economías latinoamericanas. El más importante fue el pasaje de una estrategia de crecimiento basada en la producción de productos primarios para el mercado mundial a una estrategia de crecimiento donde la prioridad pasó a ser la producción para el mercado interno con sustitución de importaciones y exportaciones.
Hacia fines de la década de 1960 EE. UU ingresa en una crisis de hegemonía producto principalmente del crecimiento de la competencia japonesa y alemana a lo que debe agregarse el ascenso de las luchas en los países del Tercer Mundo que resistían las políticas imperialistas donde la unión entre obreros, campesinos y sectores radicalizados de la clase media urbana y rural colocaron en el centro de la escena al conflicto entre el capital y el trabajo en el marco de un mundo bipolar (EE. UU capitalista versus URSS socialista).
En la década de 1970 la crisis se traslada de EE. UU al conjunto del capitalismo internacional dando lugar a la multiplicación de prácticas rentísticas especulativas es decir a la búsqueda de la mayor ganancia posible en el menor tiempo posible y con el menor riesgo posible.
En ese contexto se desata una feroz ofensiva internacional contra los asalariados sumando al arma más potente que tienen los empresarios capitalistas para disciplinar a los obreros que es el desempleo una nueva arma que atenta contra el poder adquisitivo como lo es la inflación.
Esta combinación fatídica que se conoce con el nombre de “gran represión” (alto desempleo y alta inflación) es aplicada en América Latina con las dictaduras militares genocidas que implementan un proyecto político de dependencia en base al mecanismo de la deuda externa. Así en la segunda mitad de la década de 1970 en la mayoría de los países latinoamericanos se sientan las bases de las políticas neoliberales de los noventa.
En la década de 1970 se impone en nuestros países el terrorismo de estado basado en la “Doctrina de la Seguridad Nacional” que facultaba a las fuerzas armadas a intervenir en los asuntos políticos para frenar y derrotar la agresión del comunismo internacional, Para tener éxito los sectores estratégicos (petróleo, luz, gas, agua, comunicaciones) debían estar en manos del estado y, por supuesto, el estado en manos de las FF. AA.
Es un error grosero adjudicarle a la gestión de Martínez de Hoz la denominación de “neoliberal” cuando no había el más mínimo margen para privatizar los servicios esenciales y mucho menos levantar masivamente ramales ferroviarios o desmontar Fabricaciones Militares como haría Cavallo en la década de 1990. Hacían falta además regulaciones estatales para poder enfrentar exitosamente a lo que se denominaba “la subversión apátrida” y la apertura económica no podía ser tan indiscriminada como para encarecer la defensa nacional.
En la década de 1980 el retorno a la democracia en América Latina acentuó las pujas distributivas porque los sindicatos al retornar a la legalidad buscaban recomponer su poder frente a los nuevos grupos económicos
que son liderados por el capital financiero local y transnacional, principal beneficiario de las políticas económicas aplicadas durante las dictaduras genocidas.
Algunos intentos por privatizar en América Latina son rechazados y resistidos desde los sindicatos estatales que ejercen ahora una mayor influencia que los sindicatos tradicionales de la denominada “etapa fordista” (metalúrgicos, textiles, automotores, alimentos)
En la década de 1990 el fin del socialismo real unido a la crisis de Japón logra recomponer la autoridad de EE. UU. que logra que su PBI pase de ser el 25% del mundo a un 30% del total mundial.
Es sabido que durante esa década América latina sufre los efectos del neoliberalismo del Consenso de Washington con sus recetas de privatizaciones, desregulaciones (que incluyen la flexibilización laboral) y apertura económica indiscriminada de mercancías y capitales. Sin embargo es el capital europeo quien logra sacar ventajas sobre el capital norteamericano en el proceso de privatizaciones aunque ambos se favorecen claramente con la extranjerización de las economías latinoamericanas.
