Colombia y Argentina con denominador común: desaparecidos y criminalización de la protesta popular

Escrito por el 15/02/2015

 

Para contarnos acerca de la situación que viven cerca de 6000 militantes encarcelados por razones políticas, Diana Archila, del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos colombianos, visitó el estudio Victor Basterra de La Retaguardia, durante el programa Enredando las mañanas, acompañada por Enrique “Cachito” Fukman, miembro de Asociación de ex detenidos desaparecidos.
Aprovechamos la presencia de “Cachito” para que nos deje sus sensaciones luego de la inspección ocular efectuada a la isla del Silencio, donde fueron trasladados los secuestrados de la ESMA en 1979 durante una visita de la Comisión Interamericana de derechos humanos a nuestro país. La complicidad de la Iglesia Católica con el genocidio y lo que calla el actual Papa Francisco, de aquellos años.

 

 

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ELM: ¿Contanos que viste en Colombia?

Enrique Cachito Fukman: A mediados del mes de octubre, participé por una invitación de los compañeros del Comité de seguridad por los presos políticos de Colombia. Un foro internacional que se realizó sobre los presos políticos, los compañeros de Colombia nos demostraron realmente una organización muy impresionante, había alrededor de 800 personas de todo el país a tratar el tema de forma muy amplia, abarcando diferentes sectores políticos y sociales en los distintos paneles, participaron de Chile, Venezuela, país Vasco, Palestina y Argentina. Dentro de ese marco estuvimos particularmente en mi caso con los compañeros de Palestina tuvimos recorriendo la cárcel de la Picota en Bogotá, reunidos con presos políticos de la FARC y del LN. Asumimos un compromiso de llevar la problemática a todos los países, y que lo sufren todos los sectores populares en todas partes del mundo, cuando se organizan y salen a defender sus derechos.
Con motivo de la visita de Diana, que está por una maestría, pero como militante, por más que venga por otro motivo la militancia se lleva encima. Pensamos en venir para empezar a propalar que se empiece a conocer, primero en los ámbitos de la militancia y después en forma masiva, la problemática de los presos políticos, en este caso en particular en Colombia.

ELM: ELM: ¿Se sabe que cantidad de presos políticos hay en Colombia?

Diana Archila: Más o menos unos seis mil presos políticos, en las cárceles. Sin embargo el total de hacinamiento en las cárceles entre presos comunes y políticos oscila en el 52%. Entonces las condiciones dentro de las cárceles en Colombia es sumamente difícil ya que no tienen salud, no tienen médicos, pues la situación es muy, muy compleja. Presos políticos no solo son los combatientes, de LN, de la FARC o el LPN, sino también son las personas por reivindicar sus derechos se levantan en contra del Estado en forma pacífica, esa personas también están privadas de la libertad como presos políticos. Dentro de la cárcel a estas personas, son más vulnerables que otros presos, no tienen médicos, no los tienen en celdas adecuadas, hay hacinamiento y la forma de visita es muy complicada.

ELM: Es similar a cuando en nuestro país, en la última dictadura cívico militar, cuando avanzaron contra todo tipo de resistencia, contra los movimientos armados pero también contra aquellos que incluso habían decido luchar con otras herramientas que no fueran la lucha armada y que también fueron victimas.
El conflicto armado en Colombia, ¿cuando comienza?, porque acá perdimos la cuenta.

Diana Archila: 50 años. Voy a explicar básicamente lo que es el Comité de solidaridad a los presos políticos, es una organización no gubernamental, que nació en 1973. Por necesidad, la gente en los 70, se empieza a movilizar por todos los fenómenos que estaban sucediendo en Colombia. Ya había nacido la guerrilla las tres fuerzas, empieza una masiva movilización. Actualmente sigue habiendo conflicto armado, aunque las FARC en diciembre dijeron que había cese unilateral de fuego, sin embargo la persecución continua se puede decir que en las zonas rurales, la presencia paramilitar es muy frecuente y en presencia, por lo tanto la organización social y popular está ahí.

ELM: En Colombia se ha sostenido el conflicto armado durante mucho tiempo, sino que también las fuerzas que se levantaron contra el Estado se han hecho tan fuertes que hay casi como división política se podría decir del mapa colombiano y en las zonas rurales la presencia de las FARC fundamentalmente, ha sido tan importante que se ha armado casi como un Estado paralelo?

