Diciembre de 2001: un juicio que deja “un sabor amargo”

En la tarde del lunes el Tribunal Oral Federal N° 6 dictó sentencia en la causa que involucra a funcionarios del gobierno de Fernando de la Rúa en el asesinato de 5 personas y las heridas a 117. Se trata de los hechos producidos en la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001. En Enredando las mañanas nos comunicamos con Mariano Benítez, integrante de Familiares y Amigos de Petete Almirón, uno de los jóvenes asesinados el 20 de diciembre, quien transmitió el sentir de la familia tanto en estos 15 años de lucha como en el puntual momento de la sentencia. Por RNMA.

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Enredando las Mañanas: Buenos días Mariano, ¿estuviste ayer en el momento de la sentencia?

Mariano Benítez: Sí, estuvimos desde temprano, desde las 9 de la mañana.

ELM: ¿Qué sensación te dejaron tanto el proceso como la sentencia?

MB: Un sabor amargo, porque mas allá que logramos conseguir que condenen a los responsables políticos, como (el ex secretario de Seguridad, Enrique) Mathov y (Rubén) Santos, que era el jefe de la Policía Federal, el resto de los responsables materiales; aquellos que gatillaron y que durante el juicio impusieron un montón de pruebas, en realidad mentiras, para salir libres; la mitad fue absuelta. Una sola persona recibió 6 años de condena y el resto 4, o sea que son penas que podrían ser excarcelables.

ELM: ¿Alguno de ellos estuvo en prisión en algún momento?

MB: No, ninguno. Todos llegaron libres al juicio, no pasaron un solo día en la cárcel. Nosotros ya veníamos con la decepción de De la Rúa, que había sido absuelto. Y es muy difícil para los familiares que perdieron a sus hijos, sus esposos, sus compañeros, explicarles por qué está absuelto, libre y no tengan una culpa de nada. Que pueda presentarse libremente en un canal, acceder a un cargo público. Nos enojó que muchos de los policías en 10 años como máximo puedan volver a estar en cualquier cargo público.

ELM: ¿Tienen posibilidad de apelación?

MB: Ellos pueden apelar el fallo porque es un Tribunal Federal, falta la Corte Suprema y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Tanto ellos como nosotros podemos apelar.

ELM: Como familiares y amigos que acompañan este reclamo de justicia ¿piensan apelar?

MB: Nosotros particularmente, la defensa que la lleva Correpi no llegó a presentarse en el juicio. En este juicio solo estaban los representados en forma general, los familiares patrocinados por el CELS y por el abogado (Rodolfo) Yanzón, y los familiares de (Alberto) Márquez, (Gastón) Riva y (Diego) Lamagna. Nosotros no teníamos identificado al que disparó a Petete. Los asesinos de Márquez fueron los que bajaron de los autos vestidos de civil en la Avenida 9 de Julio casi Corrientes, en el Obelisco, que son los mismos que le disparan a Martín Galli. Estos estaban filmados, y había muchos más testigos, entre ellos (Claudio) el Tano Pandolfi, que fue uno de los abogados de los heridos del 26 de junio de 2002, entre los cuales estuve yo. Estuve en Correpi, y era compañero nuestro. Le dieron mucha más pena a (Alfredo) Fanchiotti  que a estos que estaban filmados. De Fanchiotti no había filmaciones de cuando dispara.

ELM: Entonces la condena es de 6 años de prisión para el que dispara, ¿no?

MB: ¡Exacto! Hay uno solo.

ELM: El comisario Carlos José López fue condenado a 6 años. El sargento Roberto Juárez a 4 años y 6 meses de prisión. Y el resto a 3 años o menos, que como decías, es una pena excarcelable.

MB: ¡Exacto! Los familiares nos fuimos golpeando los vidrios, amenazando a los gendarmes para que no se metieran porque sabíamos que la reacción iba a ser a los gritos, a las puteadas, porque nadie veía justicia. Los familiares no veíamos justicia. Era verlos llorar, gritándoles asesinos a los jueces, y los gendarmes que no sabían qué hacer, porque en la sala había personalidades que nos acompañaron. Algunos suelen estar siempre, otros se acercaron para este momento como Leo Santillán (el hermano de Darío), Alberto Santillán (el papá). Estuvo la diputada nacional por el Frente de Izquierda Myriam Bregman, Horacio Verbitsky, familiares de víctimas de gatillo fácil. Estábamos todos los familiares, excepto Marta (mamá de Almirón) que estaba sola porque su marido Héctor falleció hace dos años; Ignacio y Chela, dos amigos de ella también fallecieron, y Petete. Marta quedó sola, por suerte tiene dos hijos que la ayudan. Es una mujer de clase baja que vive en Lomas de Zamora, del lado de Camino Negro, que no tiene ingresos. Vive gracias a una pensión que pudo obtener gracias a Héctor (padre de Almirón), que laburó toda su vida. Hay que sostener sin recursos 15 años siguiendo un juicio. A muchos no les hicieron pagar las costas del juicio.

ELM: Hay familiares que rescatan del juicio que por primera vez un funcionario de alto rango haya sido condenado, como un antecedente histórico en la justicia ¿vos lo rescatas?

MB: ¡Sí! Mas allá que nunca había pasado, por ejemplo por la masacre del Puente Pueyrredón no hay funcionarios políticos condenados, y fue mucho más obvio. Estaba Felipe Sola, el jefe de la Policía Federal, la SIDE.

ELM: Aníbal Fernández, había varios involucrados…

MB: Sí, y ninguno fue condenado, ni hablar de (Federico) Storani, (Eduardo) Duhalde, (Carlos) Menem. De Víctor Choque, Aníbal Verón y Teresa Rodríguez, ningún funcionario que ha participado de estos hechos ha recibido una condena. Ellos quizás van a perder 4 años de su vida, que no puedan trabajar públicamente, pero nosotros los familiares, perdimos un amigo, mujeres, compañeros, y no hablo de los compañeros caídos en estos 15 años, mucha gente se arruinó la salud, económicamente, ha sufrido depresiones, eso lamentablemente en un juicio no se valora y no se puede cuantificar.

ELM: Muchísimas gracias por esta comunicación

MB: Gracias por llamar, sigan en la lucha como nosotros trataremos de seguir haciéndola. Nosotros venimos rescatando la historia de los 30.000 compañeros, y todas las luchas anteriores, porque siempre nos quieren hacer borrar la memoria, como decía (Rodolfo) Walsh. Nos queda seguir adelante, crear nuevos métodos y si funcionan como lo hizo un escrache en su momento; lo haremos. Si tenemos que utilizar otro método para que se sigan acordando que estos son asesinos que no tienen que estar caminando sueltos como cualquiera de nosotros, lo vamos a hacer.