Fin de la etapa testimonial en el juicio por Pablo Vera
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 22/02/2016
Este lunes finalizó la etapa testimonial en el juicio contra el policía Jorge Villegas por el asesinato de Pablo Vera.
Texto Coordinadora 13 de enero en Diario del Juicio y fotos de Reina Momo –ver álbum completoálbum completo-.
Audios de la cobertura especial de Radio Zona Libre y El Zumbido en la RNMA junto a Coordinadora 13 de enero.
Ausencias, Presencias y estocada Fiscal
Al iniciar la jornada de hoy la Fiscal del caso Graciela Echegaray , pidió ante el Tribunal ampliar la acusación sostenida en el requerimiento de elevación a juicio. La ampliación se sostuvo en la incorporación del agravante de alevosía a la calificación legal del hecho, pasando de homicidio doblemente agravado a triplemente agravado, argumentando que a partir de los testimonios recogidos durante las audiencias anteriores, se había desvirtuado la idea de que el arma podía dispararse sola y se había precisado la distancia del disparo en 2,5 cm. Ante esto los jueces dieron lugar a las partes que no manifestaron objeciones. Vincenty, el abogado de Villegas, sostuvo además que su defendido no ampliaría las declaraciones en esta instancia. Recordamos ante esto que en el primer día del juicio,
Villegas tampoco declaró, sino que se remitió a las declaraciones indagatorias realizadas a cargo del Juez Quelín. Luego de deliberar, los jueces Fernando Sánchez Freytes, Verónica Rodríguez y Laura Pérez aceptaron la ampliación de la acusación. La calificación legal del hecho, tanto para la querella como para la fiscalía, es entonces homicidio triplemente agravado por el uso de arma de fuego, el abuso de la función policial y con alevosía.
Detrás de cada gorra hay un pibe con su historia
Foto: Reina Momo
Una vez resuelto esto comenzaron las declaraciones de los testigos. La primera de ellas fue una amiga de Pablo, una de las últimas personas que lo vio con vida. Su relato se basó en el encuentro que tuvieron en uno de los boliches de la ciudad, en el que compartieron un rato, antes de que Pablo sea sacado por los patovicas del lugar. Su testimonio aportó algunos datos para saber qué hizo Pablo la noche anterior a su asesinato y sostuvo que había ingerido alcohol, por lo que probablemente no se encontrara en la plenitud de sus fuerzas físicas y estabilidad como sostiene Villegas cuando introduce el argumento del forcejeo (argumento que de todos modos se ha debilitado en el transcurso de las audiencias anteriores). Ante la pregunta de una de las juezas sobre si Pablo trabajaba o no, su amiga respondió que Pablo trabajaba en un aserradero de su barrio, Gómez. Más allá de su valor en términos jurídicos, este testimonio da cuenta de que Pablo había salido a divertirse como lo suelen hacer los jóvenes de su edad y nos permite tener otra cara de las actividades que Pablo realizaba. En la misma sintonía, al cierre de la jornada, en las afueras de ciudad judicial desde radio Zona Libre se entrevistó a Marisa, una de las hermanas mayores de Pablo, y ella, como lo han hecho en reiteradas ocasiones lxs familiares de Pablo, se propuso nuevamente contar cómo era, cuáles eran sus sueños: “Pablo lo que más quería era tener una familia, él trabajaba, la adoración era su hija, hacer su casita para estar junto con su hija”, que al momento de su asesinato tenía 2 años. Más allá de la estigmatización de los medios hegemónicos para quienes la comunicación es un negocio y del sentido común dominante, seguimos sosteniendo que detrás de cada gorra hay un pibe con su historia.
“Los policías estamos en peligro” y el trato diferencial
El segundo en declarar fue Gustavo Sañico, Sargento Primero con 19 años de servicio. Su testimonio aportó algunas cuestiones claves con respecto a la escena del hecho y al procedimiento policial llevado adelante en la investigación. La primera de ellas es que identifica que la puerta del auto de Villegas se encontraba violentada, sin embargo sostiene que la misma se estaba cerrada. Esto resulta importante ya que ninguno de los demás policías que fueron parte del procedimiento pudieron asegurar este dato y en las registros oficiales se sostiene que la puerta se encontraba abierta: la manipulación de la escena en beneficio de Villegas y el intento de sembrar impunidad se dieron desde el primer momento. Otro de los datos centrales que aporta Sañico es que durante el procedimiento, en ningún momento Villegas fue esposado, dato también alegado por el último testigo de la jornada, Ángel Melo. Esto nos permite ver el trato diferencial que tuvo Villegas luego del homicidio, que se evidencia aún más en las declaraciones del Comisario Hugo Bastías. Al igual que testigos anteriores, ante las preguntas de cómo se debe usar el arma reglamentaria, el testigo sostuvo que por cuestiones de seguridad debe empuñarse con las dos manos. Sin embargo esta respuesta como las anteriores estuvo mechada con el discurso hegemónico y el corporativismo policial: “los policías nos encontramos en peligro en la calle” esgrimió el sargento, tratando de justificar lo injustificable.
