Femicidio de Mariana Condorí: «no dejamos de preguntarnos qué habría pasado si hubiera recibido otra respuesta del estado»
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 10/06/2016
En el Enredando las Mañanas del lunes 6 de junio entrevistamos a Carolina Salvador, encargada de prensa del colectivo de abogados CIAJ, quien desarrolló una explicación del proceso legal que llevan adelante desde hace cuatro años por el caso de femicidio que desemboco en la muerte de Mariana Condori, y que logró ser elevado a juicio en tres jornadas que se iniciarán el 10 de Junio.
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ELM: ¿Podrías comentarnos quién fue Mariana Condori y la situación actual del proceso legal?
Carolina Salvador: Mariana Condori era una chica de 20 años. Vivía en un barrio de la periferia de la ciudad de La Plata. Ella pertenecía a una familia muy humilde y estaba en pareja con Gabriel Maldonado, que es el papá de su hija más pequeña, y quien durante todo el tiempo que duro su relación (unos tres años), ejerció distintos tipos de violencia hacia Mariana: violencia física, violencia verbal, violencia psicológica, violencia emocional. Y Mariana, que también había crecido en un contexto de violencia, después de haber sufrido todo tipo de violencia, finalmente se anima a denunciarlo el 7 de marzo de 2012.
Luego de la denuncia continuaron los hechos de violencia. Una semana después, Mariana, sin recibir ninguna respuesta por parte del estado, ya sea de la policía donde radicó la denuncia o del poder judicial donde fue a parar la denuncia, luego de otra discusión se quita la vida en su casa del barrio donde vivía.
La familia de Mariana se acerca a nosotros a través de una organización social, tomamos conocimiento del caso y de la desesperación que tenían al no saber si Mariana había sido asesinada o se había suicidado. Ahí empezamos a trabajar con la familia y descubrimos que el mismo fiscal que había recibido la única denuncia que mariana llegó a hacer era el mismo que iba a investigar su muerte. Además, ese fiscal le había ofrecido a Mariana como única propuesta para esa situación, arreglar con su agresor, utilizando una figura jurídica que se llama mediación penal. La mando a mediar con su agresor. Mariana nunca llegó a enterarse de eso porque el oficio llega a su casa día siguiente en que ella se quita la vida.
A partir de esto nosotros empezamos un trabajo largo de cuatro años de intentar visibilizar esta situación. De esta manera, el juicio al que llegamos en esta instancia es solo por cuatro delitos que Mariana denunció en aquella oportunidad y que son los delitos previos a la muerte. Se trata de un juicio que tiene la particularidad de mostrar cómo el poder judicial no hace nada frente a las violencias que las mujeres denuncian, porque consideran los casos como delitos menores, porque pertenecen al ámbito de lo privado, porque valen menos que el robo de un celular. Así que lo que vamos a iniciar el viernes 10 es un juicio por cuatro delitos que Mariana llegó a denunciar, delitos anteriores a su muerte.
ELM: Teniendo en cuenta las consignas de la marcha del 3 de junio, hay una idea respecto a que la violencia hacia la mujer tiene que ver con el femicidio, es decir, que es el último escalón de la violencia. En este sentido, Mariana vendría a ser un caso testigo. ¿qué importancia le asignás a este caso y cuántos otros estims que pueden estar ocurriendo en el país?
CS: Lo que nosotros queremos mostrar con este caso es que antes de que ocurra un femicidio hay una larga historia de violencia y el caso de Mariana permite mostrar eso, lo cual ocurre en muchos casos de violencia hacia la mujer. Lo que logramos es mostrar que antes de un femicidio hay ejercicio de violencia, y que se pueda llegar a un juicio antes, por violencias anteriores.
Nosotros no dejamos de preguntarnos qué hubiera pasado si Mariana hubiera recibido por parte del estado otra respuesta distinta de la mediación, como por ejemplo la detención de su agresor o una medida de protección. Nosotros no dejamos de poner el eje del caso en el estado. Intentamos visibilizar qué es todo lo que pasa antes y cuánto antes se podría actuar para evitar los femicidios. Los femicidios no salen de un momento a otro de una idea loca del agresor, antes hubo antecedentes. Entonces nosotros con este juicio intentamos dar cuenta de todo lo que el estado no hizo ante esa primer denuncia que hace esta joven, y que en algún punto va a marcar un camino.
