Neuquén: “Ocupamos el lugar porque como nunca nos dieron el derecho a la tierra tuvimos que tomarlo”

 

Nos trasladamos al Sur, a la localidad de Plottier, provincia de Neuquén para dar cuenta de un brutal desalojo que tuvo lugar este lunes en la toma Hijos del Chacay.

Desde el programa de la RNMA, Enredando las mañanas, pudimos comunicarnos con Lucía Manque, vecina del barrio, quien nos dio detalles de la represión que sufrieron el 20 de julio a la madrugada.

 

 

 

 

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foto: Darío Mardones

 

 

Lucía: Lo que pasó fue que a las 4 de la mañana, más o menos, se empezó a sentir mucho movimiento. Eran los colectivos de la policía, de los cuales bajaron 600 efectivos. Nosotros tenemos el asentamiento en donde armamos calles y cuadras. Ellos se metieron por la última cuadra a despertar a la gente y a tumbar casillas. A la gente la sacaban como estaba, muy asustados descalzos, corriendo. Había una helada de unos 6 grados bajo cero y nosotros estábamos ahí cuando la policía empezó a ir contra las casillas y contra nosotros a sacarnos a empujones. No cansados con eso, a las casillas que no lograban tumbar las comenzaron a quemar.

ELM: En este momento, ¿están resistiendo en la toma o tuvieron que buscar otros lugares?

Lucía: En realidad ahora estamos hacinados de vuelta en las casas de nuestros padres, otros de prestado donde pueden. Esa noche había 180 niños. Seriamos 400 personas, entre niños y grandes. Ellos fueron 600 policías y no nos dieron alternativa ni posibilidad a nada, nos sacaron del predio y ellos se quedaron adentro.

ELM: Lucía, ustedes vienen realizando cortes y reclamos para intentar regularizar la situación en la toma. ¿Cómo es la historia de Los hijos del Chacay?

Lucía: Nosotros estábamos cansados de falsas promesas. Teníamos una necesidad que es real, la tenemos aún ahora, que es la vivienda. Nosotros decidimos ir a ocupar el predio porque ese terreno estaba hacía más de 40 años como terreno baldío. Más allá de que el dueño cobre como tierras productivas, ese terreno era un basural hace más de 40 años. Yo me crié en el Chacay, tengo 33 años, y desde que tengo noción esto era un basurero. Nosotros ocupamos el lugar porque como nunca nos dieron el derecho a la tierra tuvimos que tomar el lugar y empezamos a hacer las tratativas.

Se acercó gente de la municipalidad. Tuvimos a una diputada a nuestro favor que presentó un proyecto de expropiación de la tierra y los concejales de la localidad fueron a la legislatura a decir que para nosotros no tenía que haber nada. El resto de los diputados, tanto del MPN [Movimiento Popular Neuquino] como el PJ y toda la manga de delincuentes que hay dentro de la legislatura dijeron que si los concejales no estaban de acuerdo, ellos tampoco lo estaban. Estábamos esperando que se resuelva de otra forma, cortamos la ruta y fue tanta nuestra insistencia que el intendente se acercó. Estábamos tratando de armar una cooperativa para tratar de pagar esas tierras, para que el dueño tenga una garantía de que nosotros le íbamos a pagar y, de una noche para otra, llegó el desalojo. No entiendo qué quieren hacer con nosotros. Nos hicieron aguantar cuatro meses pasando frío y todas las necesidades que conlleva no tener ni un servicio, porque no teníamos luz, ni agua, ni gas y estábamos viviendo como podíamos.

ELM: ¿Y desde hace cuánto estaban viviendo en la toma?

Lucía: Hace cuatro meses que estábamos ahí, tratando de sobrellevar el frío, y acá nos trataban como si fuéramos delincuentes y especuladores. Nosotros somos gente que necesitamos un lugar para construir nuestra vivienda, pero ellos no lo ven de esta forma. No sé cuánta gente tiene que morirse para que ellos nos den una respuesta. Nosotros no queremos eso. La policía no estaba contenta solo con echarnos de las casillas sino que nos empezó a reprimir con balas de goma. Casi toda la gente quedó lastimada, niños y grandes. Había de toda clase de edades y no les importó. Nosotros estábamos enfrente haciendo fuego solamente porque eran las 4 de la mañana y ellos empezaron a dispararnos.

