Refugiados en Grecia: “No puedes llorar delante de ellos, porque los estás intentando ayudar”
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 19/03/2016
En el programa Enredando las mañanas, el programa de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) del 17 de marzo, nos comunicamos desde Madrid con Alicia Armesto Nuñez, reportera gráfica e integrante de REFUGEE CARE, una organización de voluntaria/os que asisten en Grecia a miles de refugiados/as que llegan a ese país para interiorizarnos de la grave situación y que retornó hace tan sólo tres días de Indomeni, en el límite con Macedonia.
Foto: Refugee Care
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Enredando las mañanas: Junto con otras personas integran Refugee Care, organización de voluntarios que trabajan con los refugiados.
AA: Nosotros somos reporteros gráficos, pero después de estar siguiendo a los refugiados por distintos sitios, nos dimos cuenta de que no hay organizaciones que los estén cuidando. Hicimos esto para dejar las cámaras y cuidar a los refugiados.
ELM: ¿Qué vieron en estos últimos días? Hubo un cambio con respecto a la política que ha implementado Turquía.
AA: Hemos estado diez días. Dejaban pasar a unas cien, ciento cincuenta personas diarias, de catorce mil que hay a Macedonia, de forma legal. Tenían que hacer cola, imagínate catorce mil personas… Un horror. Una vez allí, llegaron a un acuerdo con la Unión Europea con lo de Turquía y se han cerrado las fronteras. Quedaron catorce mil personas atascadas sin ningún medio: no hay medios higiénicos, no tienen comida, no tienen dónde dormir. Se murió un bebé porque se puso enfermo y Médicos Sin Fronteras no encontraba en qué tienda estaba.
ELM: ¿Siguen llegando personas desde Lesbos?
AA: Sí. Mientras estábamos allí, llegaron unas tres mil personas.
ELM: Lesbos está en el sur; ¿cruzan Grecia hasta la frontera con Macedonia?
AA: Una vez que les toman las huellas y los dejan salir, toman un ferry hasta Atenas, y desde Atenas se van a Idomeni. Ocurre que hay muchos que ahora no se atreven a salir de Atenas porque saben que está la frontera cerrada y otros muchos que están en Idomeni vuelven hacia Atenas. Están las dos partes colapsadas.
ELM: ¿De qué nacionalidades hay allí?
AA: Hay de todo. Había sobre todo sirios, muchos palestinos, afganos, algún paquistaní.
ELM: ¿Cuál es la actitud del Gobierno griego? Siempre se ha tenido, y sabemos que al final no fue así, como un gobierno de izquierdas y progresista.
AA: Por mi experiencia —de hecho, la policía griega hace lo que puede con evitar confortamientos— está haciendo lo que puede, pero está desbordado. Hay veinte mil personas en Grecia, entre Idomeni, Atenas y Lesbos. No pueden hacer más. Han habilitado el antiguo aeropuerto, algo que hicieron para las olimpíadas, está todo habilitado para atender a los refugiados, pero no caben. En Idomeni están en mitad de la nada.
ELM: ¿Desde otros lugares han mandado alguna solidaridad?
AA: No. No hay nada. Sí hay unos anarquistas que les dan de comer tanto en Lesbos, Atenas e Idomeni. Entre ellos hay chicos argentinos, españoles. Pero somos voluntarios. Las grandes organizaciones, las ONG están desaparecidas, no están. Por mucho que digan que están pidiendo dinero para los sirios, no están. Lo único que hay es gente de países de forma individual o voluntaria, o pequeñas organizaciones como nosotros. No hay nada, absolutamente nada.
ELM: Hace pocos días la ONU hizo una declaración respecto a que esta resolución de Turquía de devolver a los refugiados, ¿cómo quedó esa situación?
AA: De momento lo han parado porque, por ejemplo, España se ha puesto en contra de las devoluciones masivas a Turquía. Eso tiene un engaño, porque pueden no ser masivas, pero los pueden ir devolviendo poco a poco. Lo que ocurre es que Turquía no es un lugar seguro, no podemos admitir que ocurra eso.
ELM: La situación política y económica de Grecia no es buena. Costas Isijos (ex ministro de defensa del Gobierno de ZYRIZA), me comentaba que muchos están en la calle, a la deriva.
AA: Nosotros hemos hablado con bastante gente de la calle en Grecia. Están resignados, no entienden por qué Europa los está castigando porque, en el fondo, no pueden asumir eso; pero tampoco hay un fascismo latente en la calle en contra de los refugiados. Ellos están sorprendidos de que Europa los castigue, a ellos y a los refugiados, porque entre ellos hay gente que no tiene trabajo, que tiene necesidades, y no están preparados para recibir veinte mil personas.
ELM: ¿Dentro de la Unión Europea no hay otro país que haya empezado a debatir sobre recibir refugiados o están mirando para otro lado?
AA: El único país que ha recibido refugiados hasta ahora ha sido Canadá. Hablando con ellos, cuando les decíamos que España había acogido a dieciocho, pensaban que eran dieciocho mil. Y al verles las caras, se te caía el alma a los pies. No sabes cómo explicarles porqué un país que puede acoger no lo hace.
ELM: Es un doble castigo. Ya los castigaron con la ayuda del Gobierno griego, con sus planes de ajuste, y ahora con eso. ¿Ustedes se quedan en Madrid o vuelven?