Diana Archila: Lo que pasa que la guerrilla en Colombia, hay tres fuentes y son diferentes.
La metodología y la forma de actuar dentro del país. Solamente hacen presencia militar en las zonas de país pero no tienen presencia económica o política. Es una guerrilla irregular, entonces en algunas zonas donde el Estado no alcanza a brindar el bienestar, puede que la guerrilla cumpla algunas funciones, pero no podemos asegurar que sea una forma paralela al Estado.

ELM: ¿Los presos, en general, es gente que está condenada, que tienen un proceso normal comparado con cualquier otra causa?

Diana Archila: Existe gente que está condenada por sus delitos y otra que todavía se encuentra en proceso de condena. Hay dos delitos, los presos comunes y los políticos. Dentro de los últimos hay categorías, está es combatiente y está por conciencia, son personas que no entraron en conflictos armados o no se levantaron en armas, sino simplemente por ser líderes sociales o populares el Estado sencillamente los persigue y les hace un proceso judicial.

ELM: Nos contabas recién fuera de aire, que ayer murió un preso político, es todo un síntoma de como está la situación.

Diana Archila: Este preso estaba por rebelión, estaba en la cárcel de Palo Gordo, Bucaramanga, es de alta seguridad. Tenía cáncer de huesos y en un estado de abandono, desde que se le declaró la enfermedad no lo dejaron ir al médico. A pesar de pedirle al juez, ni siquiera le dieron las pastillas para el dolor, una situación decadente, donde esta persona Melandia, no podía moverse y estaba postrado en el piso. Muere ayer en un total abandono del Estado.

ELM: ¿Como son las condiciones?, más allá del hacinamiento que también se viven en la cárceles de la Argentina.

Diana Archila: Por ejemplo, la cárcel de Chimitá es de mujeres, que queda en Bucaramanga y tiene casi tres mil mujeres. En esta cárcel solo hay un médico, solamente de 7 a las 12, día por medio, por lo cual las personas no pueden acceder a ir al medico ni siquiera una consulta.

Enrique Cachito Fukman: Recién cuando hablamos se la veía golpeada por la muerte de este compañero. Lo que se me vino a la cabeza, es que fue dejado de lado por el Estado. Los que se levantan por sus derechos y por la libertad del pueblo. Me hizo acordar, no hay que irse muy lejos, el caso del «Boli» Lescano, por el cual se venia pidiendo por la prisión domiciliaria por estar enfermo y no se la dan. Lo tuvieron que llevar a una clínica porque tuvo un ACV (accidente cerebro vascular), y estaba con custodia, porque ni siquiera por el ACV le daban la domiciliaria. Después de mucho pelearla se consigue la domiciliaria, el único delito del cual se lo acusaba al «Boli» es porque su organización había repudiado el asesinato de el maestro Fuentealba, mientras que el responsable político (Jorge Sobisch) sigue en libertad.
Parece que es todas partes del mundo la Justicia tiene un encono muy particular con todos aquellos que pelean por los derechos del pueblo.

Diana Archila: Sobre todo ahora en Colombia sale hace un año una ley porque hay hacinamiento que salgan en libertad los que cometieron delitos menores, sin embargo viendo las cifras del INPEC (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario) las cifras aumentaron en un año. En la ciudad de Santander hay espacio para siete mil quinientos presos y hay doce mil quinientos. Por su puesto no hay comida, no tienen donde dormir y por supuesto no los dejan salir. Esto hablando en general pero si hablamos de los presos políticos, por su situación son mas vulnerables, entonces a ellos se les hace más difícil la cosa. Menos oportunidades les dan, no pueden trabajar, no pueden estudiar, hasta el punto que no pueden leer un libro, porque es un delito dentro de la cárcel.

ELM: Paradójicamente aquí los genocidas, algunos de ellos que se atreven a decir que son presos políticos. Está el caso de Carlos Galeán, a quien se ha descubierto violando su prisión domiciliaria, atendiendo en su casa una especie de almacén. 

Enrique Cachito Fukman: Pedro Bolita, un Pablo, los Pablos eran los responsables de los guardias. 

