URGENTE: procesan a estudiantes universitarios
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 15/11/2008
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 9, a cargo de Aráoz De Lamadrid, procesó a diez dirigentes de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) por su lucha en defensa de la sede del CBC de Merlo. La pena-no excarcelable- va de 10 a 25 años de prisión. La situación es realmente grave. El procesamiento apunta directamente a la cabeza del movimiento estudiantil en lucha.
Se solicita difusión y adhesiones a documento que transcribimos.
Comunicado de Prensa de la FUBA
Como tercera resolución se convoca para el día martes 17 de noviembre del corriente una conferencia de prensa donde estarán presentes todos los procesados junto a los representantes y organismos que se solidaricen con la causa. La conferencia se realizará en el Bauen (Callao 360) a las 12 horas.
Ningún estudiante preso
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Una lucha triunfante
Es importante señalar que la lucha librada durante la primera parte del año por la permanencia de una sede del CBC en la zona oeste concluyó de una manera victoriosa. La lucha comenzó en el mes de marzo, cuando al comenzar las clases los estudiantes y docentes del CBC de Merlo se encontraron con la novedad de que la sede sería cerrada. El intendente de Merlo, Raúl Othacehé responsabilizaba al rector de la UBA Rubén Hallú, y éste, por su lado, le echaba la culpa al intendente de Merlo. Pero, mientras entre ambos se tiraban la pelota, las víctimas eran los 3500 estudiantes inscriptos en la sede junto a los trabajadores docentes y no docentes de la misma.
Ante esto estudiantes y docentes tuvieron una actitud ejemplar. Resolvieron de manera democrática quedarse en el lugar dictando y tomando clases mientras el rector y el intendente amenazaban, cada uno por su lado, con forzar un desalojo. Si éste finalmente no se dio fue únicamente por la actitud firme de estudiantes y docentes y por el apoyo brindado por la inmensa mayoría de la Universidad de Buenos Aires.
Aquel 28 de mayo la movilización de estudiantes, docentes y padres de Merlo tenía un objetivo muy concreto, a saber: el cumplimiento de la resolución Nº 3830 que había sido conquistada el 16 de abril del corriente año, pero que el rectorado se negaba a implementar efectivamente. La situación era sumamente grave porque las autoridades bloqueaban la presencia de personal administrativo en la sede, se negaban a tomar los exámenes en las instalaciones de Merlo y no había ningún avance sobre la búsqueda de una nueva sede. Esto obligaba a los estudiantes a quedarse a pernoctar en la sede del CBC, realizando una vigilia en custodia de las instalaciones.
Cuando el 28 de mayo los estudiantes, docentes y padres concurrieron a la sesión del Consejo Superior fue, como acabamos de señalar, para reclamar que se cumpla efectivamente una resolución que el propio Consejo Superior había votado tiempo atrás. Transformar una petición ante las autoridades en un “secuestro coactivo agravado” no es más que una maniobra política alevosa contra el movimiento estudiantil.
El movimiento estudiantil como rehén
Los dirigentes estudiantiles ahora procesados cumplieron con su deber al acompañar desde un primer momento a los estudiantes y docentes de Merlo. La función de quienes han sido electos para ocupar lugares destacados en las organizaciones estudiantiles es el de acompañar positivamente a sus compañeros por los reclamos que hacen a la defensa de la educación y la universidad pública.
Indudablemente, con fallos como éste se pretende mantener como rehenes a los dirigentes estudiantiles, condicionando su accionar político y gremial en todo lo referente al cumplimiento de las tareas para las cuales han sido electos por sus propios compañeros. Es a esto que apunta la judicialización de la protesta social y es por eso que debe ser rechazada por todos aquellos que, más allá de sus diferencias políticas, defienden la necesidad de un movimiento popular activo y movilizado que sea protagonista de la realidad política nacional.
El juez carece de elementos para procesar a nuestros 10 compañeros. Se los juzga no por sus actos sino por ocupar cargos de responsabilidad en las organizaciones estudiantiles. Se trata, por lo tanto, de una persecución lisa y llana y de esa manera debe ser denunciada.
Por el inmediato desprocesamiento
Estamos en presencia de un hecho de máxima gravedad. Sobre buena parte de la actual dirección del movimiento estudiantil de la UBA pesa la amenaza de un juicio por un delito que tiene penas de tal magnitud que su cumplimiento supone la prisión efectiva de 10 dirigentes estudiantiles.
No al procesamiento de los compañeros de la Fuba
Estudiantes procesados por secuestro coactivo agravado
(nota publicada por Correpi)
El 19 de junio de 2003 el congreso nacional sancionó la primera ley del entonces nuevo gobierno kirchnerista. El proyecto había sido enviado por el anterior poder ejecutivo, en agosto de 2002, pero su sanción, rapidísima y sin debate, fue personalmente dirigida por el primer ministro de justicia de Néstor Kirchner, Gustavo Béliz. Era una reforma al código penal que modificaba el art. 142 bis, que castiga el secuestro extorsivo.
Después de indagar a diez dirigentes estudiantiles, el juez resolvió procesarlos por secuestro coactivo agravado por el número de participantes, delito que, conforme aquella previsora reforma kirchnerista, prevé una pena de 10 a 25 años de prisión. Consciente de lo brudo de su fallo, Aráoz de Lamadrid no acompañó el procesamiento con prisión preventiva, aunque sí trabó un embargo de $10.000 sobre los bienes de cada compañero y les prohibió salir del país. Esta resolución judicial, que las defensas de los compañeros, entre las que se cuenta CORREPI, ya están apelando, deja al desnudo, con claridad pocas veces vista, para qué quiere el gobierno un código penal más duro.