AA: Queremos volver a principios de abril. Hemos estado quince días, nos han aconsejado que no estemos más tiempo, que volvamos a nuestro país de origen, nos recuperemos, y volvamos. Es duro, volvés psicológicamente muy tocado. Allí lo pasas muy mal. No puedes llorar delante de ellos porque estás intentando ayudarlos, pero ahora estoy editando las fotos, y no hay una foto que no edite con la que no llore.
ELM: El canal Euro News es el canal que mejores noticias difunde respecto a los refugiados. Ver las imágenes de los campamentos en el lodo, en la lluvia, uno se imagina, como decía Isijos, es inhumano.
AA: Europa ha retrocedido años en salvaguardar los derechos humanos. Médicos Sin Fronteras nos contó que empezaron a haber enfermedades que no había desde la Segunda Guerra Mundial. Son enfermedades e imágenes. Yo no podía creer que en Europa tengamos gente muriéndose de hambre, descalza, con todo tipo de enfermedades, que vas a llevarles comida y se abalanzan y se pegan entre ellos, porque, claro, si mi hijo no come en cuatro días, mato a quien sea. Y bastante bien se están portando, bastante educados son. Eso tendría que haber explotado de alguna forma.
ELM: ¿Cómo se subvencionan ustedes para viajar?
AA: Cada uno se paga su pasaje. Para comida, estadía y todo lo que tengamos que comprar, nos está ayudando gente que nos conoce desde hace muchísimos años que trabajamos con lo social, ayuntamientos que hacen fiestas y nos mandan el dinero recaudado. La ayuda es bastante grande.
ELM: ¿Las provisiones las compran en Grecia o las pueden llevar desde España? ¿Cómo es la situación del euro en los dos países?
AA: Hay cosas que queremos llevar de España, como una carpa para organizar mejor darles de comer y darles ropa; un generador, para tener luz. Allí hay que comprar cosas sobre la marcha. En una gasolinera en un pueblito cercano a Idomeni, Polikastro, llegaron unas mil quinientas personas en autobuses, los dejaron ahí tirados a las dos de la madrugada. Tuvimos que comprar tiendas de urgencia para que pudieran dormir bajo un techo, comprarles comida. Hay cosas que son de urgencia, que no puedes prever lo que va a ocurrir.
ELM: ¿Cuántas personas son en su grupo?
AA: Cuatro fijas.
ELM: ¿No hay posibilidad de hacer redes con otros países como para que sean más voluntarios?
AA: Sí. Nosotros fuimos a Lesbos al principio, esa era la idea. Ahí hay dos organizaciones, una anarquista, Platanos, y Lightouse, de Suecia. Nos juntamos todos y nos fuimos a Idomeni. Ellos pusieron una furgoneta, ollas. Éramos un grupo de doce personas en Idomeni trabajando. La idea es seguir yendo a trabajar juntas las tres organizaciones. También estaban organizaciones españolas como Fotomovimiento o Sra. Wake (Up), que se unieron.
ELM: Vamos a difundirlo, porque mucha gente está viajando, tratando de poner un poco de solidaridad, para que se sume.
AA: Por supuesto. Nosotros no podemos llevar voluntarios porque en España la ley de voluntariado es muy exigente, y por dinero, etcétera, no podemos cumplir. Pero sí aceptamos colaboradores. Es decir, si alguien coincide en fechas con nosotros allí, se le ayuda a pagar parte de los gastos, nos ayuda con los trabajos que haya que hacer. Es una especie de intercambio. Cualquier persona que le interesa nos puede escribir y le vamos diciendo las fechas en las que iremos.
ELM: En Argentina cuando se habla de los refugiados en los medios de comunicación son veinte segundos, imágenes y alguien que en el off cuenta algo. Y si hay un interés político, lo cuenta para su lado político. No hay mucha información. Este tipo de comunicaciones sirven para que un sector importante de la sociedad argentina sepa lo que está pasando allí y no lo mire como un hecho más.
AA: No es un hecho más. Es la huida de refugiados más grande desde la Segunda Guerra Mundial, no ha habido otra en la Europa moderna. Seremos juzgados, espero que de forma muy dura. Espero que esto lo estudien en el futuro los pequeños.
ELM: Un mes atrás Alicia nos comentaba que había un hecho discrecional con los refugiados. Los sirios que huyen de la guerra a otros países son de una condición social distinta respecto a paquistaníes, afganos. Es de una condición social más alta, clase media, media-alta, que muchas veces va con su familia y dinero. Esos son los que quizás tienen prioridad y los únicos a los que dejan pasar, a través de Macedonia, a otros países de Europa. Los europeos los quieren porque es mano de obra calificada y barata. En cambio, los afganos, los paquistaníes, vienen muchas veces rompiendo lazos familiares porque se tienen que ir solos a buscar alguna posibilidad de trabajo, y quizá después con suerte, juntan dinero y llevan a sus familias. Además, en Turquía hay un gran negocio de trata de personas. Hace un mes cobraban mil euros por personas para trasladarlos en esos lanchones, que muchas veces no llegan. En enero hubo más de trescientos muertos en el mar Egeo porque no llegaron a las costas. Ahora que viene la primavera, aumentan a dos mil euros, porque ayuda el tiempo para que los viajes sean más frecuentes y mucha más gente pueda llegar, porque climáticamente sería menos riesgoso.