La resistencia a la denominada “globalización neoliberal” será creciente hacia el fin del siglo dando lugar a nuevos liderazgos cristalizados en los primeros años del nuevo siglo (Lula, Chavez, Evo, Correa, los Kirchner)
Este movimiento heterogéneo de resistencia a las políticas neoliberales y al proyecto ALCA de los
EE. UU. no es socialista ni siquiera antiimperialista en el sentido de los movimientos guerrilleros del pasado pero es lo que tienen a mano nuestros pueblos para resistir su decadencia en el nivel de vida.
A todo esto hay que agregar que en la nueva década la economía norteamericana vuelve a retroceder en términos relativos y de representar el 30% del PBI mundial en el 2000 pasa a un 23% en al año 2009.
¿A dónde van a parar esos siete puntos de diferencia? La respuesta es BRIC (Brasil, Rusia, China e India), cuatro potencias intermedias que concentran el 40% de la población mundial y que tienden a privilegiar las relaciones con los países vecinos a la hora de comerciar y realizar inversiones.
Si en un rapto de audacia teórica se supone que en cada país capitalista un 10% de la población constituye la burguesía equivale a afirmar que en China hay 150 millones de burgueses, en la India 100 millones, en Brasil casi 20 millones y en Rusia casi 15 millones. Esto implica que BRIC tiene 285 millones de burgueses que equivalen al 95% de la población de EE. UU estimada en 300 millones en el año 2009.
Una de las afirmaciones más rotundas de algunos dirigentes de la oposición que tienen los Kirchner es que estamos aislados del mundo cuando Brasil representa el 22% y China el 11% del comercio exterior argentino (cifras del 2009) o el caso de América Latina que representa más del 35% de nuestro comercio exterior.
Siempre hay que adjudicarle al factor externo una importancia enorme en relación a lo que sucede en la economía argentina y esto es comprobable históricamente.
La constitución del estado nacional argentino con catorce provincias y una capital se da en el año 1880 para dar respuesta a una necesidad del imperio británico de poder organizar la producción y el transporte de los productos primarios hasta el puerto de Buenos Aires. Así surgieron miles de km de ferrocarriles con sus poblados constituidos alrededor de las estaciones, se plantearon obras en el puerto de Bs. As, se fomentó la inmigración europea porque hacía falta población, etcétera.
Después de la primera guerra mundial y en mayor escala en la década de 1930, la expansión de las inversiones de EE. UU fue alentando la implementación de políticas proteccionistas en América Latina.
Es un error grosero pensar que la sustitución de importaciones fue obra de una burguesía nacional independiente sino que fue alentada por una potencia que no demandaba productos primarios de nuestro país y que priorizaba las remesas de utilidades a partir de la producción para el mercado local.
En los últimos años Brasil y China comienzan a jugar un rol mucho más preponderante en la economía local lo que seguramente va a incrementar los roces entre las diferentes fracciones del capital donde el capital norteamericano retrocede y el capital europeo ha frenado el avance que tuvo en la década de 1990.
Una vez analizada la crisis internacional y su impacto en nuestros países se pasa a la caracterización de cómo los Kirchner llegan al poder y qué cabe esperar de lo que se viene en el 2011.
La Argentina de los Kirchner ¿Continuidad o ruptura del modelo neoliberal?
Una primera confusión a despejar es la polarización que pretenden realizar algunos defensores de la gestión de los Kirchner entre una derecha que propone el retorno del “modelo primario exportador” centrado en la soja transgénica y un “modelo nacional y popular” basado en la sustitución de importaciones.
Atribuirle a la Mesa de Enlace, a un Macri, a un Duhalde o a una Carrió un proyecto primario exportador es, cuanto menos, una falta de respeto a la generación de 1880.
En el ideario de progreso de la generación de 1880 existía un proyecto de fomento a la inmigración europea (aunque no dudaban en reprimir y masacrar a los elementos anarquistas y socialistas que la integraron), un proyecto de expansión de los ferrocarriles con la creación de pueblos en el interior, la posibilidad de acceso a la educación pública para los hijos de la clase obrera, los intentos por mejorar el sistema sanitario, hechos que indican que existía alguna preocupación por la inclusión social.
