La lucha contra el narcotráfico como épica del relato macrista
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 10/02/2016
La declarada emergencia en seguridad vuelve a poner en el centro del debate público el rol de las fuerzas represivas, que contarán con mayor poder para actuar en las villas y barrios humildes de las provincias más densamente pobladas. El macrismo intenta instalar a la lucha contra el narcotráfico como épica para su relato y, desde ella, legitimar de cara a gran parte de la población la militarización de los barrios, el llamado a prestar servicio a ex-integrantes de las fuerzas y la estigmatización de lxs villerxs. Pero es sabido que el incremento del poder de las fuerzas represivas, lejos de ser la solución a los flagelos socio-económicos de los sectores populares, resulta una parte fundamental del problema a resolver. Durante la emisión del viernes 5 de febrero de Enredando las Mañanas, compartimos una entrevista de FM La Caterva (RNMA) a Carlos del Frade, periodista rosarino que hace tiempo viene trabajando la temática.
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FM La Caterva: La triple fuga, el traslado de los Monos y la declaración de la emergencia en seguridad, que incluye la posibilidad del derribo de aviones, son situaciones que evidencian un trasfondo común. ¿Desde dónde te parece que se las puede analizar?
Carlos del Frade: Tanto la triple fuga de General Alvear, como este traslado tan amplificado desde los medios de comunicación de solamente dos tipos de una banda regional como los Monos, me parece que sirven para justificar esta ley de emergencia en seguridad, que tiene como supuesto peligro colectivo el narcotráfico, que son los mismos argumentos con los que Álvaro Uribe, un íntimo amigo del actual presidente de la Nación Mauricio Macri, lanzó el Plan Colombia allá por el año 2002, puso en estado de conmoción interno al gobierno colombiano y en emergencia en seguridad, hubo 30.000 muertos desde entonces hasta el presente, y Colombia sigue siendo el primer exportador de cocaína de América hacia Europa. Con lo cual el resultado fue que en las barriadas se persiguiera a los pibes, y la gente dejara el lugar en la selva para que las multinacionales de medicamentos se metieran a producir con la flora autóctona de ese país tan hermoso como es Colombia. Eso después se repitió en México con el Plan Mérida del año 2006, así como en Brasil antes del Mundial, en los finales de Lula y principios de Dilma Roussef, con las fuerzas de armadas de (in)seguridad nacionales en las favelas. Y con lo que dijo exactamente ayer Patricia Bullrich, que fue esto: se van a meter en las villas con las fuerzas de seguridad nacionales, buscando supuestos narcotraficantes, cuando en realidad la inversión del narco en las grandes ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario o San Miguel de Tucumán, está en el centro, son los que lavan ese dinero, y en los barrios están, sí, los pibes que son consumidores consumidos o soldaditos que son inmolados en el altar del Dios dinero, que es el corazón de todo esto. Así que me parece que estamos entrando en un área muy preocupante, que no es más que el plan diseñado por el Comando Sur del ejército estadounidense a través de la DEA y el Pentágono, y me parece que esto va a traer más costos para nuestro pueblo que beneficios.
¿Cómo se re-ordenaron los intereses luego de las elecciones y qué pasa mientras tanto en los barrios?
CDF: Lo que estamos viendo en estos días de funcionamiento del gobierno de Macri es la contundencia de la elocuencia. Porque en definitiva era elocuente lo que iba a decir Macri, que además se demostró en la conformación de los principales cargos de funcionarios en los ministerios, con tipos que vienen trabajando en empresas trans-nacionalizadas y directamente multinacionales, y con lo que para mí marcaba la matriz del nuevo gobierno, que fue el discurso que dio Paolo Rocca, el tipo más influyente de Techint, cuando en la Conferencia Internacional de Dirigentes Empresarios del Acero de América Latina dijo en noviembre que se terminaba el Estado distribucionista en América Latina y se venía el tiempo de los empresarios. Las noticias que empiezan a llegar locamente de Davos, en donde nos anuncia la nueva presencia del FMI en la economía de la vida cotidiana de los argentinos, las potenciales inversiones millonarias de granes multinacionales en la Argentina, me parece que lo que están marcando es justamente eso: la contundencia de la elocuente, de lo que era efectivamente lo que iba a hacer el macrismo. Causa estupor ver que lo que uno creía casi de matriz de manual, se esté cumpliendo al pie de la letra. Me parece que en los sectores populares las cosas por ahora probablemente se aguanten, porque efectivamente hay un respaldo popular muy grande en la votación que tuvo Macri, pero en 6 o 7 meses se va a empezar a notar la diferencia entre el salario o el ingreso, porque hay mucha gente que está en negro, con lo que va a significar mantener una casa, mantener una familia. En lo popular creo que en 6 o 7 meses vamos a tener alguna organización a nueva participación, un protagonismo diferente que ojalá comience a pensar que en la Argentina hay que quedarse con lo mejor que se hizo, pero por supuesto también sacando de lado todo lo malo de un plan que terminó generando este tipo de gobierno que hoy tenemos.
