Lavadero Virasoro: Punto y seguido

Escrito por el 26/12/2007

Pasado el mediodía del viernes 21 de diciembre y luego de largas horas de reunión en el Juzgado de Instrucción Penal de Séptima Nominación, a cargo del Dr. Javier Beltramone, se llegó a un acuerdo para darle un cierre al conflicto que durante seis meses paralizó la planta industrial de Ovidio Lagos 4650. El acuerdo contempla una indemnización de un monto ligeramente por encima de lo pautado por la ley. Los obreros, que lucharon por la reincorporación de 60 despedidos, no lograron ninguna. Sin embargo, los 35 que se mantuvieron unidos hasta el final, valoran la dignidad y la solidaridad a la hora de hacer su balance. Por su parte, el empresario Jorge Guidetti, que buscó penalizar a cada trabajador en lucha, nunca pudo desalojarlos, y finalmente se vio obligado a reconocer a la comisión interna y negociar.

 

Al final llegó el final
Resulta extraño ver la puerta de la planta del Lavadero sin el rancho de los trabajadores despedidos. Es la expresión más visible del cierre de este conflicto, no el mejor, no el que buscaban los obreros, pero valorable considerando el terrible desgaste de seis meses de tensión permanente, la represión, las decenas de amenazas de desalojo, la asfixia económica y las largas noches de vigilia.
El viernes, luego de la firma del acuerdo, se fueron juntando los trabajadores en la puerta de la planta. Los rostros sombríos mostraban a las claras que el resultado no los conformaba; hasta último momento lucharon por la restitución de los puestos de trabajo. De a poco se fueron sentando, charlando unos con otros, compartiendo la bronca y la sensación de vacío: seis meses en ese lugar, habían vuelto al precario rancho un segundo hogar para ellos, y para algunos quizás más todavía.
Mientras tanto, llegaba al lugar el empresario Jorge Guidetti en su Audi negro y al rato, los iba convocando de a dos por vez, para abonarles un adelanto de la indemnización, para las fiestas, tal cual se había acordado.
Afuera, sin apuro, algunos iban desarmando el acampe. El calor apretaba duro. No pasó mucho hasta que espontáneamente se formó una ronda y los obreros se encontraron charlando, uno por uno, compartiendo una asamblea de reflexión. Ahí empezaron a aparecer otras cosas: la pelea dada, la dignidad y la solidaridad, todas las vivencias compartidas, y los rostros cambiaron, se iluminaron con otras emociones.
El sábado terminaron de desarmar el rancho y cerraron la medida de fuerza con un asado. Para los trabajadores del Lavadero Virasoro se abrió ahora el momento de las reflexiones y balances. Distendidos por primera vez en medio año, nos expresaron su pensamiento.
“La forma en que se resolvió el conflicto no es la que esperábamos en ningún momento. Lamentablemente dada la situación y los meses de lucha, no nos quedó otra que cerrarlo de esta manera”, evaluó Gabriel Navarro, delegado de los obreros.
“Pese a la extensión del conflicto, que nosotros nunca nos imaginamos, los compañeros estuvieron a la altura de las circunstancias. Para nosotros tiene que ser un punto seguido y no un punto final”, agregó a modo de síntesis Carlos Medina, de la comisión interna. “Sabemos que todo lo que se hizo, más allá de los resultados, le va a servir a todos, los que estuvieron, los que no y lo que vienen detrás de nosotros en la lucha”
Sobre lo vivido en el conflicto, Medina evaluó que “Personalmente es altamente positivo, porque después de todo lo que se vivió, se hicieron muchas cosas y estoy muy orgulloso de los compañeros que estuvieron al frente de todo esto. Se generó un grupo muy importante y más allá de todo, acá hay que tener en cuenta que no contamos con las herramientas que muchos otros sectores tienen y sin embargo se hicieron cosas muy importantes”.
En consonancia, Cristian “El Arpón”, otro de los delegados, opinó: “la lucha no terminó y la salida que se le dio responde al desgaste, debido a las presiones de los abogados de la empresa, la policía y lo bueno es que a nosotros no nos saca nadie, nos vamos con lo nuestro. Yo soy un agradecido porque crecí un montón como persona, como hombre, porque muchos venimos de una vida humilde, sin estudios, pero cuando uno pone honestidad, ganas y ve las cosas dignamente se da cuenta que podemos hacer mucho”.
Lo cierto es que en este transcurso, innumerables organizaciones se acercaron a la carpa y algunas de ellas se jugaron profundamente. La fuerza que les otorgó ese apoyo es una de las cosas que más rescatan los trabajadores.
“Esto se hizo con sesenta trabajadores, más todo el apoyo de afuera. Pero fijate como podría cambiar nuestro país si hubiera quinientos, mil, que realmente busquen la dignidad y el beneficio para todos. Porque si hay algo que queda demostrado acá es que ninguno pensó individualmente, más allá de la presión familiar y material, nosotros siempre pensamos para todos. Y eso es lo que hace falta, porque cuando acá hubo un fondo de huelga se repartió para todos”.
Respecto al resultado, “Arpón” destacó: “No habremos logrado el puesto de trabajo, pero sí que Guidetti abra su cabeza, porque se dio cuenta que la gente no es un trapo de piso sino que él es rico porque el obrero trabaja: yo aprendí que una empresa sin patrón trabaja; pero un empresa sin obreros, no va a ningún lado. Creo que muchos empresarios tienen que ver esto, como muchos trabajadores tienen que saber que si ponen ganas y hacen defender sus derechos, pueden llegar lejos. Hemos crecido y queremos luchar por algo mejor para todos. Si seguimos por este camino creo que podemos cambiar muchas cosas”.
Sobre la experiencia, el delegado “Zurdo” Romero aseguró que “nos sirvió para darnos cuenta de cómo funciona el sistema del gobierno y de todas las secretarías, cómo tiran para el lado de la empresa, los trabajadores somos siempre el último orejón del tarro. Más allá de esto nosotros hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, no dejamos nada librado al azar y tuvimos mucha gente en contra, pero también gente que nos apoyó durante todo el conflicto y esa gente va a tener también siempre nuestro apoyo. La vamos a seguir peleando, esto no termina acá”.

