“Le diremos al sector que asume el poder en Colombia que no vamos a permitir esta masacre”
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 13/07/2018
Desde Colombia, hablamos con Magda Ortega, integrante de “1 Millón de Mujeres por la Paz” y una de las organizadoras del velatón y otras actividades que se realizarán hasta el 7 de agosto para denunciar los asesinatos, aprietes y desapariciones a líderxs sociales en un número alarmante y muy cercano a la tragedia de la UP en los 80.
Enredando Las Mañanas: hubo 417 líderes sociales asesinados entre 2016 y mediados de 2018 ¿Podrías realizarnos un paneo de esa situación?
Magda Ortega: Mira. La violencia nunca ha cesado. Aunque se hizo, se firmó, un acuerdo de paz con las FARC los paramilitares, que no han dejado de existir, que nunca se acabaron, que entregaron unas armas viejas, que no eran las de ellos, pero los grupos paramilitares se mantuvieron y están reciclados y todavía siguen actuando entre el paramilitarismo y el narcotráfico. Siguieron su labor de exterminio de las comunidades fundamentalmente en las regiones donde ellos necesitan sacar la droga por los puertos del país, y por eso han mantenido toda su actividad.
Es la región del pacífico la región más afectada por esta situación de barbarie criminal que han seguido manteniendo los grupos paramilitares.
Cuando se dio el acuerdo de paz, en todo ese período en que las FARC cesaron sus actividades ellos siguieron actuando y, después de la firma del acuerdo de paz, acentuaron un poco más porque las FARC realmente cesaron las actividades militares y estas bandas siguieron actuando.
El gobierno ha sido impotente para desarmarlos, para presionar su entrega, para actuar contra ellos, ha habido uno que otro golpe, pero no ha sido suficiente, y eso se revuelve, digámoslo así, con la actividad social porque ellos actúan contra los líederes y las lideresas sociales que están en los territorios luchando contra la miinería ilegal, contra el asesinato de líderes, contra la entrega del territorio a estas bandas; entonces, esas luchas en las regiones se dan por el territorio, por el medio ambiente, por el derecho a la protesta y son los líderes sociales que precisamente apoyan a los sectores de izquierda o están dentro de los sectores de izquierda quienes están recibiendo toda esta violencia.
Vale decir también que el accionar de ellos es político, y entonces lo enfocan contra los excombatientes de las FARC y contra algunos que quedan que no estuvieron de acuerdo con la firma del acuerdo y que se mantienen en algunas regiones en actividad militar.
ELM: Entre los materiales que circularon hubo un título que llamó la atención: “antes estaba el pretexto de las FARC ¿ahora a que pretexto les queda?”
MO: Si, correcto. Ellos, por supuesto que lo que sale a la superficie no es que ellos estaban sacando droga ni que están poniendo los territorios al servicio de las multinacionales -porque en esto hay de todo- para la explotación del suelo, lo que sale a la superficie es la supuesta lucha contra las FARC. Ese fue precisamente el problema que tuvieron para las últimas elecciones que tuvimos de congreso y presidente, y es que se les acabó el cuento de las FARC, entonces siguen en las regiones en un dominio político, social y territorial estratégico.
Pero hay una cosa que es importante decirles a ustedes, y es que siguen habiendo esas alianzas con sectores del gobierno, por ejemplo, la lideresa que fue asesinada en Cáceres había sido amenazada por policías. Hay líderes sociales en los territorios que son amenazados por miembros del gobierno, por miembros de la policía, que les piden que se callen. Líderes que están luchando contra la corrupción, como el líder que mataron el día del partido, en su casa y en su cama, era un líder que luchaba contra la corrupción, contra el tráfico de drogas, y a ese líder, en lugar de protegerlo el gobierno -pues lo amenazaban, lo amenazaban algunas personas de frente, lo amenazaban- en la ciudad pidió protección y nunca se la dieron.