¿Cómo está la situación de los barrios populares, luego del plan por el que miles de gendarmes se desplegaron en ellos?
CDF: Nosotros tuvimos en el departamento Rosario en 2014 doscientos cincuenta asesinatos, y en 2015 doscientos veintiséis, la reducción fue casi de un 10%, con lo cual la presencia de gendarmería volvió a demostrar lo mismo que la anterior, sigue habiendo armas, sigue habiendo narcotráfico, y es por sobre todas las cosas fulbito para la tribuna. Además, el control social sí se ha profundizado, y ahora va a tener status de política nacional con esto que dijo Patricia Bullrich. La vida en los barrios profundos, en la intimidad profunda, tiene como siempre a la mayoría de la gente intentando empatarle al fin de mes, y por otro lado una presencia de gendarmería que está lejos de brindar la seguridad prometida, porque el drenaje de sangre continua, porque son los pibes los que terminan siendo el centro de las noticias policiales.
¿Cómo pensás vos que se empieza a salir o como se da la batalla, sobre todo por la vida de esos pibes que terminan siendo soldaditos en los distintos barrios?
CDF: Me parece que es fundamental tomar conciencia de que estamos en un proceso que es consecuencia de 25 años de historia. Hasta la década del 90 había puestos laborales, clubes que funcionaban en los barrios populares de los grandes centros urbanos, el Gran Buenos Aires, el Gran La Plata, el Gran Córdoba, el Gran Rosario, el Gran Tucumán, el Gran Mendoza. La piba que no terminaba la secundaria encontraba una tienda para laburar, el pibe que no terminaba encontraba un taller metalúrgico, un taller de arreglo de automotores, había laburo en los barrios. La década del 90 arrasó con eso. Aparecieron los agujeros negros, y en esos agujeros negros apareció el nuevo circuito financiero de dinero fresco que tiene el capitalismo, que es el narcotráfico por un lado y las armas por otro. Y eso es lo que se terminó consumiendo la vida de los pibes. Así que la respuesta es exactamente volver a la situación anterior, lo que era antes la posibilidad de que en los barrios había vida. Tiene que volver el trabajo, la educación, la cultura, la alegría y el deporte en los barrios. Hay que empatarle a la seducción de la droga y para eso hay que volver a poner eso en los barrios. Es la única manera de combatir y ganar en esta pelea. Yo soy optimista porque esto es lo que sabe nuestro pueblo, lo sabe la gente, lo sabe el pueblo en toda América Latina, y sabe que la respuesta pasa por ahí. Todo lo demás son negocios del sistema. Esto de hacer del narcotráfico el relato del macrismo, tanto se habló del relato del kirchenirsmo, el macrismo hoy tiene su relato, que es el narcotrafico. Frente a esto, de lo que significa la cuestión del relato del narcotrafico, todo lo que se hace es en beneficio de los que hacen negocios, mayor presupuesto para las armas, emergencia en seguridad en todas las provincias para que compren cualquier pavada. Lo cierto es que lo se necesita es inversión social, Estado presente de forma virtuosa en los barrios, no como hoy que hay un Estado presente de forma corrupta en los barrios, a través de la presencia de esas podridas instituciones que tenemos en cada provincia argentina, que son las policías provinciales.
¿Crees en la posibilidad de reformar las policías, tal como se está anunciando?
