Julio Gambina y los datos de pobreza: “es herencia recibida agudizada por políticas regresivas»

Escrito por el 02/10/2016

Se conocieron los índices de una pobreza que está lejos del cero. Tras varios meses de silencio, el Indec publicó cifras preocupantes: 32,2% de los argentinos son pobres y el 6,3 indigentes. En Enredando las mañanas dialogamos con el economista Julio Gambina, presidente de la FISyP (Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas), quien analizó el dramático panorama social, que lamentablemente no es nuevo.

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Para Julio Gambina, la pobreza es un tema estructural de nuestro país: “Argentina ha cambiado muchísimo en los últimos 40 años; en 2001 llegamos a tener 57% de pobres y ahora hay 32,2%, o sea que es menos que en 2001 pero es mucho más de lo que era el promedio histórico hasta que se vino esta tremenda reestructuración del orden capitalista argentino. Yo insisto en los 40 años porque hay que mirar el ciclo de transformaciones profundas que hizo la dictadura militar y que consolidaron en la década del ’90 el menemismo y la Alianza, y eso no ha sido esencialmente modificado. La mejor prueba es que muchos de estos pobres figuran en el presupuesto nacional donde se habla de 8.500.000 de planes sociales, 8.500.000 de personas que reciben planes sociales. Es importante verlo en términos de personas porque este dato que da el Indec es un dato estadístico que tiene que ver con 31 aglomerados urbanos que representan 27 millones de argentinos, pero en el país somos cerca de 42 millones, con lo cual con estos millones de pobres que el Indec marca hay que hacer una inferencia nacional de que son 13.600.000 pobres en Argentina. Es una cifra gigantesca, monstruosa”.

“Vamos a traducirlo mejor todavía, en términos de plata porque hay que hablarlo en términos de recursos económicos, de ingresos populares–remarcó el economista en diálogo con Enredando las mañanas–. En Argentina es indigente alguien que gana menos de 4930 pesos; o sea 6,3% vive con menos de 4930 pesos por mes. El Indec dice que la realidad es que el promedio de ingreso familiar de esas personas, están hablando de un matrimonio y dos hijos, es de 2975 pesos, o sea que lo que figura como indigente según el Indec es algo así como 2.700.000 personas en la Argentina que constituyen familias cuyo ingreso mensual es menor a 3.000 pesos”.

En este punto, Gambina se preguntó: “¿cómo se puede vivir con menos de 3.000 pesos por mes? Un indigente en Argentina es el miembro de una familia en cuya casa entra menos de 3.000 pesos por mes, incluso no puede satisfacer el 40% de la canasta básica alimentaria, o sea que ni siquiera satisface lo que es considerado el punto límite para a partir de ahí ser indigente. Y en pobreza, el Indec dice que la canasta básica total es de 12.851 pesos por mes, y el ingreso promedio de los pobres en Argentina es de 8.051 pesos mensual por familia, o sea que tienen una brecha de casi el 40% de lo que hace falta para ser considerado pobre. Pensemos una familia de matrimonio y dos hijos a la que le entran 8.000 pesos por mes y esos son los pobres en la Argentina, la situación es realmente muy compleja, muy complicada”.

Gambina insistió en que se trata de un tema estructural muy serio que a su vez se ha agravado en estos 10 meses del gobierno de Mauricio Macri: “es lamentable, triste, para denunciar a Macri diciendo que él va a rendir cuentas a partir de este dato, con lo cual ante el agravamiento de la situación generado en estos últimos meses Macri mira para otro lado y dice ‘yo no fui’”.

Cabe recordar que una de las metas de Macri tanto en su campaña como ya una vez electo en sus discursos presidenciales es que Argentina va a alcanzar la “Pobreza Cero”. Tras conocerse los datos del Indec, el mandatario aclaró que no podrá cumplir con la consigna en sus 4 años de gestión. “Incumple con su discurso inaugural –señaló al respecto Gambina–, cuando asumió el 10 de diciembre en su discurso inaugural dijo Pobreza Cero, y recientemente en Naciones Unidas dijo Pobreza Cero, o sea que ya ni siquiera es un cumplimiento hacia nuestro país, sino que fue un mensaje global que planteó y así empieza a deteriorar su compromiso y es lógico porque era imposible en campaña, era imposible en el discurso inaugural y en su discurso de Nueva York. Estos datos demuestran que la política económica oficial es una política de concentración, de distribución regresiva del ingreso; la línea de pobreza e indigencia muestra cómo se distribuye el ingreso en la Argentina, y no habla de lo que son las necesidades básicas insatisfechas que es el índice de pobreza estructural en Argentina que es lo que realmente ha crecido muchísimo en estas 4 décadas y muestra la represión, la violencia contra los pobres que es explícita en la vida cotidiana y la represión del Estado a través de las fuerzas de seguridad”.

