«…no corresponde concebir al marxismo como doctrina»

Escrito por el 13/11/2009

Entrevista realizada al economista Fernando Hugo Azcurra en el programa “Miseria de la Radiofonía”  que conduce Daniel Villagra. Además, habla sobre los trabajadores de Kraft- Terrabusi y los obreros de la ex Zanon. ¿Por qué cree que tiene hoy vigencia el marxismo para analizar los problemas de la época?
 
Azcurra: Si me permite reformularía la pregunta del siguiente modo: ¿El marxismo tiene vigencia todavía como teoría social y económica para analizar los problemas actuales de la sociedad burguesa, capitalista? Es ésta una cuestión que aún se debate, y  mucho más después de estas dos últimas décadas en razón de la caída del muro de Berlín, y  la implosión de la Unión Soviética que puso el tema de actualidad y al mismo tiempo señalando su fracaso como comprensión de la realidad social.
Quisiera señalar un punto que no es de orden menor, al respecto. Cuando se habla así en general del marxismo, si tiene o no vigencia, se lo toma un poco de manera genérica, como si predominara en él el carácter doctrinario más que el científico. Esto es, algo  así como  considerar que fuera una doctrina opuesta a la doctrina política, ideológica liberal de la burguesía. Y si bien el marxismo le opone argumentos serios y rigurosos al liberalismo burgués, en mi opinión, sería una consideración muy estrecha, no corresponde concebir al marxismo como doctrina. La obra de marx ha introducido en la consideración crítica de las ciencias sociales  un principio analítico  decisivo, vital, central para todo análisis, que no es otro que el del materialismo filosófico y científico más profundo y más consecuente. Sin entender esto, en mi opinión, no se puede avanzar ni entender nada en la materia.
 
Ahora bien, ¿es útil como herramienta analítica para los problemas actuales que presenta la sociedad burguesa, y el dominio del capital en ella?
 
Azcurra: Bueno, yo respondo absolutamente sí, pero cuidando, siempre que se enriquezca con el movimiento real, con las conflictos, con los cambio, con las alteraciones que presenta la vida real que pueden señalar y señalan la consistencia y los límites que pueda tener el marxismo. Por ejemplo: Hay una ciencia económica dividida de  manera genérica en una concepción rigurosa, científica y otra de carácter apologético, ideológico inconsistente, Marx hizo aportes notables, extraordinarios, a la primera concepción, pero no dijo todo, no pudo haberlo dicho todo. Hay una disciplina, también: la Teoría Política a la que él contribuyó con inmensos tesoros analíticos, por ejemplo, el concepto de clase, la lucha de clase, el Estado de clase, la legislación adecuada a la propiedad y no a los intereses generales de la sociedad, la conflictividad como eje de la vida y oposición de la sociedad, la vertebración del vocablo pueblo como compuesto de sectores, la cultura, sus instituciones como productos históricos de los problemas reales de los individuos que viven y producen en común.  De modo que con el aporte de nuevas teorías de nuevos ámbitos en estas ciencias, aún el aporte de Marx sigue siendo lo mejor y más avanzado en términos de crítica y comprensión de la actualidad. Pero cuidado, repito, no se puede negar ni rechazar aportes de otros pensadores, desde otros movimientos, de otras concepciones que no sean marxistas, el marxismo no es la única concepción, ni es la verdad bíblica, este se fortalece y avanza en una permanente confrontación con otras concepciones, otras interpretaciones, etc. y si no lo hace se debilita, se osifica.
 
Podría, entonces, terminar diciendo ¿qué aporta el marxismo a las Ciencias Sociales? En mi opinión, encuentro tres aportes analíticos formidables a partir del principio materialista del conocimiento en Filosofía, en la Economía y la Teoría histórica: a) la concepción materialista de la Historia (No el materialismo histórico de los manuales soviéticos que sólo fueron una grosera caricatura de lo hecho por Marx); b) El método crítico de la Economía Política y la Teoría Política, fundamentado en el punto anterior y, c) Las leyes de funcionamiento de la sociedad burguesa y del capital.
 
Hugo, decíamos que un análisis desde el marxismo se debe ir nutriendo de los aportes de cada época, de cada momento histórico.
 
 Así es.
 
¿Cuál sería entonces, desde una visión marxista, el papel que están jugando los trabajadores de Kraft- Terrabusi, por ejemplo, o de Zanon en este momento?
 
Azcurra: ¡Ah, es muy importante!, es un papel importantísimo, me parece a mí.
 En principio, porque rompen con la rutina de la burocracia sindical, patronal (permítaseme esta expresión), corrupta y pro burguesa. El sindicalismo de de la CGT y sus sindicatos actuales no son otra que la prolongación de la políticas burguesas en el movimiento obrero en general.  En ese sentido, estas luchas, irrumpen y rompen con una rutina que los burócratas consideran que  es de su propiedad.
En segundo lugar, esta práctica de recuperar fábricas, de cooperativizarlas, de oponer en medio de un mar embravecido de privatismo, a contracorriente de los intereses burgueses, que propone subsidios al capital privado para “dar empleo” como dicen siempre, estas  experiencias muestran otro camino, otra alternativa seria, interesante, profunda que habla de un futuro que no es utópico. ¡Por eso, porque no es utópico, y porque es real es combatido! El trabajo asociado, las fábricas colectivas son la antítesis de la actividad privada, del capital privado, de sus monopolios y del dominio financiero del imperialismo. Hay que apoyarlas sin dudas ni reticencias.


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