CDF: Sí, creo en tanto se pueda participar, se pueda hacer un trabajo valiente, denunciar a los oficiales que tenemos procesados o investigados por enriquecimiento ilícito. Pero se tiene que hacer con una democratización de la información de los legajos de los policías, porque sino se termina solucionando todo en mesas chicas, o en las mesas de las legislaturas provinciales, donde los partidos mayoritarios cierran las puertas para que los partidos minoritarios ingresemos a discutir esas cosas que son centrales a la vida cotidiana, pero donde se maneja mucha plata. Sí se puede mejorar, necesariamente se debe mejorar, ahora, para eso hay que construir una herramienta política desde los gobiernos, que democratice la información y genere organismos de seguridad social, en donde la gente tenga un mayor control con lo que se hace desde alguna comisaría.
Parece contradictorio que se anuncie la reforma de las policías y que al mismo tiempo convoquen a policías retirados para la declarada emergencia…
CDF: Eso es tremendo, hace muchos años atrás escribí una novela donde me imaginaba que los viejos torturadores, entrenados por el DEA y el FBI, se ofrecían a la policía de la democracia y a los gobiernos de la democracia para solucionar los problemas. Eso que imaginé en una novela lo dijo Pascual Guerrieri, que era el segundo de inteligencia del comando del segundo cuerpo del ejército, que en un juicio de lesa humanidad dijo que lo aprovechen porque él sabe combatir al narcotráfico. Patricia Bullrich ayer hizo realidad esto, lo que decía Guerrieri, lo que nosotros imaginábamos en una novela de bajísima calidad. Pero lo cierto es que ahora la realidad está nada menos que en la boca de la Ministra de Seguridad de la Nación. A lo que venimos asistiendo en esta cuestión del discurso y de amplificar tantas cuestiones, algunas que son vinculadas al narcotráfico, como la banda de los Monos que es una banda narco, pero están amplificando el discurso como si fuera realmente un cartel, y no estamos hablando de un cartel. El cartel es una empresa que maneja todo un territorio. Los Monos manejan en todo caso la cuarta parte del negocio de la droga en la ciudad de Rosario, y nada más que eso. Plantearlo como se está planteando hoy a nivel nacional, es funcional directamente a este discurso, a este relato macrista del narcotráfico, en donde van a hacer muchos negocios, pero la vida de la gente en los barrios no va a estar alejada de la droga ni mucho menos. A ellos les conviene el control social sobre la pibada, lo que pasó en Colombia, lo que pasó en México, lo que sigue pasando en Brasil, porque ese es el plan de EE.UU y es lo que está diseñado para América Latina. Ya en el año 2014 las principales administraciones provinciales (Scioli por Buenos Aires, Bonfatti por Santa Fe, De la Sota por Córdoba) desfilaron todas frente a la DEA y al FBI para que les bajarán instrucciones de lo que tenían que hacer. Este proceso de lo que significa hacer del Plan Colombia una revisión y volverlo a instalar en distintos lugares de América Latina, dispuesto y ordenado por EEUU, viene de hace un rato largo.
¿Qué sentido tiene incluir la posibilidad del derribo de aviones dentro del planteo más general de la emergencia en seguridad?
CDF: Es bastante perverso, porque lo que genera eso es, sobre todas las cosas, la búsqueda de imágenes -que ya los medios televisivos están poniendo- de lo que es el derribo de aviones en Brasil. Hay una espectacularidad en eso. La discusión se centra en si eso es pena de muerte inmediata, cosa que es así, o si eso te da seguridad o no. El derribo de aviones, sin embargo, no tiene nada que ver con el grueso de la mercadería que sigue ingresando por la inversión que se hace en el centro de ciudades, como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y Tucumán, que compran kilos de pasta base al Perú y Bolivia, entran eso a las ciudades por tierra fundamentalmente, después se cocina en distintos lugares de esas ciudades, y se termina vendiendo en los barrios más humildes. Lo que hay que cortar es eso: la impunidad que tienen los inversores que van a ser después los que laven el dinero de aquello que se coseche en los distintos barrios. Me parece que eso está muy lejos de producirse, por eso se debate por sobre todas las cosas por el derribo de aviones, que es en realidad un epifenómeno de lo que va a ser la presencia cotidiana de las fuerzas de seguridad nacionales en los barrios más humildes de distintas provincias. Ese es el problema, y va a ser mucho más letal lo que pase en los barrios que el derribo de los aviones.