Reforma previsional en marcha a la medida del FMI
Written by Red Nacional De Medios Alternativos on 19/12/2017
La reforma previsional ya es ley. Este martes por la mañana Diputados aprobó el proyecto luego de 12 horas de debate. Para desarrollar los aspectos más salientes de la norma conversamos con Fabiana Arencibia del colectivo Red Eco Alternativo. Según la comunicadora integrante de la RNMA esta ley “no es una reforma integral del sistema previsional argentino sino que trae modificaciones parciales”. Durante el Enredando las mañanas de este lunes pudimos profundizar en qué consisten los cambios. Por RNMA
En medio de tantas opiniones a favor y en contra de la reforma, Fabiana Arencibia definió durante la charla tres cambios destacables. En primer lugar se modifica la fórmula con la cual se venían ajustando los haberes jubilatorios. En segundo término, define que los ajustes serán cada tres meses y no cada seis, como era hasta ahora con la Ley de Movilidad Jubilatoria (2008). El último aspecto es la “opción” poder jubilarse a los 70 años, en lugar de a los 60 las mujeres y los 65 los hombres. Esto sería optativo porque las edades obligatorias por ley continúan siendo las mismas.
Fabiana señaló que podría pensarse que un ajuste de los haberes trimestral es mejor, porque hacerlo cada seis meses significaba que se acumulara un retraso respecto a la inflación real, la de bolsillo.
“Sin embargo, la fórmula anterior usaba un índice que ponderaba diversas variables en su componente. Se tomaba cómo iban aumentando los sueldos de los trabajadores activos. Se tomaba también el aumento de la recaudación que iba a las arcas del ANSES. Estos elementos se ponderaban y de ahí salía un índice que últimamente fue dando entre 12 y 13 % de incremento cada 6 meses, o sea cerca de 6,5% trimestral, si lo adaptamos a lo que sería la nueva fórmula. La fórmula de ajuste fue cambiada, después de negociaciones políticas de por medio – porque en principio iba a ser solamente de acuerdo a la inflación – y se acordó que además de tener en cuenta la inflación en un 70%, el otro 30% se va a ajustar con el llamado RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables). Este último es el índice introducido por la Ley de Reparación Histórica, cuestionado por sus deficiencias metodológicas. Se aplicaba desde 2016 para actualizar el haber inicial. O sea, se van a combinar dos cosas, la inflación y este índice RIPTE. Eso es uno de los elementos de la reforma.
Lo que trae aparejado la utilización de esta nueva fórmula es que la jubilación se separe de la evolución de los salarios, parámetro que surge de la Constitución y de la Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia (fallo Sánchez y fallo Badaro). Además resultará que dos personas que han cobrado el mismo salario durante su vida activa y que han aportado lo mismo puedan tener jubilaciones diferentes: una mayor si se jubila con la ley anterior y otra menor si se jubila con la actual ley”.
Asimismo, sobre las valoraciones respecto a que si el cambio de fórmula y el ajuste por inflación implicará que el jubilado gane más o no, la comunicadora integrante de la RNMA señaló que “cantidad de cálculos realizados por distintos economistas, incluso por gente a fin a la ideología del gobierno, demuestran concretamente que la utilización de este nuevo índice, va a bajar los importes de los haberes que hoy se están cobrando, en un promedio de un entre un 4 o 5 %, o sea que no es verdad que el jubilado le va a ganar a la inflación.
Por otro lado todos sabemos que lo que gasta un jubilado no es lo mismo que lo que gasta alguien que no lo es. La canasta de un jubilado es muy superior, simplemente pensando en los medicamentos, y más ahora que el PAMI ha recortado los descuentos para un universo muy grande de jubilados, que antes tenían posibilidad de adquirir los medicamentos sin tener que pagar nada”.
Finalmente Fabiana se refirió al tercer aspecto que se modificó, el referido al cambio en la edad jubilatoria. Señaló respecto a esto que, si bien puede pensarse como positivo, ya que abre la posibilidad de seguir trabajando hasta los 70 años, tanto a hombres y mujeres, y por lo tanto mantener un sueldo que en general es más alto que el haber jubilatorio, culmina siendo coercitivo desde el punto de vista económico porque “si vos te jubilaras a los 60 vas a cobrar menos que si lo hicieras cuando tengas 70. O sea te hacen optar para seguir trabajando, pero te bajan el haber jubilatorio si vos te jubilas ‘antes de tiempo’. Es como un recorte, si te jubilás a los 60 vas a cobrar un porcentaje de jubilación menor que si te jubilás a los 70. Por lo tanto, lo de ‘optativo’ deja de serlo porque todos van a optar jubilarse más viejos para no perder parte del haber”.
Todo este combo fue sumando opiniones en contra de la reforma, aunque no precisamente de los diputados que dieron quorum y la aprobaron.
“Hubo un chantaje político al que se sometieron todos los gobernadores, para que vayan a ‘vigilar’ a sus diputados para que no saquen los pies del plato y que voten alineados”, señaló Arencibia, resultado obvio de las negociaciones con Cambiemos para que el gobierno nacional no recorte los giros de dinero hacia las provincias.