El punto y seguido en la lucha
“El deseo es que el grupo siga generando cosas, desde el lugar de trabajo que cada uno tenga, para ayudar y devolver todo lo que nos dieron porque más allá de los huevos que le pusieron los compañeros del Lavadero Virasoro, se pudo sostener todo esto gracias en parte a la solidaridad de las agrupaciones que no nombramos porque tenemos miedo de olvidarnos de alguna y eso sería feo”, resaltó Medina.
“La idea es seguir organizándose, mantener el organismo de la comisión vivo, la organización política uno la tiene por dentro, es un modo de vivir”, definió Navarro. Por eso un punto a tener en cuenta es la realidad que de ahora en más vivirán aquellos que continúan empleados en el Lavadero con condiciones laborales realmente complicadas: “Creo que el germen está. Si el empresario no cambia la forma de pensar en tres meses, cinco meses, va a haber problemas, porque el trabajador que no se sumó tiene bien claro que de la única forma que conseguimos algo fue con medidas de fuerza, porque Guidetti nunca te regala nada. Ellos saben que nos fuimos bien y muchos esperaban que volvamos a entrar”, consideró Sánchez.
“Guidetti sabe que los que no participaron de esto fue por una necesidad económica muy grande y sobre eso trabaja la empresa, sumado el miedo que pesa mucho. Mi deseo es que los trabajadores recapaciten ante todo esto y el día de mañana que ojalá sea pronto, salgan a la lucha como nosotros. Hay dos opciones: o salen a la lucha para sus mejores condiciones, porque saben y nos manifestaron que hacíamos lo correcto, o la empresa seguirá avanzando en tratar de desarticular todo lo que pueda llegar a organizarse adentro en base a lo que vieron, y que se generen despidos masivos o acuerdos con los compañeros para un retiro voluntario, esperemos que no pase, siempre intentamos de que acá quede una línea que reclame sus derechos y deseen salir a la lucha y trabajar dignamente dentro de planta”, manifestó Medina.

Tesoros de gente humilde
Antes de concluir, “El Arpón” quiso compartir su reflexión sobre lo que se llevó de esta lucha.
“Esto es una parte de mi vida que fue linda, yo soy agradecido a Dios de estar acá, porque a mi hijo mejor ejemplo de vida que este no le voy a dar nunca, más allá de los momentos malos que hayamos pasado en la familia, porque seis meses sin cobrar, estando acá todo el día, se desgastan un montón de cosas. Pero como familia valoramos esto de haber luchado, porque cada uno de los que nos vamos de acá nos vamos con la frente alta, porque nadie nos puede gritar nada en las calles como les pasa a los dirigentes sindicales, o a los gobernantes que los cagan puteando”.
Además el delegado reconoció a los trabajadores desocupados, en particular a las mujeres de la CTD Flamarión Sur, que se acercaron durante el invierno a donarles comida y cocinarles, cuando “ellos tienen mas necesidades que nosotros. Creo ese es el tesoro que tenemos la gente humilde: abrir la cabeza y ver que hay gente que está peor, pero tiene más solidaridad que un millonario como Guidetti y eso no lo compra nadie, eso viene con uno”.


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