Aram Aharonian:“Si tenés un canal de televisión latinoamericano para pasar durante dos horas un discurso de un gobernante, estás jodido”
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 26/08/2015
Aram Aharonian es periodista. Nacido en Montevideo registra en su historia personal haber sido corresponsal de Prensa Latina, la agencia cubana de noticias que levantaron, Jorge Massetti y Rodolfo Walsh. Desde entonces Aharonian cultiva el oficio y explora nuevos caminos. Aram Aharonian fue uno de los fundadores de Telesur, fue el hombre que motorizó el proyecto y juntó voluntades. Se retiró de la televisora, de su conducción primero y luego completamente desde hace dos años. Piedra Libre conversó con él en horas de la mañana del viernes 14 de agosto y compartimos la entrevista en Enredando las Mañanas del martes 18 de agosto. Nos dejó su opinión sobre los objetivos originales de Telesur, sus desvíos y este presente que arroja un saldo mayor de lo esperable, en función de aquella propuesta, en el debe comunicacional. Una exaltación al proyecto y una crítica del medio con mensajes directos, humor y propuestas hacia el futuro. Todo bien mezclado con caracterizaciones de coyunturas latinoamericanas.
AUDIO descargar
Piedra Libre – Aquello que iniciaste, o que formaste parte de ese equipo maravilloso que inició Telesur ¿fue pensado como una CNN con signo opuesto?
Aram Aharonian – No…no. Ser CNN es ser un pensamiento cerrado. Pensamiento único, imagen única, manipulación de la información. Nosotros pensamos Telesur como un espacio que diera cabida a todos aquellos que durante quinientos veinte años no habían tenido ni voz ni voto. Los invisibilizados de la televisión, las grandes mayorías de nuestros países, los movimientos sociales. La memoria de nuestros pueblos, no la memoria de recordar solamente los hechos, sino saber de donde venimos para saber hacia donde vamos. Si no no tiene razón de ser. Es muy conservador solamente hablar del pasado y no usar eso como impulso para el futuro. Sobre todo, poner una agenda propia, diferente a la agenda de CNN, no espejo de la de CNN, ni tampoco reactivo a esa agenda, como por ejemplo ocurre con muchas radios comunitarias o medios comunitarios, que empiezan su informativo diciendo “Clarín miente”. Se pasan todo el día hablando de Clarín, Clarín como ejemplo y se olvidan de su agenda.
Nosotros estuvimos viendo al principio otros temas. Uno es la necesidad de vernos con nuestros propios ojos. Somos un continente que hemos comprado toda la basura colonial, seguimos comprando y generalmente siempre nos vemos con ojos extranjeros, siempre queríamos parecernos a otros y no sabíamos quienes o como éramos. Prendías la televisión, te mostraba que éramos altos, rubios y de ojos celestes, algo que es cierto pero también somos negros, zambos, mulatos toda esa diversidad étnico-cultural que nos hace latinoamericanos. Hablar de nosotros y sobre todo eliminar intermediarios. Darle voz a la gente, no hay nadie que necesite intermediación.
PL – ¿Hasta donde considerás que eso Telesur lo logró?
AA – Creo que tuvimos tres años de tránsito bastante bueno (2005-2008). Fuimos logrando formar una serie de periodistas, camarógrafos, reporteros que tuvieran idea de cual era la línea de Telesur y sobre todo, una mística de trabajo. Después se fueron perdiendo muchas cosas sin entender la necesidad de tener una agenda propia, tener un equilibrio de la información latinoamericana que no pude ser en declive hacia un país o un gobernante. Si insistimos en la necesidad de tener una televisión latinoamericana y caribeña era para cubrir a todos los países y no solamente a los presidentes de los países. Si no estamos haciendo la misma televisión que el enemigo (porque) los sujetos no son los presidentes sino que son los pueblos. Por otro lado, si le doy media hora a Chavez le tengo que dar por lo menos diez minutos a Kirchner, a Lugo o a quien fuera. Incluso bancarte que Uribe dijera cosas totalmente diferentes. Esta es una batalla cultural y la batalla cultural se hace debatiendo. Hay algo que es muy difícil de entender, sobre todo para la gente joven; la lucha sigue siendo la misma. Exactamente la misma que en los años ’60, ’70…la lucha sigue siendo la misma porque son por los mismos temas. Lo que han cambiado son los fierros, la forma de lucha. Si antes para imponer un modelo político, económico y social necesitaban de fuerzas armadas, hoy no hace falta ni bayonetas ni tanques, hoy alcanza con tener el control de los medios de comunicación. Si antes necesitabas una metralleta para salir a pelear contra las fuerzas armadas o las dictaduras, hoy el campo de batalla es simbólico y lo que necesitás son cámaras, micrófonos, computadoras, internet. O sea, son otras herramientas, otros fierros diferentes y para los cuales, desde el campo popular, desde el campo de la comunicación alternativa, comunitaria, independiente, yo lo englobo en campo popular, necesitás capacitarte en el uso de esas armas. Si los movimientos guerrilleros de Centroamérica, por ejemplo, en determinado momento, acuerdan cambiar la guerrilla por la acción política, no se bajaron de sus reivindicaciones o de su línea de lucha sino lo que hicieron fue agarrar otra línea de lucha. En este caso el campo de lucha es el simbólico, es el cultural, es el de las palabras, el de las imágenes y hay que especializarse, hay que capacitarse para poder y saber para que queremos combatir.