Poco y nada tiene que ver este mundo de fines del siglo XIX con la realidad actual donde el capital financiero impone una lógica parasitaria que no se basa en una estrategia productiva, lógica de la cual los Macri, los Duhalde, la Carrió y los energúmenos de la Mesa de Enlace son tributarios.
Por el otro lado, el análisis de las políticas económicas del período 1946-1955 revela una presencia mayor del estado en la economía que se refleja en:
1) La nacionalización de los depósitos bancarios.
2) La nacionalización del comercio exterior.
3) La nacionalización de los recursos naturales conforme a la Constitución de 1949.
4) La existencia de Juntas Nacionales que regulaban los precios de los alimentos.
5) La protección social de los trabajadores unida al trabajo en blanco
6) Una participación del 50% de los salarios en el PBI
7) Las soluciones proporcionadas en el área de la educación con la inexistencia de analfabetismo
8) El desarrollo de la salud pública a partir de la obra de Ramón Carrillo.
9) La existencia de 50.000 km de ferrocarriles estatales
10) La existencia con el apoyo del estado de una Confederación Argentina de la Producción, la Industria y el Comercio (CAPIC) que organizaba a las pequeñas y medianas empresas
¿Puede igualarse la gestión de los Kirchner en aunque sea un 10% de las políticas mencionadas?
Aclarar esta confusión ayuda a una caracterización más precisa de los Kirchner, jóvenes de una clase media radicalizada que en los años setenta formaron parte del movimiento peronista sin llegar a formar parte de la lucha armada y que en tiempos de la dictadura se exilian en Santa Cruz donde desde un estudio jurídico progresan económicamente hasta que con el retorno de la democracia se suman a un PJ mucho más aggiornado al nuevo poder económico.
Néstor es intendente en Río Gallegos entre 1987 y 1991, se suma la menemismo en el principio de su gestión los primeros lo que lo ayuda a ser gobernador de Santa Cruz en 1991 y 1995, luego se alinea con Duhalde para las elecciones de 1999 y forma parte de la dirigencia política que es duramente castigada en el 2001 con el clamor del “que se vayan todos”.
Cristina inicia su carrera como diputada provincial por Santa Cruz en el período 1989-1997, luego diputada
nacional en 1997 y senadora por Santa Cruz entre el 2001 y el 2005 donde pasa a ser Senadora por Bs.As.
Como puede apreciarse se trata de una trayectoria plagada de pragmatismo y alianzas políticas con personajes impresentables que hacían presagiar más de lo mismo si se les daba la oportunidad de llegar a la Casa Rosada, cosa que sucede después del estallido del 2001 cuando los partidos de izquierda no capitalizan a su favor una situación política favorable como nunca antes se le había presentado en la historia.
En síntesis: la llegada de los Kirchner a la casa Rosada es el resultado de las luchas obreras y populares de resistencia a las políticas neoliberales que desembocan en el estallido de diciembre del 2001 que genera un vacío de poder ante el fracaso de los partidos del sistema (UCR y PJ) y de los partidos de izquierda que se muestran incapaces de capitalizar dicha situación..
El discurso que pronuncia Néstor el 25 de mayo del 2003 proporciona definiciones y un anticipo de lo que vendría en su gestión. Como síntesis de lo dicho pueden citarse los siguientes párrafos:
1) Concluye en la Argentina una forma de hacer política y un modo de gestionar el Estado.
Colapsó el ciclo de anuncios grandilocuentes, grandes planes seguidos de la frustración por la ausencia de resultados y su consecuencia, la desilusión constante, la desesperanza permanente. En esta nueva lógica, que no sólo es funcional sino también conceptual, la gestión se construye día a día, en la acción cotidiana, que nos permitirán ir mensurando los niveles de avance. Un gobierno no debe distinguirse por los discursos de sus funcionarios, sino por las acciones de sus equipos. Deben encararse los cambios con decisión y coraje, avanzando sin pausas, pero sin depositar la confianza en jugadas mágicas o salvadoras, ni en genialidades aisladas. Se trata de cambiar, no de destruir. Se trata de sumar cambios, no de dividir. Se necesitará mucho trabajo y esfuerzo plural, diverso y transversal a los alineamientos partidarios.
