A cinco años del lesbicidio de Natalia Pepa Gaitán

El 7 de marzo de 2010, en un barrio de la periferia de la ciudad de Córdoba, Natalia Pepa Gaitán fue asesinada de un escopetazo por el padrastro de su novia. En vísperas de un nuevo aniversario de su lesbicidio, los micrófonos del Enredando las Mañanas se abrieron para recordarla y reflexionar en torno a las agresiones lesbo-homo-transfóbicas con Fabi Tron, activista lesbiana.

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Para empezar, Fabi Tron, precursora del activimos lésbico en Argentina, remarcó que durante ese fin de semana se desarrollarían actividades en homenaje a Natalia Pepa Gaitán a lo largo de todo el país, porque su caso “ha sido tomado como uno emblemático para el movimiento glttb y para las lesbianas particularmente, (…) el padrastro de la novia la asesinó después de una discusión, simplemente porque no se bancaba que la Pepa fuera torta y que estuviera teniendo una relación con la hijastra. Daniel Torres, quien la mató, fue llevado a juicio y un año después sentenciado a 14 años de prisión”.

“Claramente –continuó la activista–, para nosotras, es importante porque es el primer caso en el cual se establece tan claro que es un crimen lesbofóbico, que el tipo la mata simplemente por eso: porque era torta y no se bancaba la relación que tenía con la hijastra. Hay todo un contexto familiar que durante el juicio se expresó en muchos testimonios”.

El eje del activismo durante el juicio fue lograr que, más allá de las inobjetables pruebas que señalaban la culpabilidad de Torres, se tomara el asesinato como un crimen de odio. Al respecto, Fabi expresó: “lamentablemente, durante el juicio, ni el fiscal ni los jueces dieron que esto fuera un crimen lesbofóbico, sino que entendieron que podía ser un femicidio, entonces para nosotras es importante por un lado recordar a la Pepa, y por otro lado, seguir insistiendo en qué es lo que entendemos por lesbofobia, porque evidentemente, más allá de un montón de leyes que se han aprobado en los últimos años, como el matrimonio igualitario, o la ley de identidad de género, vivimos en un contexto en el cual permanentemente hay lesbianas y trans que sufrimos un montón de agresiones que tienen que ver con nuestra orientación e identidad sexual, expresión de género y demás”.

Las causas de esta violencia sistémica, explicó Tron, “tiene que ver con el miedo que le produce a esta sociedad tan heterocentrada o heteronormada, donde la heterosexualidad no es algo que sea natural, así como tampoco es natural lo que está pasando en Córdoba en relación a las inundaciones, son cosas que los humanos hacemos, son reglas que la sociedad humana produce para poder vivir, pero que luego se naturalizan para poder ser cumplidas de una manera más disciplinada por todxs. Entonces todo lo que se corra de eso, necesariamente, en este sistema, tiene que ser sancionado”.

En diálogo con Enredando las mañanas, Tron especificó cuál es el objetivo de estos espacios lgtb: “pensar otra forma en que los humanos nos podamos socializar, que no sea tan disciplinadora desde el lugar de la sexualidad o de las relaciones. La heterosexualidad obligatoria conlleva, además de una forma de sexualidad que es la heterosexual, un motón de normas en relación a esto, construye un montón de otras cuestiones como la familia tradicional, la monogamia, entre otras. Entonces está bueno poder pensar otras formas de relacionarse que sean un poco más libres para todas y para todos, en las cuales se respete o se nivele, que no haya estandarizaciones ni jerarquías en relación a la identidad que tenés o la persona con la cual te relacionás sexoafectivamente”.

En resumen, la idea es tratar “de construir otro imaginario, en el cual las personas gays, lesbianas, travestis,  no seamos vistas como monstruos, sino otras formas más de ser personas”.