PL – ¿De donde vino tanta presión para que eso se revirtiera en Telesur?
AA – Yo no creo que hubiera presión. Es una incomprensión del tema comunicacional. Acá todo el mundo sabe. Cualquier huevón habla de comunicación sin tener la menor idea de nada. Y se confunden y nos hacen confundir, que el tema es técnico cuando el tema es político. Entonces te dicen “no, la caída de Perón no la podés pasar porque no tienen la calidad filmográfica como para…” y yo te respondo que la calidad está justamente en mostrar que bombardearon la Plaza de Mayo.
PL – Y además que siempre hubo alguien que lo registró.
AA – Si. Ahí tenemos un problema conceptual, porque ¿qué es calidad?…Muchos compañeros, acá en Argentina, creían que la democratización de la comunicación era tener una frecuencia y tener una radio. Cuando tuvieron la radio no sabían que hacer porque hay que transmitir 24 horas y no hay contenidos. El problema mayor desde el inicio en Telesur fue planteado en dos proyectos paralelos; uno era la televisora y otro la fábrica de contenidos. Necesitamos contenidos sino estamos condenados a ver el Chavo del 8 y Walt Disney por el resto de nuestros días. Necesitamos muchos contenidos, radiales, cibernéticos, televisivos y con nuestra agenda, no con la agenda del enemigo. (…) Hay otro tema que está metido en el imaginario de la izquierda, que es el síndrome de plaza sitiada. Desde el año ’59, Cuba bloqueada en el ’62, Cuba sin posibilidades de desarrollarse, incluso comunicacionalmente, entonces entra en el síndrome de la plaza sitiada. En temas comunicacionales es lo peor que podés hacer, sobre todo en países donde no están bloqueados. Estás todo el día hablando pestes del enemigo y te olvidás de lo que hace tu pueblo, tu gobierno, tus movimientos sociales. Es también una incomprensión de época. Si pasamos quinientos veinte años de resistencia, resistimos contra todo, sacamos posgrado en denunciología y lloriqueo, es hora de empezar a cambiar. Estamos en una etapa de construcción de nuevas sociedades, de una nueva comunicación que es base para nuevas democracias. Entonces, estamos preparados para la denunciología, para llorar, qué malo que son ellos, el imperio nos ataca permanentemente, entonces nosotros no hacemos cosas para defendernos. Seguimos pagando la deuda, seguimos haciendo todo lo que el imperio quiere, si vas por ese lado. Es un problema cultural que todavía no hemos logrado zanjar. Acá hacemos un gran foro sobre emancipación y traemos estadounidenses y europeos para que nos enseñen qué es emancipación. Y que los compañeros no se enojen, que no sigan comprando espejitos ni intercambiando foro por foro.
PL – ¿Cuanto tiene este desvío hacia la agenda del enemigo el hecho de que Telesur funcione como una empresa multiestatal?
AA – No funciona como una empresa multiestatal, funciona como una empresa del Estado venezolano. Qué pueda ser una empresa multiestatal tiene que ser votada por los congresos de los países y hay gente a la que no le interesa. Pero para que le sirva a un gobierno como el de Argentina tiene que tener participación dentro de…
PL – ¿Del directorio?
AA – Hay una representante argentina en la dirección de Telesur que va a pasear y vuelve, seguramente, porque no se le ve ninguna incidencia, salvo algún negocio que hace con productoras argentinas. O sea, en lugar de democratizar la producción de contenidos, trabajamos con cinco empresas, con seis empresas de amigos y demás. Tenemos todos los vicios del enemigo.
