María del Carmen Verdú:»No avisen a la policía, en este caso tampoco a los jueces; avísenle a CORREPI»

Escrito por el 16/09/2014

El 4 de Septiembre el Tribunal Oral Nº 23 condenó al ex policía de la Federal, Marín Alexis Naredo, a cadena perpetua por el asesinato de Jon Camafreitas en enero de 2012. Unos minutos antes de que se lea la sentencia el ex cabo argumentó que no se sentía bien y lo dejaron retirarse a su casa. Cuando lo fueron a buscar no estaba, y hasta ahora sigue prófugo. Entrevistamos a María del Carmén Verdú de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) que nos explicó esta forma de actuar que tiene el poder de las fuerzas de seguridad, y también el judicial, cuando se condena a un policía.

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Maria del Carmen Verdú: Cuando terminamos los alegatos, tanto nosotros como el fiscal, habíamos pedido que se garantizara de alguna forma la presencia del policía Naredo para la lectura de la sentencia, que no sabíamos cuando iba ser todavía porque venía excarcelado. La excarcelación se había mantenido a pesar que un rato antes, cuando alegamos, habíamos pedido que se revocara teniendo en cuenta que acabábamos de pedir que se aplicara la pena de prisión perpetua y de cumplimiento efectivo inmediato.
Los jueces no hicieron lugar a ese requerimiento, y cuando se retiraron a deliberar para resolver de qué manera nos contestaban este pedido de garantía para que se evitara su profugación, lo que sucedió fue que pasaron tres horas durante las cuales cada uno hizo lo que quiso.
Mientras esperábamos en la puerta haciendo el aguante en el edificio de Comodoro Py, el abogado defensor de Naredo se iba a tomar un café en el bar del piso 9, donde suponíamos que estaba también su cliente.
Lo cierto es que manifestó que no estaba en condiciones anímicas de permanecer en el tribunal y lo autorizaron a retirarse, con lo cual tres horas después, cuando bajó, el Tribunal en lugar de contestar lo que le habíamos planteado, directamente leyó el veredicto y condenó a perpetua y ordenó la inmediata detención.
El Tribunal ya sabía que se había ido del edificio, que no estaba allí. Y cuando se acordaron de ir a buscarlo al día siguiente, resolviendo un pedido del fiscal de allanar el domicilio, se encontraron con que la madre les dijo que se había ido a la casa de la novia, que no sabia donde vive, creía que en Lanús, y a partir de entonces no se sabe nada.

 

ELM: ¿Se supone que lo están buscando?

MCV: Si lo están buscando con tanto ahínco como lo hicieron en las primeras 24 horas donde al Tribunal le pareció prematuro allanar un lugar tan privilegiado como el domicilio de una persona – así fue que con esas palabras rechazó el pedido del fiscal – evidentemente más vale que nosotros continuemos con la campaña que hemos iniciado, con la consigna histórica de CORREPI para cuando buscamos prófugos, pidiéndole a los vecinos – que siempre solidariamente han colaborado y nos han permitido encontrar a los prófugos de Bunge – que si lo ven, no avisen a la policía, en este caso tampoco le avisen a los jueces y que le avisen si a CORREPI.

 

ELM: ¿Este es el segundo caso de policía fugado de la comisaria octava durante el juicio?

MCV: Si. Hace cinco meses, el sargento Néstor Adrián González estaba siendo juzgado en un tribunal oral de Mercedes, por un hecho que ocurrió en Moreno, el asesinato de “Checho” Casal, un pibito de 16 años. Y el día de la sentencia – obviamente al ser policía estaba excarcelado – dijo: “no me siento bien, me voy al hospital”, lo dejaron ir y a partir de entonces no se sabe más nada de él. A lo mejor hacemos carambola y  los encontramos a los dos juntos, porque eran amigos, compañeros de trabajo.

 

ELM: Para quienes nos escuchan y no recuerdan el caso ¿nos podés refrescar por qué se lo juzga a Naredo?

MCV: El hecho es muy sencillo y transparente, tuvo mucha repercusión en su momento. El 21 de enero del 2012 – mucho calor, pleno verano – la gente del barrio de Boedo, Balvanera –  como es habitual en esa zona de la Ciudad de Buenos Aires – en la plaza Boedo que es un lugar de mucha actividad en el barrio, en un momento hubo un problema entre dos grupos de pibes. Varios vecinos llamaron a la policía y aparecieron patrulleros de la 8va y de la 20, en cantidad. La gente que estaba disfrutando en la plaza, como el caso de Jon y sus amigos que celebraban un cumpleaños, se fueron para sus casas porque no querían mezclarse en el disturbio. Cuando Jon estaba en la esquina de avenida Independencia y Sánchez de Loria, se encontró con un vecinito de 14 años con el que cruzaron la avenida para ir a su casa, que es del otro lado sobre la calle Alsina. En ese momento llegaba uno de los patrulleros de la octava con el oficial Juan Carlos Moreira y el cabo Naredo;  vieron cruzar a los pibes como es común a la una de la mañana: lo hicieron corriendo, sin esperar que el semáforo se pusiera en rojo. Esto, sumado a que tenían gorrita, pantalón bolsudo, zapatillas altas, alcanzó para que los policías dijeran son ellos y los empezaron a perseguir. Doblaron en contramano como si persiguieran al “Gordo” Valor,: entonces los pibes cruzaron cuando vieron venir el patrullero de contramano, reacción absolutamente natural en cualquier pibe de barrio; los policías se bajaron y los alcanzaron corriendo. El oficial Moreyra redujo al niño de 14 años  y Naredo alcanzó a Jon a pocos metros.
Los testigos presenciales y las pericias probaron fuera de toda duda que, alrededor de la 1:30, el cabo Naredo tomó a Jon por atrás y lo forzó a agacharse, momento en que colocó su arma reglamentaria, una pistola Browning 9 mm, que empuñaba con bala en recámara, sin seguro y amartillada, sobre su cabeza. El disparo atravesó la cabeza de Jon de atrás hacia adelante, de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo. La bala penetró al cráneo por el occipital derecho (nuca), salió por el temporal izquierdo (sien) y se incrustó en la persiana metálica del local frentista a 49 cm. del suelo, con un ángulo de 15º. Jon agonizó por cuatro días en el hospital Ramos Mejía, y falleció el 25 de enero.

 

ELM: Estamos hablando de un fusilamiento.

MCV:No hay otra manera de definirlo.

 

ELM: Aprovechamos que estamos en línea y te preguntamos  ¿qué novedades hay de la causa de los baleados de la RNMA en el desalojo de la sala Alberdi?

MCV:Recordemos que la última vez que hablamos habían sido procesados con prisión preventiva los tres policías de la Metropolitana, Ledesma, Pereira De La Rosa y Acosta, que hasta hoy permanecen detenidos y que la defensa había apelado este procesamiento. El próximo 6 de octubre a las 11 de la mañana, vamos a estar con los compañeros de la red (RNMA) y los de ENECA frente a la Cámara del crimen en Viamonte y Libertad,  nuevamente porque se va a realizar una audiencia en la cual las defensas van a sostener esta apelación y nosotros obviamente protestar y sostener la necesidad, no solamente que se confirme el procesamiento, sino también la prisión preventiva y permanezcan detenidos por la tentativa de homicidio calificado a los tres involucrados.

 

 


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