Es algo de lo que veníamos conversando antes, los compañeros pueden estar enfermos, se pueden estar muriendo y ni siquiera se les presta atención médica y continúan arrestados. A los genocidas, aquellos que llevaron el plan de exterminio que idearon los centros de poderes económicos y financieros, dicen que les duele la uña y ya automáticamente les significa estar fuera de la cárcel.
Nos encontramos con este caso no tan particular, que estaba con arresto domiciliario por su edad, las cárceles argentinas están llenas de presos de más de 70 años muchos de ellos sin condenas. Este hombre fue filmado por H.I.J.O.S Capital, atendiendo su propio negocio, no estaba paseando, estaba desarrollando una actividad económica. Los jueces en ese aspecto violan la ley. Los autores de delitos de lesa humanidad o de genocidio no tienen ninguna prerrogativa, por lo tanto no pueden darle la domiciliaria, les dan todos los beneficios, aunque no exista razón para ello.

ELM: Ya que comparamos con Argentina, la semana pasada los acompañamos en la inspección ocular que se hizo en la isla del Silencio, por la megacausa de la ESMA, que pertenecía a la Iglesia Católica y a la que fueron llevados los secuestrados de la ESMA, entre ellos vos (Fukman), cuando vino la Comisión Interamericana de derechos humanos. ¿Qué sensaciones tuviste, estando allí o en ese viaje?

Enrique Cachito Fukman: Las sensaciones son encontradas cuando uno va a los lugares donde uno estuvo secuestrado. Cuando uno va a esos lugares uno va a matar fantasmas. Te vas a reencontrar con esa historia, si, nos vamos a reencontrar con ese pasado doloroso, pero que es parte de nuestro pasado, en el cual hay muchos compañeros que estamos pero otros que no están, por lo tanto también es una forma de encontrarnos con aquellos que no están. Para nosotros siempre ellos están presentes. Cuando estábamos en la isla, como tratábamos de acordarnos nombre por nombre, lugar por lugar donde ellos estaban.

casa isla del silencioELM: Notamos como ibas contando con la mano, para no olvidarte de ninguno

Enrique Cachito Fukman: No nos podemos olvidar de ninguno, para nosotros es una obligación, tenemos que acordarnos de cada compañero. ¿Sabes porque entre otras cosas?, parece una verdad de Perogrullo, lo decimos todos los días pero no logramos ver la magnitud, los desaparecieron, esa es la verdad, y nosotros los tenemos que volver a aparecer. Las nuevas generaciones, los deben volver a aparecer. Para eso se tienen que apropiar, pero no pueden hacerlo sino tienen los nombres y no tienen la historia, tienen que ser las dos cosas, no puede ser una sola, porque no es una historia vacía, no es de anónimos. Es de compañeros con nombre y apellido que en su momento decidieron militar, inclusive enfrentar a la peor de las dictaduras que hubo en este país, por un sueño de construir una sociedad sin opresión, sin explotación
Que las nuevas generaciones conozcan quienes eran, que hacían, que pensaban, que soñaban, eran solteros, jugaban al futbol, donde militaban, porque militaban ahí, que sueños de sociedad, de país, de sus propias vidas, para que de esa forma, vuelvan a aparecer y las nuevas generaciones, de la forma que ellos consideren, pero volver a apropiarse de esos sueños y llevarlos adelante.
Cuando uno va a la isla, como cuando va a la Capucha, al Sótano, uno vuelve a traer a los compañeros.

ELM: ¿Porque la Iglesia no rindió cuentas de ese lugar que era de su propiedad, del que se desprendió supuestamente porque se la compró un secuestrado de la ESMA?

Enrique Cachito Fukman: Porque la Iglesia participó del genocidio, cuando hablamos de Iglesia hablamos de la estructura, porque es cierto que hay miembros de la Iglesia Católica que fueron compañeros, incluso están desaparecidos, obispos asesinados, pero la estructura, las más altas autoridades y el grueso, participaron del genocidio, y ¿porque lo decimos?, porque cumplió el rol que debía cumplir, por ejemplo, en el caso del grupo de tareas, los oficiales nos decían que el cura les había dicho que ellos no mataban a nadie, porque los tiraban al mar vivos, que era una acción cristiana y que si Dios hubiera querido, los salvaría y si se los comen los tiburones es porque lo decidió Dios.
Cumplía el rol de lavarles las culpas, de darles los marcos ideológicos para que hagan lo que tenían que hacer y no solamente eso, en el caso particular del vicario castrense de la Armada monseñor Graselli, de la iglesia Stella Maris que estaba al lado justamente del edificio Libertad donde estaba la cúpula de la Armada, recibía a los familiares de los desaparecidos que iban ahí para preguntar si sabia algo y haciendo que los consolaba y que iba averiguar cumplía la función de tratar de sacarles información de los compañeros, de sus hijos, de sus maridos para secuestrarlos. Da la casualidad el que hace la venta (de la isla del Silencio) al grupo de tareas es monseñor Graselli, sabia perfectamente bien a quien le estaba vendiendo la isla y sabia que era fraudulenta. Entonces la Iglesia no va a denunciar eso porque ellos participaron de una forma u otra del genocidio y también ocultar la verdad es una forma de garantizar la impunidad al participar del genocidio. Cuando decimos esto, alcanza al actual Papa (Francisco). No me voy a olvidar cuando Estela de la Cuadra, hija de  Alicia Zubasnabar de la Cuadra, primera presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, en el juicio a  Von Wernicke, dice que en un momento dado la llaman de los jesuitas, por orden que le dan a Bergoglio (Francisco), Arruspe que era el general de los jesuitas, «no busquen más, está en buenas manos». Si el Papa no hubiera tenido esa actitud, Licha hubiera conocido a su nieta. Cuando fue el juicio anterior de la ESMA, y se le pregunta a Bergoglio, si sabia detenidos, secuestrados en la Escuela de Mecánica de la Armada, dijo que si. Y cuando le preguntan si hizo algo, dijo que no, está en el juicio. 