Al iniciar Telesur hicimos un estudio. No fue demasiado a fondo , pero indagamos en la identidad del latinoamericano, en qué nos parecemos. Lo que nos une es la coloquialidad, la informalidad y un sentido del humor transversal , a veces cínico incluso, que nos ha ayudado a sobrevivir. Entonces vos, sabiendo todo eso ¿que hacés? Pongo a dar las noticias a un señor disfrazado de inglés y con voz engolada, para tomar distancia de la gente, en lugar de sentarse con la gente. Todo esto que nosotros estudiamos lo aplica CNN. Los tipos andan en mangas de camisa, conversan las noticias y se hacen un chistecito de vez en cuando.
PL – Lo vemos en el grupo Clarín, se han sacado la corbata y el saco.
AA – Exacto. Eso, nosotros lo escribimos hace 10 años. Copiamos la clásica de radios y televisoras: (…) el ancla dice una cosa, el periodista repite lo mismo y no complementamos nada. El tema es que tener corresponsales en todos lados, que no tienen una agenda propia, ni pueden tener una agenda propia ni pueden tener la libertad de decir “hoy lo importante es…”, la cosa se limita a lo formal. La voz de los que no tienen voz es justamente que seguimos sin tener voz.
PL – Considerando que la comunicación jamás es inocua, sobre todo esta que es masiva, la de Telesur ¿qué cosas deberían corregirse en Telesur como para no afectar, justamente con estas imágenes que van al exterior de algunos gobiernos que no las merecen?
AA – El tema va un poquito mas allá de lo inocuo. Todo medio de comunicación tiene una línea editorial, no existe lo objetivo, lo imparcial ni lo neutral. Ya sea el Estado, lo comercial o lo comunitario tiene una línea editorial. Lo que es inmoral es que te disfraces de objetivo para imponer tus interese, que es lo que hace Clarín por ejemplo. Pero hay que saber para qué es tu línea editorial, para que estás en el aire, para democratizar la comunicación, aquellos que aparecen en la televisión, quienes son sujetos de política y no solamente objeto de política. Si hablás de democracia participativa no quiere decir que yo le participo que ud. tiene que ver Telesur, no, no, yo soy Telesur. Esa era la publicidad original de Telesur, Yo soy Telesur. Si no me apropio de eso, no es mío. Entonces, primero saber para qué tenés un medio. Si es para viajar en avión en primera clase y hacer negocios con las productoras, no sería Telesur, digamos. Lamentablemente copiamos formas y modelos. Entonces, creo que lo principal es retomar el proyecto original. Es entender que no es importante que se retransmita Telesur todo el día sino que es importante que las informaciones que da Telesur puedan ser reproducidas en canales de aire en distintos países. Es un canal satelital, es por cable, entonces hay que buscar la forma de difusión. En Venezuela hay seis o siete canales oficiales donde el gobierno ha puesto miles y miles de dólares. Los siete canales de televisión oficiales, incluido Telesur no llegan al 4.5% de la audiencia. Mejor demostración de que se están haciendo las cosas mal, no hay. Si tenés un canal de televisión latinoamericano para pasar durante dos horas un discurso de un gobernante, estás jodido. Lo que hay que pasar es la noticia del discurso. Un golpe de efecto muy importante lo dio Telesur cuando la reunión del ALCA en Mar del Plata. Se televisó una reunión que es cerrada. Sacar el audio de la reunión cuando no estaba permitido.
PL – ¿Conocés la situación de los medios alternativos argentinos?
AA – Algunos si, otros no.
PL – En la Red Nacional de Medios Alternativos estamos en el 12° encuentro, hace 11 años que nacimos, esto será en Jujuy, es rotativo. Tenemos un programa por primera vez, este es el segundo año, que es diario, de 10 a 12, con una producción nacional…
AA – Siempre digo que hay dos formas de masificar un mensaje. Con un medio masivo o con una red de medios populares. Es la única forma de que el mensaje pueda llegar a más gente y no se quede en la pequeña estructura nuestra. Para eso tenemos que entender que no siempre podemos ser cola de león y muchas veces somos cabecita de ratón. Pero es el granito que aportamos para una red y que ese mensaje que antes lo escuchaban trece, lo van a escuchar veintiséis, treinta y nueve…entonces va a tener fuerza. Y si no vamos a seguir siendo, como decían antes, alternativo sinónimo de marginal.