El comisario amigo
Foto: Coordinadora 13 de enero
Luego fue el turno de Hugo Bastias, jefe de la unidad Regional II, donde Villegas prestaba servicios en el momento de ocurrido el hecho.
Las primeras intervenciones de la querella en el interrogatorio, fueron referidas a sus tareas específicas dentro del procedimiento del 25 de Septiembre. Ante esto el comisario expresó que fue anoticiado alrededor de las 7hs del hecho antes de la hora de ingreso a la seccional y que se dirigió inmediatamente al lugar. También hizo mención a que su intervención en el lugar excedió a las tareas del procedimiento ya que eso dependia del personal de la comisaría 3ra. Según dichos del propio Bastias, el mismo se dedicó exclusivamente a “saber cómo estaba el suboficial”, siempre manifestando la pertenencia de este tanto a la policía como a la dependencia en la que ambos prestaban funciones.
El comisario expresó haber visto a Villegas frente a la vereda de su casa, con quien luego se entrevistó informalmente. De dicha “charla” el testigo manifestó que Villegas “no podía hablar” por el estado en el que se encontraba, aunque al parecer esto no le impidió escuchar “algo” sobre un forcejeo. Esto resultó al menos llamativo para las partes, ya que la hipótesis del forcejeo no fue acreditada expresamente en ningún testimonio en la etapa de juicio oral.
La declaración de Bastias dio cuenta de un proceso de investigación que se centró en atender y acompañar al imputado, más que a investigar y resguardar la escena del hecho.
Por último Bastias, como jefe de Regional II comentó tener conocimiento de la existencia de un sumario administrativo contra Villegas por este hecho, pero no supo precisar el estado del mismo. También dio detalles de las actuaciones a seguir en los casos de sumarios, donde generalmente se suspende al personal hasta una condena firme. Sin embargo Villegas llega a juicio prestando tareas en una dependencia de San Antonio Oeste.
Sin palabras
El último testigo de la tercera audiencia fue Ángel Melo, también policía de la comisaría 3ra, quien fue el chofer del segundo móvil que llegó al lugar. La testimonial fue un desfile de “nose”, “no recuerdo”, “no vi, ni escuche”.
En único dato que pudo revelar fue que Valdéz tenía el arma de Villegas en la mano cuando llegaron al lugar y que durante las 4 horas que estuvo en el lugar no vió a Villegas esposado ni hablando con ningún otro efectivo.
Ausencias
Foto: Coordinadora 13 de enero
Otro dato relevante de la jornada estuvo dada por las inexplicables ausencias del Comisario de la Comisaría 3ra, Cristian Martínez, y del Segundo Jefe de la Regional II, Claudio Retamal. Ambos policías ocupan altos cargos dentro de la institución, e incumplieron una carga pública como es ir a declarar en un juicio de ésta índole.
Presencias
Foto: Reina Momo
Foto: Reina Momo
Hoy concluyó la instancia de toma de declaraciones, y el día viernes 26 de este mes, desde las 8:30 de mañana, se realizarán los alegatos. Como sostuvo Marisa, hermana de Pablo,el acompañamiento en esta instancia será fundamental. En este sentido, durante la jornada de hoy estuvieron presentes Lili Silva y César Casas, padres de Matías, jóven asesinado en julio de 2012 por el policía Héctor Méndez en Neuquén Capital, y comentaron las novedades del caso de Matías: el jueves 18 de este mes se desarrolló una audiencia en la que se rectificaron los 20 años de prisión para Méndez, luego de su pedido de ser sobreseído y dejado en libertad. Con gran claridad expresaron que su lucha continúa, y que busca el reconocimiento del abuso de la función policial, así como la importancia que tiene para los familiares víctimas de la violencia policial, el apoyo y mutuo acompañamiento.
AUDIOS (cobertura especial de Radio Zona Libre y El Zumbido en la RNMA junto a Coordinadora 13 de enero)