“En diciembre de 2016 hubo un informe que el FMI le entregó al gobierno de Mauricio Macri, donde le daba una serie de recomendaciones para poder transitar el camino a lo que hoy es la reforma previsional. Y en ese informe el FMI le recomendaba subir la edad jubilatoria, bajar los montos de las jubilaciones y pensiones. Esas eran dos de las sugerencias, que se plasmaron en el proyecto de reforma. Textualmente el FMI le decía que debía prevalecer ‘un sistema previsional sustentable’ y eso requeriría importantes reformas, ‘incluyendo la indexación de los beneficios por inflación, la reducción en la tasa de sustitución, y el aumento gradual de la edad jubilatoria para las mujeres’. Eso está en el informe en inglés, de lo que son las recomendaciones del FMI.
Todos los cambios van hacia un mismo camino. Porque una de las cosas que le exige el FMI al gobierno, es que baje el déficit fiscal. Y para bajar ese agujero de plata que hay (el déficit fiscal, para que se entienda, es la diferencia entre la plata que le entra al Estado menos los gastos que hace) tenés dos opciones, o aumentar los ingresos o bajar los gastos. Lo que le indica el FMI es que hay que recortar, hay que ahorrar durante el año alrededor de 123 mil millones de pesos, bajando gastos.
Ahora ¿cuáles son las patas que el FMI le sugiere al Ministerio de Hacienda para recortar estos gastos? Son tres: avanzar en una reforma impositiva, en una previsional y en un acuerdo fiscal con los gobernadores. Ese es el plan fiscal que está llevando el gobierno para poder ahorrar dinero.
¿De dónde podía recortar el gobierno? Si miramos el presupuesto, hay tres grandes rubros de gastos que son los que definen la mayoría de los gastos, la obra pública, el salario público, y las jubilaciones.
Tenemos que decir que hay un cuarto, que es el que produce siempre déficit fiscal, que es el pago de los intereses de la deuda externa pero como ningún gobierno ha tomado ese ítem de los gastos como posibilidad de tocar – porque todos los gobiernos, inclusive el gobierno anterior, se han dedicado a cumplir con los compromisos de pago de deuda – lo quitamos del análisis. Por lo tanto se focalizaron en los otros tres ítems: la obra pública se puede congelar pero no se va a bajar porque es mínimamente un motorizador de varios sectores de la economía; respecto al salario público imaginen que podría pasar si recortan los salarios del empleado público; entonces ¿qué variable le quedó?, las jubilaciones ‘invitando’ a los jubilados a que sean la variable de ajuste y que pongan el hombro en esta necesidad de recortar los gastos tal cual le exige el FMI y en los términos que piensa el macrismo a su proyecto económico para contener la inflación y por lo tanto desarrollar y motorizar mucho más la economía”.
Esto plantea una contradicción porque mientras el gobierno dice que las jubilaciones van a mejorar por el otro lado plantea que la reforma va a aportarle a las arcas del estado cerca de 100 mil millones de pesos, por el cambio de la fórmula.
“El nuevo ajuste, no solo baja las jubilaciones, sino también la Asignación Universal por Hijo (AUH). La baja más profunda va a ser la de marzo, porque en marzo los jubilados y pensionados deberían cobrar con el sistema anterior 14% de aumento y van a cobrar apenas 5 o 6 %. Por eso Carrió propuso que para compensar esa baja se les dé un bono y así se hará. Será por única vez, en marzo 2018, para los que cobren hasta $ 10.000 (la mínima desde ese mes)
Lo que hay que explicar, es que este bono discrimina de la misma forma que discrimina la reforma. Para los jubilados que han accedido a la jubilación en forma normal, el bono es de $ 750; para los que han accedido con una moratoria, $375 y para las AUH, $400. Ahora si sumamos este bono por única vez, no es verdad que va a producir una mejora en relación al pago que hubiesen recibido antes de la reforma, porque los cálculos dan que van a terminar cobrando menos, aun sumándole este bono”.
Para finalizar, Fabiana Arencibia señaló que esta reforma previsional es un cambio de transición, porque cuando se sancionó la Ley de Reparación Histórica para los jubilados – que tenía como objetivo declamado por el gobierno el de terminar con los juicios de reajuste de haberes – dentro de esa ley se definió la formación de comisión que tiene que estudiar la reforma del sistema jubilatorio de nuestro país.
“Estos tres elementos de hoy de la reforma, son como un parche, pero en realidad esa comisión que deberá constituirse, va a profundizar mucho más los cambios en el sistema jubilatorio en nuestro país, que la mayoría de las opiniones dicen que no es sustentable.
¿Y a qué apunta esa futura reforma que va a ser más integral aún? A reducir, de alguna manera, el sistema público a una ‘asistencia a la pobreza’ y a crear condiciones para que se migre a lo que sería un sistema privado (como lo fueron las AFJP), o a lo mejor un sistema mixto, donde el privado cubriría una parte y el público cubriría algo simbólico. Para eso necesitan previamente dar otro paso, que es obligar o acordar con las provincias a que transfieran las cajas jubilatorias provinciales al sistema nacional de jubilación, o bien que se ‘armonicen’. Esto significa que si en las provincias o en determinadas actividades los jubilados ganan mejor, porque ganan el 82% móvil o porque el haber se ajusta de una manera mucho mejor a lo que queda ahora con la reforma, van a estar obligados a que se nivelen a la baja. Ese paso necesitan darlo previamente a que se haga la reforma integral, que deje al sistema público de reparto como un suplementario, desde el punto de vista económico, para poder recibir algo y motivar a que todos migren nuevamente a un sistema privado, como fueron las viejas AFJP pergeñadas durante la década neoliberal de los 90”.
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