La infinitud de Chávez y la derecha venezolana en Argentina

Escrito por el 30/07/2017

A la par de la manipulación de los grandes medios sobre la realidad venezolana, en esta construcción del discurso hegemónico caminan los grupos de venezolanxs antichavistas desperdigadxs en distintos puntos de América Latina. El pasado 20 de Julio, en ciudad de Buenos Aires, algunxs de ellxs hicieron gala del autoritarismo y violencia que encarnan.
Ese día se presentaba en el cine Gaumont el largometraje documental “Chávez Infinito”. Todo parecía tranquilo, hasta que horas antes del estreno empezaron a llegar cientos de mensajes amenazantes a la cuenta oficial de twitter del INCAA. Los twits iban dirigidos a la directora, junto a su foto. Ya durante la proyección de la película, un grupo de ciudadanxs venezolanxs antichavistas se acercaron al cine para agredir y amedrentar a las personas presentes. Una situación que, a otra escala, expresa la violencia y autoritarismo que buscan instalar en Venezuela.
Desde el Enredando las Mañanas quisimos conocer más en detalle la propuesta cinematográfica protagonista del revuelo y para hacerlo hablamos con su directora, la argentina Laura Vásquez.

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Vásquez explica el carácter de la película describiéndola como un relato subjetivo construido a partir del testimonio de ocho venezolanxs chavistas.

Su intención fue transmitir la subjetividad del pueblo que acompañó el proceso iniciado por Hugo Chávez y que sigue sosteniendo la continuidad de su legado. En esa reconstrucción, comparte la directora, “nos van relatando cómo Chávez aparece en sus vidas desde el primer escenario público en que él emerge en 1994, hasta la actualidad. Cómo se fueron transformando sus vidas a partir de las propuestas y las acciones, y del vínculo con este líder tan particular. Cómo se transitó la enfermedad, la muerte y cómo hoy viven la ausencia de este líder”.

Podemos decir que Laura Vásquez “conoce el paño”, porque vivió y trabajó en Venezuela durante once años, en los que se concentró en el registro de la Revolución Bolivariana en primera persona, en la acumulación de archivos de todos estos años e incluso de la historia de Venezuela anterior al chavismo. Ese material, horas y horas de material de archivo inédito y no, fue lo que utilizó para darle contexto a los testimonio. Su intención, nos dice, no era “hacer un relato intelectual, histórico sociológico, desvinculado de los sentimientos. Quería trabajar con todo el conocimiento, con toda la sabiduría emocional y política que tiene parte del pueblo venezolano”.

Laura recuerda que, aunque se estrenó el pasado 5 de marzo (aniversario de la muerte de Hugo Chávez), el proyecto surgió en el año 2013, cuando ella se encontraba trabajando en el equipo de “Mi amigo Hugo”, la película de Oliver Stone. Una coyuntura continental que no duda en calificar como “otro mundo, otro escenario, que no tenía nada que ver con esta hegemonía neoliberal de los discursos. Estamos en un momento en que un año y medio nos han implantado una hegemonía comunicacional que no admite, ningún otro tipo de mirada, ni cualquier otro tipo de postura. La demonización que han hecho de los líderes y de los procesos latinoamericanos del año 2000”.

 

El ataque del 20 de julio

Aunque ese día la película se presentaba por primerza vez en el cine Gaumont, había estado en cartel un mes antes en el Centro Cultural de la Cooperación sin problemas.

Vásquez explica que una serie de casualidades llevaron a que se pudiera instalar ese día en el cine de calle Corrientes.

Ese día, continúa, “en principio estaba todo tranquilo y a eso de las 4 de la tarde me empiezan a llegar al Twitter de la película una cantidad desenfrenada de mensajes, dirigidos, básicamente, al INCAA y la película, amenazando y con mi foto en primer plano”.

Los alrededor de 1500 tweets que llegaron en una hora y media contenían textos como “esta es la castro comunista que está usando el dinero del INCAA para hacer propaganda de un dictador, vamos a matarla, vamos a quemar el cine”. La directora aclara que la película es de producción totalmente independiente, sin participación ni del INCAA ni de Venezuela.

Laura explica que aunque se planteó bajar la película, ella sintió que la película debía ser estrenada ese día y efectivamente, el cine se llenó. Entonces sucedió el segundo capítulo de la agresión antichavista: “cuando había arrancado, al minuto aparecieron siete personas de nacionalidad venezolana a increpar a la gente que estaba viendo la película. Parte del público salió afuera a reaccionar, se produjo una situación bastante violenta. La seguridad pudo controlar la cosa y sacar a la gente que estaba molestando al público”.

En el marco de la campaña mediática de la derecha, esa gente envió el video de lo sucedido al periodista Eduardo Feinmann. “Feinman -relata la directora- me re contra insultó a mí, a las autoridades del INCAA. Y una cosa desmedida, porque de ahí salieron las noticias, con informaciones absolutamente falaces. Insisto, la película es una producción independiente, no participó Telesur, no participó el INCAA, jamás se pensó paralelamente al acto del Mercosur en Mendoza. Yo entiendo que cada situación tiene una lectura ideológica, pero de ahí a mentir abiertamente, la verdad que uno no sabe, pero realmente me llama la atención. Jamás se comunicaron conmigo para preguntarme nada”. Y continúa “No estoy en desacuerdo que haya gente que se pueda manifestar en contra de un discurso audiovisual, del cual consideran que no están de acuerdo con la mirada ideológica, bienvenida la polémica. Pero de ahí que se pase a la agresión, a la intimidación, a ponerse a amedrentar al público que decide ver este discurso, estamos hablando de otra cosa”.

Sin embargo, como suele pasar, el violento incidente consiguió el efecto contrario: a partir de la difusión de la agresión, explica Vásquez, “me han conectado con un montón de lugares”. Y ella está totalmente dispuesta a compartirla.


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