Inundaciones en el Barrio 17 de Noviembre en Budge

Escrito por el 11/03/2009

Luego de las últimas lluvias caidas en
el conurbano bonaerense el Barrio 17 de Noviembre en Ingeniero Budge, Lomas de Zamora, se encuentra totalmente inundado. Los vecinos exigen al municipio intervención para asistir sanitariamente a la población y el relleno de los terrenos para que estos dejen de ser un enorme pozo.
Fotos ANRed

 

Vivir bajo el agua

Los vecinos del Barrio 17 de noviembre, en Ingeniero Budge, miran al cielo con preocupación. Las enormes nubes cargadas de agua de a poco se van fundiendo en otras, más grandes, traídas por el viento. Pronto cubrirán el cielo y dejarán caer las más torrenciales lluvias que preludian el otoño.

 

Esas lluvias intensas son motivo de desvelo para los habitantes del asentamiento más grande del conurbano bonaerense, que ven como en sus casillas entra el agua arruinando lo poco que tienen, mojando sus camas, colchones y ropas.

Con el agua hasta las rodillas Armando, uno de los delegados de manzana, siente la impotencia de no poder revertir tanto infortunio para los vecinos. Esboza una explicación del por qué subió tanto el nivel del agua y se mantiene por días. "Se había dicho que el canal que pasa por aquí se iba a limpiar hasta el Arroyo del Rey, pero nunca limpiaron. Se limpia desde la desembocadura que es lo mas lógico, pero no, iban a empezar al revés, pero nunca lo hicieron".

 

De todas formas, el barrio entero es un gran pozo. Ya tenía zonas anegadas en algunas partes del gran terreno, era cuestión de que el clima hiciera lo suyo para que todo el lugar tomara el paisaje de laguna. Por eso la bronca de los vecinos, que tuvieron que recurrir a volquetes particulares para que rellenen con tierra los espacios mas hondos del predio, en vez de hacerlo la municipalidad de Lomas de Zamora. "El Municipio no hace nada, no se hace cargo de nada. Nadie manda tierra para que emparejen el terreno y deje de ser un pozo" denuncian los pobladores, cargando sobre Jorge Rossi, el intendente, quien "no los atiende, no se hace cargo de nada".

 

Un joven nos cuenta que "la gente no puede alquilar en otro lado, pero se van por la inundación. Ya van cinco familias que se fueron y no sabemos cuantas más están por hacerlo. Los volquetes con tierra los pagamos nosotros, pero eso lo tiene que hacer la municipalidad, no le importamos ni nosotros, ni los chicos que se pueden enfermar ".

Con tristeza Rosa mira a su bebé, que llora y luego tose hasta enrojecer su carita. En su cuerpito un extraño sarpullido le invade la piel. La diarrea y vómitos completan el cuadro de salud del pequeño. "Mi hijo tiene un año y diez meses, hoy amaneció con picaduras y está que tose y tose. Los mosquitos nos invadieron y es imposible dormir. Se nos mojó todo y no podemos salir de casa sin tener que usar unas botas largas" cuenta con amargura. "Hoy mi marido no fue a trabajar, por la inundación. En el taller de costura todavía no le pagaron y no sé cómo vamos a hacer, no tenemos dinero ni para alquilar en otro lado. Por lo menos hasta que baje el agua. No tenemos adonde ir".

Rosa sale de su casa para hacer las compras. Con la poca plata que tiene verá de conseguir algo para comer. Luego dirá que vio un ‘matamosquitos’ en aerosol, pero que no pudo traerlo. "Salía 6 pesos, no me alcanza".

 

 

Las enfermedades

Como el hijo de Rosa varios bebes del asentamiento tienen infecciones y diarreas. Los niños tienen en sus brazos y piernas "aureolas, como de hongos". Cuando sale el sol "se meten al agua como si fuera una laguna, en algunos lados el agua ya está podrida, empantanada y ellos se lavan la cara, juegan, por eso las infecciones", cuentan los vecinos.

Con el mal tiempo pronto llegó también el "bicherío". Con el agua estancada los mosquitos se propagan por todo el barrio, y con ellos el temido fantasma del dengue. Otros que crecen y por cientos son los renacuajos. En las casillas las arañas, hormigas, cucarachas y otros insectos se meten, escapando al agua que todo lo cubre. "Entran por todos lados de la casilla".

Tal vez lo peor de toda esta situación de contaminación y enfermedades esté en los pozos ciegos y letrinas que precariamente hicieron los pobladores. "Eso sube con el agua también y tenemos miedo a la hepatitis y demás porquerías que puedan traer".

 

 

En tanto, las mujeres embarazadas no tienen forma de ser asistidas. La Colo ayudó a su vecina, que pronto será madre, a entrar a su casa. "Esta de siete meses, ya falta poco para que tenga familia, ¿cómo va a hacer cuando llegue el momento, con su casa toda inundada".

Organización

Mientras, los vecinos ya no esperan de las autoridades una solución a esta problemática, sino que buscan ellos mismos organizarse para salir de esta situación. Reunirse y ver cómo, entre todos, siguen luchando por un espacio digno donde vivir.


 

Contacto:

-  Armando: 15-5045-6138


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