Hay que reconciliar a la política, a las instituciones y al gobierno, con la sociedad.
2) En nuestro proyecto ubicamos en un lugar central la idea de reconstruir un capitalismo nacional que genere las alternativas que permitan reinstalar la movilidad social ascendente. No se trata de cerrarse al mundo. No es un problema de nacionalismo ultramontano, sino de inteligencia, observación y compromiso con la Nación. Basta ver cómo los países más desarrollados protegen a sus trabajadores, a sus industrias y a sus productores.
Se trata, entonces, de hacer nacer una Argentina con progreso social, donde los hijos puedan aspirar a vivir mejor que sus padres sobre la base de su esfuerzo, capacidad y trabajo
3) Sabemos que nuestra deuda es un problema central. No se trata de no cumplir, de no pagar. No somos el proyecto del default. Pero tampoco podemos pagar a costa de argentinos que vean postergado su acceso a la vivienda digna, a un trabajo seguro, a la educación de sus hijos, o a la salud.
Creciendo nuestra economía crecerá nuestra capacidad de pago.
Puede apreciarse que en los párrafos seleccionados en ningún momento habla de socialismo, ni de luchar contra el imperialismo, ni de dejar de pagar la deuda externa, ni siquiera se define como peronista.
¿Hay algo novedoso en el discurso de asunción de Cristina del 10 de diciembre del 2007?
1) Quiero en esta tarde y en este lugar en el que estuve tantos años, reflexionar con ustedes acerca de lo que para mí son los cuatro capítulos fundamentales de este proceso que hemos iniciado el 25 de mayo de 2003 y que tiene en las instituciones, en la sociedad, en un modelo económico de acumulación con matriz diversificada e inclusión social y en nuestra inserción en el mundo, los cuatro ítems fundamentales
2) En esta tarea de reconstruir institucionalidad, sistema democrático constitucional, creo que también ambos poderes del Estado, el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y también la Corte Suprema de Justicia, los tres poderes del Estado, hemos finalmente derribado el muro de la impunidad y decretada la anulación de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final e Indultos, hemos aportado a la construcción del sistema democrático.
Yo espero que en estos cuatro años de mi mandato, estos juicios que han demorado más de treinta años en ser iniciados, puedan ser terminados. Tenemos la obligación desde el Ejecutivo, desde el Parlamento, desde la propia Corte Suprema de Justicia y de los Tribunales, de adoptar y diseñar los instrumentos que garantizando todos los derechos y garantías que otros argentinos no tuvieron, permitan finalmente enjuiciar y castigar a quienes fueron responsables del mayor genocidio de nuestra historia. Se lo debemos a quienes fueron las víctimas; se lo debemos a sus familiares, a las Abuelas, a las Madres, se lo debemos a los sobrevivientes que no pueden seguir estando sometidos a la tortura del relato permanente de la tragedia. Y se lo debemos también a las Fuerzas Armadas, para que de una vez y para siempre, en vistas al Bicentenario, se pueda separar la paja del trigo y entonces los argentinos podamos todos volver a mirarnos a la cara
3) La sociedad es importante: no se puede cambiar un país únicamente con un buen gobierno en sus tres poderes.
Para cambiar un país hace falta un buen gobierno y una buena sociedad, donde cada uno de los ciudadanos sepa que todos los días cuando toma decisiones, está también construyendo el modelo de sociedad en la que quiere vivir. Debemos interpelarnos cada uno de nosotros qué hacemos todos los días para ser un poco mejores y entonces vivir en un país mejor
4) Quiero poner entonces, en este nuevo modelo económico de matriz diversificada, de acumulación con inclusión social que se ha puesto en marcha la clave para los tiempos que vienen; un modelo que, reconoce en el trabajo, en la producción, en la industria, en la exportación, en el campo, la fuerza motriz que ha permitido que millones de argentinos vuelvan a recuperar no solo el trabajo, sino además las esperanzas y las ilusiones de que una vida mejor es posible (…)
Nadie puede vivir cada cuatro años cambiando absolutamente todo. Siempre hay que cambiar las cosas que se han hecho mal o hacer las que no se han podido hacer, pero rescatando y profundizando las que se hicieron bien. Este tipo de discusión, este tipo de debate es, el que creo, nos debemos todos los argentinos.
