Riesgos laborales en tiempos de coronavirus

Escrito por el 23/04/2020

El espacio Basta de Asesinatos Laborales presentó los resultados de un relevamiento efectuado sobre la influencia del COVID19 en la forma de llevar adelante distintas tareas. Consultaron sobre el acatamiento de las medidas de aislamiento por parte de las patronales y los riesgos que corren trabajadores y trabajadoras.

El relevamiento se realizó principalmente entre el 22 y el 31 de marzo, primera fase de la cuarentena, con el objetivo de registrar el grado de acatamiento por parte de las patronales de las distintas medidas implementadas desde el gobierno nacional ante la aparición y expansión del COVID-19. Cabe recordar que entre el 16 y el 19 de marzo hubo licencias para trabajadorxs con mayores riesgos, como embarazadas, mayores de 60 años, y con enfermedades preexistentes, como así también para aquellas personas con menores a cargo, ante la suspensión de las clases. Luego, a partir del 20, el aislamiento se extendió a toda la población, menos a aquellos trabajadores y trabajadoras que realizan tareas consideradas esenciales.

El cuestionario fue respondido por trabajadores y trabajadoras de varios sectores de la economía, tanto exceptuados como no exceptuados, que se encuentran bajo distintas modalidades de contratación: informal, semi-informal, monotributistas, cuentapropistas, temporarios y por tiempo indefinido. Se trata de personas que se emplean en los rubros de alimentación (frigoríficos, lácteos, golosinas, café), metalúrgica (siderúrgica, servicios industriales), construcción, gráfica, salud (servicios administrativos de obras sociales o prepagas, clínicas especializadas y espacios de recreación de salud mental, consultorios, hospitales, servicios a domicilio), venta minorista (supermercados, alimento para animales, medicamentos, peluquería), administrativos (estatales, promoción social, educación), servicios postales (correo argentino, correos privados), call center, transportes (ferroviario, portuario, aeroportuario).

Entre el 20 y el 31 de marzo, la mayoría de los encuestados fue convocada a trabajar porque sus empleadores entendían que sus establecimientos o sectores se encontraban exceptuados. Los trabajadores señalaron que han sufrido presiones por parte de jefes y encargados para concurrir a trabajar, y la mitad de ellos planteó que considera que su tarea no debería ser declarada esencial (entre otros, lo afirmaron quienes se encuentran en la producción de yerba mate, golosinas, tés, cafés, call centers, centros privados de salud, catering, etcétera).

En cuanto a las medidas de prevención en los lugares de trabajo, más de la mitad de los encuestados  asegura desempeñarse en espacios no ventilados; solo la mitad afirma contar con elementos de desinfección personal como agua, jabón o alcohol en gel. En la mayoría de los lugares no se desinfectan las zonas comunes, tampoco se han establecido protocolos para evitar aglomeraciones o para garantizar el distanciamiento social necesario. En el sector de salud se ha destacado el reclamo por elementos de bioseguridad.

En el caso de las licencias para mayores de 60 años y personas con enfermedades preexistentes, la mayoría de los entrevistados afirma que las recibieron. Sin embargo, se otorgaron menos licencias de cuidado de menores a cargo, e incluso se registraron amenazas de descuentos salariales a quienes las tomen.

El teletrabajo, en tanto, se implementó en pocos casos. Algunos entrevistados consideraron que podrían desarrollar su tarea de manera remota, pero la empresa u organismo estatal no lo ha implementado.

Más de la mitad de los encuestados no registró despidos, suspensiones o rebajas salariales al momento de responder el cuestionario, pero las denuncias sobre este tipo de situaciones sí se fueron incrementando a medida que se prolongó el aislamiento obligatorio.

El 60% de los trabajadores relevados cuenta con representación sindical. Junto con sus referentes llevaron adelante diferentes acciones para reclamar por condiciones de prevención y sanitarias en sus lugares de trabajo. Entre otras se registraron: coordinación para pedir elementos de protección y que se respeten las medidas de prevención (autoconvocadas y con acompañamiento de delegados); presentación de notas pidiendo reuniones o planteando a los delegados su intervención; realización de asambleas (clandestinas o no); desarrollo de protestas en los lugares de trabajo; difusión de comunicados públicos con denuncias y reclamos; coordinación de modos de trabajo y protección colectivos; provisión individual de elementos de protección (como barbijos y alcohol en gel).

Desde el espacio Basta de Asesinatos Laborales concluyeron que las condiciones de prevención en los lugares de trabajo como el respeto a las licencias fueron en muchos de los casos garantizadas a partir de la acción de los propios trabajadores y trabajadoras: “Solo organizándonos con una perspectiva que ponga en el centro nuestra salud y la de nuestras familias podremos garantizar las condiciones de prevención y el cuidado necesarios”, finalizaron.


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