20 de noviembre: ¡Es nuestra!

Día en que la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, según anunciaron los grandes medios de desinformación, concentraría a los convocados por la conducción vitalicia de la  Confederación General del Trabajo (CGT). En torno a ese mismo día, pero al enterarse que la CGT también convocaba al mismo lugar, la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI)  suspende su presentación  pública de casos relacionados con la represión preventiva, la cual esta destinada a un control social más que al castigo de faltas o infracciones a la ley, y para ello el Estado moderno faculta a la policía y a otras agencias de seguridad. Ahora bien, al día de hoy la cosa cambió: La CORREPI hace la presentación y la CGT suspende la marcha en apoyo al “proceso democrático”; ¿Si analizamos que hay en el medio?
   Bien. La Marcha convocada por Moyano –¡despierten trabajadores camioneros!–, pretendía contrarrestar el avance de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSP) que ya tiene más de 1600 afiliados y, entre otras, la lucha de los trabajadores y trabajadoras de Terrabusi-Kraft (una de las empresas estadounidenses más grande del mundo).  La “inestabilidad” que genera la conformación de estos nuevos gremios y comisiones internas, también generó la reacción de  Scioli.  Buscando excusa –solamente aliados dentro del aparato político en busca de estabilidad–, la marcha de la CGT, a la que adhirió el Partido Justicialista, ponía como responsables a Duhalde, Luis Barrionuevo, Hugo Biolcati, Elisa Carrió y los multimedios que tienen poder real destituyente.  A todo esto, la CORREPI suspendía el acto.
  A solo dos días del 20 de noviembre el panorama es otro. En la Plaza se escucharán, además del zumbido de los 30 mil que siempre estarán presentes, los de los 2.826 argentinos asesinados por el Estado Argentino “Desde la primavera Alfonsinista, al gobierno de los Derechos Humanos”, 1.323 desde el 2003 a la fecha, de los cuales un 53% tenían menos de 25 años.
  ¡Todo un logro poder decir lo que se intenta ocultar! Sin dudas, es una victoria de la clase conformada por los marginados del sistema, los expropiados de la tierra y para todos los que luchan por un mejor futuro en general, que repudia el doble discurso del gobierno nacional, que repudia la descarada práctica sindical corrupta, que saben que en aquella plaza estarán los reprimidos por las Policías, gendarmes, prefectos, servicios penitenciarios y vigiladores privados, es decir, la mayoría de los trabajadores y trabajadoras, los desocupados, los movimiento sociales, culturales, estudiantiles, barriales, etc.
  Con los gordos de la CGT también retrocede la partidocracia, pues ni la UCR, ni el PRO,  ni nadie de los que forman parte del “que se vayan todos” puede decir que desestabilizan a un gobierno; estabilizan con reformismo y gran elocuencia la representatividad que no representa, la democracia que no democratiza, el Estado que no garantiza educación, salud, trabajo, cultura, etc.
 
¿Por qué paró la marcha el gobierno nacional, la partidocracia y el sindicalismo traidor y pro patronal?, lucidamente ¿Se darían cuenta que si, además de utilizar las fuerzas armadas y policiales para reprimir, utilizaban a trabajadores corrían el peligro de que  éstos en un estado de conciencia desobedecieran las ordenes de Moyano?, lo cierto es que el 20 la plaza será un acto de  la conciencia de clase, un acto donde se dirá la verdad: en una sociedad dividida en clases, la represión policial e institucional se hace necesaria para mantener el control social y preparar permanentemente a las fuerzas represivas para la guerra de baja intensidad contra los reclamos del pueblo. Entonces, la consigna para el pueblo argentino es avanzar en la tendencia que muestran los pueblos de Honduras, Bolivia, y Venezuela  y del nuevo  contenido de las recientes luchas, y en camino a un nuevo tipo de  Estado que remplace a los gobiernos de la burguesía y del capital, solo así desde Usuahia a La Quiaca el pueblo será verdaderamente libre.