5) Para terminar, quiero convocar a todos los hombres y mujeres de mi país, a los jóvenes, a los ciudadanos, a las ciudadanas, a las que nos votaron y a los que no lo hicieron, porque en definitiva hoy estamos representando los intereses de todos, quiero hacerlo también desde mis convicciones, ustedes lo saben, como quien se va, como el Presidente formamos parte y muchos de ustedes también de los que están aquí sentados, que no somos marcianos ni Kirchner ni yo, somos miembros de una generación que creyó en ideales y en convicciones y que ni aún, ante el fracaso y la muerte perdimos las ilusiones y las fuerzas para cambiar al mundo. En aquellos años soñábamos con cambiar el mundo, ahora nos conformamos con cambiar este nuestro país, nuestra casa.
Interrogantes finales
De cara al 2011 y transcurridos casi 8 años de gestión de los Kirchner, más que nunca hay que mantener un espíritu crítico y nunca dejar de señalar que existen continuidades pero es necesario también retirar de los análisis expresiones como “gobierno y oposición son lo mismo”.
Algunos interrogantes pueden ayudarnos:
1) ¿Es lo mismo reducir la deuda externa en 50 mil millones de dólares que lo hecho entre 1976 y el 2001?
2) ¿Es lo mismo el crecimiento con menos desempleo y pobreza que el que tuvimos en la década de 1990?
3) ¿Es lo mismo el impulso que le dieron los Kirchner al tema de los DD. HH que las leyes del perdón?
4) ¿Porqué Alfonsín, Menem, De la Rua y/o Duhalde no fueron a la ESMA a bajar el cuadro de Videla ?
5) ¿Es lo mismo la Corte Suprema de Justicia que tenemos que la que tuvimos en la época de Menem?
6) ¿Es lo mismo frenar el ALCA como se hizo en Mar del Plata en el 2005 que las relaciones carnales?
7) ¿Es lo mismo la estatización del las jubilaciones que el negocio de las AFJP en manos del Grupo Clarín?
8) ¿Es lo mismo que ante un intento de golpe en Ecuador convocar a los presidentes de América Latina en menos de 24 hs a emitir un comunicado de repudio al golpe que la política exterior de los 80 o los 90?
9) ¿Es lo mismo obligar a los efectivos policiales concurrir desarmados a las manifestaciones que la política
de seguridad de los 80, los 90 o lo que plantean Cobos o Duhalde?
10) ¿Es lo mismo la ley de medios de la democracia que seguir con la ley de prensa de Bignone?
En estos días que algunos políticos opositores plantean que se vive una situación de ingobernabilidad como a fines del 2001 volví a leer un artículo de J.P. Feinmann (“Isabelito” publicado en Pagina 12 del 21/12/2001)
“Con Isabelito y su gang termina otro triste Presidente “entornado”. No hay militares en su final. No lo echaron golpistas sanguinarios sino un pueblo que salió a la calle, harto de los interminables dedos en el culo con que el Poder lo ametrallaba e injuriaba. Hay algo nuevo en la Argentina: entre los cacerolazos y la bronca feroz y justa de los más desangelados, los argentinos voltearon un orden de cosas que los hacía sentir mal, demasiado mal, peor que idiotas, francamente boludos. Así, anoche, en plena calle, un tipo sonríe, me mira y dice: “¿Era hora de que dejáramos de ser pelotudos, no?”. Era hora. Y será hora también de otra cosa: de que no volvamos a serlo”