Entonces, lo que ha dejado al descubierto la negociación de las FARC es que ese era el pretexto, pero no era la realidad.
La realidad en este país es el narcotráfico, es la corrupción, es la minería ilegal, son las multinacionales, es la disputa por el territorio, es la soberanía del país, y eso no lo defienden ni el gobierno ni los sectores que están con el gobierno, eso lo han defendido en este país los sectores progresistas, los sectores de izquierda. Por eso es que la pasada campaña fue un definir muy claro entre quienes estaban con las multinacionales, con esos actores de violencia, y quienes estábamos contra ella. Y por eso en este momento los asesinatos estan cerrando una línea hacia los sectores progresistas, hacia los líderes y las lideresas que en los territorios apoyaron la campaña y que ahora están siendo asesinados.
ELM: Con la victoria del uribismo, reconocido por sus vínculos históricos con el paramilitarismo ¿Es entonces de esperar que esta situación se profundice?
MO: Desafortunadamente sí. Es el regreso a la guerra, es el regreso a la violencia, es el regreso al fanatismo, es el regreso a la pérdida de la soberanía, de los valores de la honradez, la honestidad y la ética de la virtualidad de la política, digámoslo así, es la pérdida total de esos valores. Digamos que en los dos períodos de Santos, que no fue muy santo tampoco, pero lo que se logró fue que se mostrara perfectamente que las FARC podían negociar, que querían negociar, que negociaron, se desarmaron y cumplieron -porque están cumpliendo con el acuerdo- pero el gobierno no. Entonces, lo que el uribismo ha querido es regresar a esa violencia porque detrás de ellos están bandas, las mafias, las multinacionales… la entrega del país. Hay una cosa que es esperanzadora y es importante, ayer Christine Lagarde, la presidenta del FMI, le dijo con claridad al presidente electo de Colombia, a Iván Duque, en Estados Unidos, que si regresaba la guerra la inversión internacional se iba de Colombia, porque había llegado, porque ha aumentado el turismo, porque se siente la paz en el país porque había muchas esperanzas de que el gobierno cumpla con ese acuerdo y la guerra termine. Y fue muy esperanzador para nosotros que Christine Lagarde le dijera al presidente electo de Colombia que si vuelve la guerra la inversión extranjera se va, eso es una esperanza para que ellos lo piensen, porque de una vez se alinearon y esta última barbarie, de estas últimas dos o tres semanas, donde han habido más de 50 asesinados es precisamente porque están mostrando su poderío, su triunfo y están tratando de menoscabar a los sectores progresistas que avanzamos en más de 8 millones de personas que votamos por una apuesta diferente, para minarnos hacia las elecciones del año entrante y para evitar que como oposición a este gobierno de derecha violento y guerrerista nosotros podamos resignificarnos en este país.
ELM: ¿Cuales son las actividades que se están desarrollando y a que escala?
MO: El líder de la oposición, Gustavo Petro, que fue el candidato a la presidencia, convocó a una movilización nacional e internacional para el 7 de agosto que es el día de la posesión del presidente ganador. Estamos preparando esa movilización nacional, pero mientras tanto vamos a hacer actividades permanentes que nos permitan mantener la movilización a nivel nacional e internacional. Hoy se ha convocado en Bogotá una velatón a las seis de la tarde en la plaza de Bolívar, que es la plaza más grande y la más histórica de la ciudad, y esa velatón se extendió por todas las demás ciudades del país y por muchas ciudades a nivel internacional, completamos ya cien ciudades a nivel nacional e internacional que están sumadas a la actividad de hoy. Ahí vamos a ponernos de acuerdo para seguir semanalmente realizando actividades a nivel nacional e internacional que terminen con una gran marcha mundial el 7 de agosto, donde le denunciaremos al mundo lo que está pasando en Colombia y donde le diremos al sector que asume el poder en Colombia que no vamos a permitir esta masacre, que no vamos a callarnos, que no pasarán y que no les tenemos miedo.