La violencia policial no está en cuarentena

El domingo, represores de la comisaría cuarta de Cipolletti –que fue un centro clandestino de detención, tortura y exterminio durante la última dictadura cívico militar eclesiástica- dejaron con muerte cerebral a un joven de 23 años tras atacarlo en barrio Costa Norte. En Neuquén capital, este lunes por la tarde un policía fusiló a un hombre de 37 años en el barrio Canal V, excusándose en un intento de robo.

En las últimas 48 horas, a pocos kilómetros de distancia, las policías rionegrina y neuquina se cargaron la vida de dos nuevas víctimas.

El domingo, dos jóvenes ingresaban en moto al barrio Costa Norte de Cipolletti cuando comenzaron a ser perseguidos por un móvil de la comisaría cuarta de esa localidad, al que se sumó uno del cuerpo de seguridad vial. Minutos después, uno de los ocupantes de la moto, un chico de 23 años, tenía una bala de plomo proveniente de un arma del estado en la cabeza. Hoy, el joven está siendo asistido mecánicamente a la espera de que se concrete el operativo de ablación de órganos.

Por ese hecho, la única medida hasta el momento fue el apartamiento de sus cargos de cuatro represores y del jefe de la comisaría que durante la dictadura genocida funcionó como centro clandestino.

En Neuquén, mientras los medios hegemónicos vuelven a validar la pena de muerte amparados en la versión del robo, un hombre de 37 años murió luego de ser baleado con un arma del estado en el barrio Canal V. Según el discurso oficial, la víctima y otro hombre pretendían ingresar a una casa de la que fueron corridos a los tiros por parte del policía que la habita. El sobreviviente se habría entregado, por lo que será un importantísimo testigo a la hora de esclarecer el asesinato.

El policía homicida fue detenido este martes, mientras la investigación avanza.

No son casos aislados. Es la policía matando en nuestros barrios, sistemáticamente, organizadamente, auspiciada por las armas que la institución pone en sus manos. El aparato represivo sigue intacto.