Comparaciones

Luego de conocerse las cifras de pobreza del Indec, sectores kirchneristas remarcaron que estos números demuestran que los gobiernos del Frente para la Victoria bajaron el índice en comparación con el registrado en 2001 y 2002. En diálogo con ELM, Gambina se mostró en desacuerdo con este análisis: “se compara un momento de un piso muy amplio de desempleo. La pobreza estaba en el 57% en mayo de 2002 y el desempleo en 21,5%. Son los máximos históricos de la Argentina, hasta ahora podríamos decir que estamos mejor que en 2001. Es cierto que estamos mejor pero lo que importa es constatar los pisos históricos. El piso histórico de desempleo en Argentina antes de los últimos 20 años fue un nivel de desempleo del 2,3%. Ahora parece que es normal y el último gobierno mostró como un logro un desempleo del 6%. O sea que aquello normal de 2 a 3% se transformó en un normal del 6%. Una pobreza del orden del 15, 20% pasó a ser normal del 32,2%. Y lo lamentable incluso en el discurso de Macri que es que él dice ‘bueno, tenía razón la Universidad Católica que más o menos había dado este dato para marzo de este año’, pero no agregó que el Observatorio de la UCA indicó, cuando difundió este dato, que desde la asunción de Macri se habían sumado 1.400.000 nuevos pobres en la Argentina a marzo, y la inflación de abril fue la mayor de todo el ciclo pre-asunción y asunción de Macri, fue del 6,5%, y fue del más del 5% en mayo y más del 3% en junio, en julio, la inflación continuó y si los estudios de la Católica dicen que hubo 1.400.000 nuevos pobres de diciembre a marzo, tengo seguridad que la pobreza siguió creciendo desde abril hasta la actualidad, con lo cual también el presidente toma lo que quiere de los estudios de la Católica. Él dice ‘tenía razón la Católica’, pero no dice que tenía razón también en que bajo su gobierno crecieron a marzo de este año 1.400.000 nuevos pobres y 400.000 nuevos indigentes. O sea que es tomar los datos de acuerdo a cómo le convenga, no hay que sorprenderse, es política y la política se hace con disputa del consenso en la sociedad y Macri sale a buscarlo y quiere tratar de mostrar que esto es producto de la herencia recibida y uno puede decir que es verdad, hay mucho que es parte de la herencia recibida pero que se ha agravado y agudizado con la política de ajuste y de reestructuración regresiva del gobierno de Macri”.

Trabajadores, gremios, gobierno y beneficiarios

En relación a la situación de los trabajadores argentinos, Gambina reflexionó: “esta semana hubo un paro muy fuerte de estatales, docentes, trabajadores de la justicia provinciales, que están pidiendo reapertura paritaria porque los trabajadores convencionados, que no son la mayoría en Argentina, hay más de un 33% de trabajadores en situación informal, están pidiendo que reabran las paritarias porque han logrado convenios que andan en torno del 30, 32% de actualización salarial, cuando la inflación se proyecta hacia el 40%, aunque no queda claro cuánto va a ser pero son estimaciones que ha dado el propio Ministerio de Economía. Para los 6 millones de jubilados nacionales, más los provinciales, ya se han conocido las dos actualizaciones semestrales de este año que suman 30%, con lo cual los jubilados están perdiendo desde el vamos 10% y los trabajadores privados tienen entre un 10 y un 12% de pérdida de capacidad de compra. Yo creo que en términos individuales es dramático, el tema es cómo esto se expresa socialmente”.

Uno de los gremios que lleva adelante su plan de lucha con más fuerza es el de los trabajadores bancarios, uno de los sectores que más ganancias ha obtenido en los últimos años: “los bancos hace muchos años que son el sector empresario que más gana en Argentina. Si miramos el 2001 como historia era el sector que aparecía más afectado, el sector que aparecía con más desconfianza en la sociedad, el tema se expresó como crisis financiera, como corralito, como restricciones bancarias, monetarias, crediticias, y sin embargo hace muchos años que los bancos muestran los balances más exitosos. El nivel de tasa que hay en Argentina es usurario cuando la tasa de interés en el mundo tiende a cero. Acá hay que tener cuidado con que no te agarren las tasas de la tarjeta de crédito, ni hablemos de un pequeño empresario que queda al descubierto porque entre tarjetas y descubierto son los créditos más caros, usurarios, que pagan en el sistema bancario normal cualquier persona que transite por esos niveles de bancarización”, afirmó Gambina.

Respecto al rol de las centrales obreras y la respuesta del gobierno a sus reclamos, el presidente de la FISyP manifestó: “en general el gobierno está contestando a las centrales con buenos modales en el sentido de reuniones, les dice ‘nosotros nos reunimos, no entendemos por qué hacen paro’ y muchos dirigentes sindicales contestan ‘y… hacemos paro porque nos reunimos a tomar café y es un diálogo de sordos donde ustedes insisten con su programa con estos efectos concretos de recesión, inflación, pérdida de capacidad adquisitiva de los trabajadores, de los sectores populares’, además de estos datos de la pobreza que son elocuentes de lo que ocurre en Argentina, más allá de la crítica estadística que se podía hacer al gobierno anterior que discontinuó la difusión de estos datos”.