Por otro parte, este juicio también nos permite visibilizar aquello que ha sido un reclamo del 3 de junio, que es la necesidad del patrocinio jurídico de las mujeres en estas instancias. En este sentido, nosotros también nos preguntamos qué hubiese sido de la familia, carente de conocimiento respecto de un caso jurídico como el que atraviesan, sin el acompañamiento de una organización social. Este reclamo del patrocinio jurídico para las mujeres fue un reclamo en junio de 2015, que luego se convirtió en ley pero aun no ha sido implementada.
ELM: ¿En estos cuatro años que han pasado y ustedes han llevado el caso, pueden ver algún cambio significativo en la situación de las mujeres?
CS: Creo que hubo muy pocos cambios. Lo que sí, es de rescatar la visibilizacion del 3 de junio y el apoyo de todas las organizaciones ha sido muy importante. En lo que tiene que ver con el caso, la madre de Mariana Condori, organizaba actividades todos los 14 de marzo que es el aniversario de la muerte de Mariana. Desde volanteadas en las puertas de los juzgados hasta marchas y supo rodearse del apoyo de las organizaciones. Creo que esto tiene que ver con la capacidad de la sociedad de organizarse frente a la ausencia del estado. Fue la presencia de esa movilización lo que garantizó que el caso no se cayera y que nosotros podamos plantear el juicio de esta manera. Por otro lado, para nosotros como organización, fue la posibilidad de ponernos a prueba, respecto de qué inventar frente a esta respuesta del estado. Fue un desafío tratar de pensar un modo de investigar casos de violencia de género, cuando la figura jurídica del código penal no te lo permite. Es decir, existe la figura de “femicidio”, pero no existe la figura del “contexto de la violencia de género”, entonces nosotros tuvimos que forzar figuras jurídicas para darle el contexto en que ocurrieron esos delitos. Entonces no se trata de una amenaza, sino ello en el marco de una historia de violencia que tiene que ver con la amenaza por el hecho de ser mujer. Esto permite visibilizar como es un delito en contexto de violencia de género.
ELM: ¿Porque desde el estado no se impulsa la posibilidad de acceso de las víctimas al patrocinio jurídico gratuito?
CS: Nosotros consideramos que tiene que ver con una falta de perspectiva de género a la hora de pensar las políticas públicas desde los diferentes gobiernos que ocupan el estado. No se les garantiza patrocinio jurídico porque evidentemente no se está queriendo invertir en eso. Aun accediendo a asesoramiento legal en los casos de familia, tampoco hay una capacitación de los agentes del estado para dar cuenta de la comprensión de la violencia en un sentido amplio de todo lo que implica (salud, vivienda, trabajo). No cuentan con una capacitación con perspectiva de género.
En el caso del fuero penal y el patrocinio jurídico se supone que los fiscales son quienes tienen el interés de investigar y de algún modo representar a la víctima, lo cierto es que muchas veces eso no ocurre, tal como ocurrió en el caso de Mariana, en el que nosotros terminamos denunciando al propio fiscal que hizo una propuesta contraria a lo que la víctima denunciaba. Entonces, en el caso de violencia contra las mujeres falta mucho aun para que en el fuero del poder judicial se contemple la gravedad de estos delitos.
Si partimos de la idea que la violencia en el hogar corresponde al ámbito privado y no al público, y no tiene importancia que un mujer sea maltratada, no va a haber interés y se los abordará como delitos menores.
ELM: ¿Cuáles son las expectativas para este juicio por los cuatro delitos que denunció Mariana?
CS: Durante estos cuatro años de llevar el caso aprendimos a ser cautos respecto de las expectativas. Esto es así porque los delitos son considerados menores en el código penal, una amenaza, un daño. Algunas figuras, consideradas como lesiones leves por la fiscalía, nosotros logramos convertirlas en privación ilegitima de la libertad. Esto se logró ya que en una de las denuncias Mariana cuenta cómo el agresor la llevaba arriba de una moto mientras la golpeaba y apuntaba con un arma, para dejarla en encierro en casa de su madre. Por eso las expectativas tienen que ver con exponer que hay otras formas de investigar la violencia de género. Así también queremos dar cuenta de todo lo que el estado no hizo.