 

ELM: Es muy difícil demostrar que Bergoglio tuvo algo que ver de hecho no se pudo probar hasta aquí por ejemplo con el secuestro de Orlando Yorio y Francisco Jalic, los dos curas que pertenecían a su orden. Lo que si hay algo que por lo menos que deberíamos condenar socialmente, cuando regresó la democracia jamás hizo una declaración pública en contra del terrorismo de Estado, nunca, siendo arzobispo de la ciudad de Buenos Aires. 

Enrique Cachito Fukman: Tengamos en cuenta los hechos de la isla, fueron en el año 1979, nosotros del año 84 venimos denunciando durante gobiernos constitucionales, el primer allanamiento se hace en el 2014, treinta años después. La semana pasada fue la primera inspección ocular, al final del tercer juicio, estamos con el juicio de la ESMA desde el 2007 y ocho años después se hace la inspección.
Obviamente estamos hablando de uno de los grandes poderes que hay en el mundo y en la Argentina, que es la Iglesia Católica y que fue cómplice, no solamente acá en gran parte de América Latina. Hay obispos mártires, hay curas mártires pero en términos de estructura de la Iglesia fue cómplice y sigue siendo de los genocidios.
No me quiero quedar con eso en el final programa, me quiero quedar con lo que hacemos, nos llevó 30 años pero finalmente se fue a la isla, se conoce la isla, hay escuelas de la zona que están trabajando con el tema, los pibes de 14, 15 y 16 años, están tratando de encontrar su propia historia y me parece que eso es el camino que tenemos que seguir, como así también Diana ustedes en Colombia no se quedan llorando lo mal que están los presos.

Diana Archila: Hacemos varias campañas, ahora el Comité va a empezar una campaña contra la no extradición y la soberanía del país. Porque extraditar a las personas no garantiza el derecho a la verdad. Queremos visibilizar para que todo el mundo sepa que está pasando realmente. Lo que contaban de los desaparecidos, en Colombia hay 26.000 desaparecidos en la fiscalía denunciados, sin embargo empezamos a ver como se inician juicios, no contra los grandes, ni tampoco contra las Fuerzas Armadas, pero vamos en camino. Las organizaciones se están movilizando y estamos viendo como todos empezamos a trabajar para encontrar la verdad de los hechos y saber que pasó.

Enrique Cachito Fukman: Hace un rato decía Diana que, primero empezaron la represión contra los que se habían levantado en armas, después estuvieron los desaparecidos, las prácticas que hubo en la Argentina se fueron propagando en el resto de América Latina, luego los falsos positivos y hoy estamos con la criminalización de la protesta social.
Cuando estaba hablando en Colombia y como habían hablado varios compañeros, dije vamos a sintetizar, basta de impunidad y de persecución a los luchadores populares, no a la criminalización de la protesta, libertad a los presos políticos, todo el mundo aplaude, paren no estoy hablando de Colombia, estoy hablando de Argentina. Como esa política se está desarrollando por toda América Latina, también existe esa contra política que hacemos desde los pueblos que es seguir organizándonos para responder a la criminalización, para seguir luchando por nuestros derechos. En ese marco ya vamos anticipando, la semana que viene analizar las reuniones del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, para preparar esa actividad, esa marcha que es más que nada una lucha en la calle, el 24 de marzo, que es de los sectores populares.

 

 


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