La Bonaerense sigue haciendo de las suyas

Escrito por el 15/01/2010

Familiares de dos jóvenes de La Plata, víctimas de gatillo fácil, exigen justicia. En uno de los casos, denuncian que fueron reprimidos por la policía durante una movilización. Buenos Aires.
El 8 de diciembre del año pasado la vida de Carina cambió para siempre. Fue a partir de que su hija de ocho años entró a su casa para avisarle que Ezequiel, su hijo de 18, estaba discutiendo en la esquina con unos policías. Inmediatamente Carina se acercó con otra de sus hijas de 13 años para ver qué pasaba. Entre los forcejeos y los pedidos de explicación, la nena fue golpeada por uno de los efectivos, esto generó que más personas se acercaran y las discusiones e insultos crecieran, al igual que las agresiones por parte de la policía. En un momento, los policías tiraron a Ezequiel al piso y se pusieron encima de él para esposarlo, pero ante su resistencia, y bajo la mirada de varios testigos, uno de los efectivos le disparó en la cara a Ezequiel Heredia, quien pese a ser trasladado a un hospital de la zona falleció.
En un primer momento ocurrió lo de siempre, los policías dieron su versión de los hechos asegurando que todo había comenzado por un enfrentamiento entre bandas de la zona y que habían llegado al lugar para interceder ante disturbios. Afirmaron también que la víctima portaba un arma. Pero la celeridad de la justicia al actuar, a veces pasa, hizo que la fábula policial quedara en la nada. Los acusados; el oficial inspector Sergio Aguirre y el oficial de policía Rubén Romero, ambos de la comisaría segunda; están detenidos. Aguirre en la comisaría séptima del barrio Abasto y Romero en un hospital, ya que está herido en un pierna producto de un disparo que salió de su propia pistola.
El viernes pasado, familiares y amigos de Ezequiel marcharon hacia la Casa de Gobierno al cumplirse un mes de su asesinato. Apenas llegaron les prometieron a los padres del joven que serían recibidos por algún funcionario. Pero pasaron dos horas, no solo de espera sino también de indignación ya que, según relató Carina a Red Eco, varias personas que se encontraban dentro de la Casa de Gobierno se asomaban por las ventanas, les hacían gestos y se reían: “A mí me mataron a un hijo y tengo que soportar eso. No”, manifestó.
La paciencia llegó a su límite y los familiares comenzaron a ponerse nerviosos y a tirar cosas hacia el edificio, hasta que finalmente dejaron entrar a los padres de Ezequiel a la Gobernación. “Pasó una hora más y seguíamos esperando – relata Carina – hasta que me viene a avisar una amiga que afuera estaban reprimiendo a quienes estaban con nosotros en la movilización”.
En total fueron diez los detenidos, hombres, mujeres y menores. A muchos de ellos se les inició causas por resistencia a la autoridad. “¿Cómo iban a resistirse si se los llevaban entre diez?”, se pregunta Carina, quien afirmó, en diálogo con Red Eco, que los detenidos fueron fuertemente golpeados, y que finalmente fueron liberados ese mismo día a última hora. 
“Muchos de los que fueron presos eran amigos de mi hijo que se movilizaban para pedir justicia y para denunciar a Aguirre como asesino”, aclaró Carina.
Justicia es lo que también reclama la familia de Darian Barzábal, un joven de 17 años que fue asesinado hace tres años de un disparo en la cabeza por el sargento Santiago Regalía. Todo comenzó en la madrugada del 10 de enero de 2007, cuando el subteniente Luis Dorato llamó a la Comisaría 3º del barrio Los Hornos de La Plata para denunciar que habían intentado entrar a su casa y que había reducido y esposado a un joven, que sería el que intentó robarle. Allí acudieron los oficiales Santiago Regalía y Cristian Gutiérrez quienes detuvieron a Darian. A pesar de que no se resistía, lo golpearon y lo subieron al móvil. Pero en lugar de ir a la comisaría, recorrieron una zona de baldíos bastante oscura. Gutiérrez manejaba y Regalía golpeaba e insultaba a Darian, hasta que en un momento le disparó. Ahí sí los policías pasaron por la comisaría donde se les agregó el teniente primero Iván Martínez, y fue recién en ese momento en que se dirigieron al Hospital San Juan de Dios, pese a Darian ya estaba muerto. En el trayecto, pusieron una pistola calibre 32 cerca de su cuerpo, para poder recurrir, una vez más, a la historia del enfrentamiento.
Al día siguiente, la información que se dio a la prensa fue que durante el traslado, los agentes “no revisaron correctamente al detenido y en medio del viaje sacó un arma que en el forcejeo se disparó accidentalmente”.
Después de tres años de idas y venidas, traslado de causa y demás, está previsto para fines de este abril que comience el juicio oral en el que se juzgará a Regalía esta imputado como autor material del homicidio. En tanto, Gutiérrez tendrá que responder por “encubrimiento”.
Los abogados de la Asociación Civil Miguel Bru, patrocinantes de la familia de Darian, aseguran que del material reunido por el Ministerio de Seguridad, a través de la Auditoria de Asuntos Internos, surge que Gutiérrez fue “partícipe necesario del crimen”, ya que sin su colaboración, Regalía no podría haber cometido el crimen del modo en que lo hizo. El oficial Martínez también está imputado como encubridor. Los querellantes aseguran que además debería ser juzgado por “peculado”, porque sustrajo elementos que tiene a su cargo, ya que utilizó un arma que tenía bajo custodia para “plantarla en la escena del crimen”. 
 


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