ELM: Terrible tu relato, Lucía. Terrible e injustificada la violencia. Contanos, ¿ha habido expresiones de apoyo a ustedes de organizaciones, de la sociedad en general de Plottier?

Lucía: Nosotros estamos acá trabajando prácticamente solos, la gente del Frente de Izquierda nos está acompañando. Son los únicos que están, porque ellos piensan igual que nosotros, que tenemos el derecho a la tierra. Después hay gente de otros partidos que vienen y colaboran de callados porque no quieren que digan que están haciendo campaña con la gente. También estaba la pastoral, la iglesia católica, que si bien algunos somos católicos y otros no, cuando nos vinieron a reprimir no respetaron absolutamente a nadie. Y estamos trabajando ahora con una agrupación multisectorial de Cipoletti que se sumó con nosotros por la tierra y la vivienda, ellos nos están acompañando. Así que ahí estamos trabajando e intentando recuperar porque la gente quedó muy asustada, muy traumada. Nunca habíamos vivido una situación de violencia así porque no somos gente que anda ocupando tierras. De hecho caminamos por la plaza donde ayer nos juntamos para ver qué podíamos hacer porque quedamos en la nada y se llenó de policía la plaza, nos querían identificar, nos pedían los documentos aun así conociéndonos, porque ya hemos ido a reuniones y han estado presentes, y nos están haciendo eso. Nos quieren meter en cana por solamente estar caminando en la calle.

ELM: Claro, es una intimidación constante a ustedes porque las reconocen por la toma.

Lucía: Claro, porque somos todos pibes del barrio El Chacal y hubo un momento donde fue un barrio bastante áspero pero ahora no porque somos otra generación. La mayoría lo conocen porque antes había mucha violencia pero ahora ya no porque cambió la generación. El tema es que ahora tenemos el móvil de la policía en la esquina del barrio y si salimos a comprar capaz que nos llevan en cana y yo no quiero eso porque tengo un bebé de 1 año y medio. Y todos estamos así porque somos jóvenes, por portación de rostro te quieren llevar y sinceramente lo que nos pasó el lunes no fue un desalojo, fue una represión porque nos cagaron a tiros directamente. El intendente salió a decir que nosotros éramos 10 familias y que el resto son especuladores. Nosotros tuvimos que modificar los terrenos para que podamos entrar todos, porque eran 3 hectáreas y tuvimos que hacer terrenos de 10 x 20 para poder entrar todos. Entonces, ¿de qué especulación me hablan? ¿Por qué voy a querer tomar un terreno de 10 x 20 para venderlo? No, no tiene sentido y él nos trata así. Nos ignora, se ríe de nosotros. Nos llama a reuniones simplemente para gritarnos y decirnos que en su gestión él no acepta las tomas. No sé si fue su culpa. Yo se que él no firmó la orden, fue el juez, pero sinceramente él no hizo absolutamente nada.

ELM: Claramente hay responsabilidades políticas, más allá de las decisiones jurídicas que nos comentabas como el pedido de expropiación, así que nadie puede mirar para otro lado y decir “yo no sabía”. Tu relato da cuenta de un nivel de violencia terrible y además esto que vos señalabas que los toman a ustedes de delincuentes como si hubiera una situación ilegal por la toma y nadie se está planteando el derecho de estas familias a acceder a una vivienda digna, a la tierra. Desde acá cuentan con nuestro apoyo y vamos a estar tratando de multiplicar la denuncia y ver si de ese modo podemos sumar a esta resistencia por el derecho a la vivienda que están llevando adelante.

Lucía: Muchas gracias. No sé si va a servir de algo quejarnos pero el tema es que no nos dieron una alternativa ni siquiera. No sacaron con lo puesto así que vamos a tratar de volver a empezar. Primero que nos costó muchísimo comprar lo poco que teníamos y perdimos muchísimo. No solo nos arruinaron las casillas sino también nos arruinaron la moral, el espíritu lo quebrantaron y así estamos. Nosotros estamos tratando de reorganizarnos porque nuestra necesidad es real, no estamos jodiendo ni especulando, así que cualquier paso que demos vamos a estar informándolo porque sinceramente necesitamos de los medios que es de la única forma que no nos atacan.