“Quizás uno de los problemas del Indec actual –continuó Gambina–, y para eso decretó la emergencia económica, es que no hacen empalme histórico de estos datos con los que venían de arrastre. Ahora tenemos unos datos que hacen visibles y aunque uno pueda discutirle al Indec la veracidad de estos datos, es la organización que está en mejores condiciones de hacer un relevamiento integral del país y hacer evidente con estadísticas el problema de la pobreza que tiene que trasladarse a la indignación general de la sociedad, no digo del conjunto de la sociedad porque una parte es la beneficiaria de esta desigualdad, de esta política de concentración y centralización del ingreso, y obviamente son los que están de acuerdo con la orientación y el rumbo económico que el gobierno incluso intenta mostrar con los avales que hubo esta semana del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, que es una especie de ministro de Hacienda de Estados Unidos, también estuvo el titular del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional y los auditores que auditaron las cuentas y avalaron lo que está ocurriendo en Argentina como política económica, como rumbo. O sea que no hay que pensar que toda la sociedad argentina se va a condoler por la pobreza, es más podemos escuchar mensajes de algunas sectores muy poderosos diciendo ‘qué bárbaro, hay que luchar contra la pobreza’, lo dice el mismo Macri, pero no hay que creerles absolutamente nada porque lo que aplican como política no tiene nada que ver con cualquier política de eliminar la pobreza en el país”.

Empleo estatal y deuda

Durante los 10 meses de mandato de Mauricio Macri se produjeron numerosos despidos tanto en el ámbito público como privado; sin embargo Julio Gambina hizo hincapié en la contrapartida que implican las nuevas contrataciones de altos salarios en el Estado: “se han creado más ministerios, más secretarías, más subsecretarías, todos esos son salarios altos. O sea que lo que ha hecho es una reestructuración del empleo en el Estado a favor de los salarios altos. Las magnitudes absolutas son un mayor gasto salarial que el que había sobre la base de las nuevas contrataciones generadas por el Estado macrista. Incluso ha aumentado el déficit fiscal y ha bajado la propensión a disminuirlo tal como se había comprometido el ministro de Hacienda, (Alfonso) Prat Gay, y eso que dicen que Prat Gay hace esto porque es neokeynesiano, neodesarrollista, o sea que sería el bueno del Ministerio de Economía que no quiere bajar todo lo que pediría un (Federico) Sturzenegger, que es un ortodoxo en el Banco Central, por esos las tasas de interés son altas, el monetarista es el Banco Central. Lo real es que han aumentado el gasto con salarios altos mostrando una discriminación, con un problema de arrastre que viene de hace muchos años que el empleo estatal es irregular. Hubo muchos despedidos con 5, 10 años de antigüedad, si esos trabajadores hubiesen sido incluidos en una planta permanente en su momento con todas las condiciones de legalidad no hubiese sido posible despedirlos durante la era Macri”.

En este punto, el economista remarcó la importancia de analizar qué situaciones vienen de arrastre del gobierno anterior y cuáles “agrava, agudiza y potencia” la gestión Macri: “hay que tener en claro que cuando Macri dice que hay que contar a partir de ahora el balance de la política económica es porque él está imaginando que el grueso del ajuste ya se resolvió y entonces ahora hay que no reabrir las paritarias para que el ajuste tenga sentido, para que el salario de la mayoría de la población que son trabajadores estén por debajo, que la inflación que hubo todo este tiempo, del último tramo del gobierno anterior asociado a la campaña y gestada después de la asunción del gobierno de Macri, sea pagada por la mayoría de la sociedad que son los trabadores y trabajadoras, entonces con ese ajuste Macri dice que siempre que llovió paró y en algún momento va a venir la recuperación de la actividad económica, eso que llaman los brotes verdes que no aparecen porque los datos siguen mostrando la recesión productiva. El Indec acaba de dar datos a junio de este año con caída de la actividad económica sobre todo en los sectores productivos, en la industria y en el agro de casi el 8%. Y los únicos brotes son los financieros, con crecimiento del endeudamiento externo que aparece con mucha fuerza en el presupuesto 2017, con una friolera de una autorización para endeudarse de 46.500 millones dólares, un disparate que muestra lo que siempre hemos dicho cuando nos decían que el tema de la deuda se había acabado. Nosotros decíamos que el tema de la deuda seguirá siendo un gran condicionante de políticas económicas y mucho más en las condiciones actuales de la economía porque lo que se hizo en los últimos años fue pagar y liberar el terreno para que el Estado se sienta con las manos abiertas para volver a endeudar a la Argentina tal como se hizo en la última parte del gobierno anterior y que ahora tiene una virulencia inusitada desde el arreglo con los fondos buitre. 16.500 millones de dólares de nueva deuda y esta autorización para el año que viene, 46.500 millones de dólares que vamos a pagar entre todos por lo que está establecido en los presupuestos resignando cualquier otra asignación presupuestaria para atender necesidades de salud, educación, empleo, vivienda, recreación o lo que se nos ocurra”, denunció Julio Gambina en la charla con Enredando las mañanas, el programa de la Red Nacional de Medios Alternativos.


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