Denuncia de presos políticos

Reproducimos una carta enviada por los presos y presas del MTR alojados desde hace un mes en el Penal de Marcos Paz y Ezeiza al ser detenidos luego de una actividad desarrollada para denunciar la política del Estado de Isarael contra el pueblo palestino.

Penal de Marcos Paz, Argentina                                         Jueves 21 de Mayo de 2009

A la opinión pública:
                               Con verdadero pesar y tristeza leemos y escuchamos la gran sarta de mentiras e inventos que vierten los grandes monopolios de la comunicación; pero más tristeza y pesar nos produce el comprobar que esas mentiras alevosas son tomadas por verdaderas por quienes tienen acceso a la información, por los que tienen alto nivel educativo y pueden, entonces, construir un juicio crítico objetivo y digno.
                            Larga, tan larga como su propia existencia, es la historia de fechorías, crímenes y mentiras del Estado de Israel. Es por ello que, realmente, nos resulta difícil entender las razones por las cuales se pueden dar por válidas las palabras y declaraciones de los sionistas, dar por verdaderas por personas y dirigentes que se dicen solidarios con la causa palestina, con la causa musulmana, con la causa árabe, con la causa de los oprimidos de este mundo. La razón que encontramos para explicarnos tal conducta es o el interés egoísta y mercenario o el miedo abyecto , que supera aún a la ilustración intelectual que permite un criterio realista.
                            Todos hemos presenciado azorados las recurrentes y repetidas masacres cometidas por los sionistas en Medio Oriente y en otras partes del mundo y, últimamente, en los bombardeos contra el guetto de Gaza.
                            Todos hemos sido impactados por las masacres de familias enteras, con la utilización de fósforo blanco y de armas de nuevo desarrollo producidas en los laboratorios de la muerte en Israel y Estados Unidos.
                          “Buenos Aires celebra a Israel” rezaban los carteles en la vía pública el día viernes 15 de mayo, lo que es lo mismo que decir que la Ciudad de Buenos Aires, por  desición de Macri, celebra el racismo, el terrorismo de Estado, la limpieza étnica, y el inminente ataque a Irán.
                         ¿Qué debe hacer todo cristiano, judío, musulmán, revolucionario, o simple ciudadano con principios de solidaridad y compromiso con su prójimo?
                        Lo menos que debiera hacer es manifestarse y dejar en evidencia que no puede ser posible que la Ciudad de Buenos Aires celebre a Israel impunemente.
                        Quienes estamos hoy presos entendemos que permanecer ese domingo 17 de mayo almorzando indiferentes mientras los verdugos se pavonean y construyen su hipocresía en Buenos Aires resulta una grave indiferencia hacia Palestina, hacia Irán, hacia todos los agredidos, los mártires y los masacrados por el monstruo Israel.
                         El hecho de habernos nosotros enterado de esta celebración sólo con menos de 48 hs de anticipación hizo que en las actuales condiciones de la resistencia popular en la Argentina, no fuera posible organizar una gran manifestación popular de repudio a la pretensión del Estado Racista de Israel, de lavar la sangre palestina, la sangre árabe,  la sangre de los pueblos oprimidos, sangre que salpica todo el cuerpo sionista, con los montajes de “manifestaciones culturales”, “grupos artísticos”, en síntesis, con la estética para encubrir lo macabro.
                     A pesar de ser un reducido número, decidimos, de todas maneras, ir a dar testimonio con nuestro cuerpo, con nuestra voz, con nuestra opinión, y advertir a los desprevenidos y a toda la concurrencia al acto público convocado por la ciudad de Buenos Aires, sobre la verdadera naturaleza genocida, racista y terrorista del Estado de Israel. Concurrimos con la presunción de que quizás nos encontráramos con otros que tuvieran la misma inquietud y solidaridad que nosotros. No pudimos expresarnos porque apenas nos hicimos presentes y nos dispusimos a volantear y a despegar nuestras pancartas una banda de personal no identificado se avalanzó sobre nosotros.
                        Sorprendidos por esta reacción tan violenta atinamos a defendernos como pudimos y a retirarnos ordenadamente resistiendo los permanentes embates de este “personal civil” ( al decir de Aníbal Fernández) que en dos ocasiones, nos apuntaron con sus pistolas montadas.
                     El resultado final de esta situación es por todos conocido: 5 manifestantes terminamos detenidos, reiteramos, por personal no identificado, siendo duramente golpeados luego de ser reducidos fuimos trasladados a esa unidad que Anibal Fernández creó directamente para ponerla en manos del Estado Racista de Israel: la Unidad de Investigaciones Antidiscriminatorias de la Policía Federal. De allí en adelante comienza lo que se denomina, sarcásticamente, “instrucción de la causa”: el juez Bonadío tomando como verdades todas las mentiras sionistas y  como mentiras, todas nuestras verdades.
                   Es mentira que somos antisemitas. El juez Bonadío entiende que sí es mentira que “atentamos contra la gente”. El juez Bonadío entiende que sí, manteniéndonos en prisión, toda la “instrucción de la causa” está dirigida contra nosotros, instrumentada por el sionismo.
                  Leyendo el volante que intentamos repartir (que adjuntamos) se puede deducir inequívocamente dónde está la verdad.
                 La humanidad atraviesa momentos críticos en los que está en juego su destino como especie. Las mentes más lúcidas han denunciado oportunamente sobre los riesgos del Holocausto Nuclear. El eminente Albert Einstein afirmó que la Cuarta Guerra Mundial será
Con piedras (si es que sobrevive algún hombre de la tercera). Gabriel García Márquez cuando recibió el premio Nobel de Literatura, lo hizo denunciando que hoy el Apocalipsis, o el fin de mundo ya no es un mito impracticable, sino una factible posibilidad científica.
               Aún si, comenzando por una guerra contra Irán se caminara temerariamente por el borde del abismo pero no cayéramos en él, morirían violentamente por lo menos cientos de miles de personas sino millones. El Che Guevara dijo que la cualidad más importante de un revolucionario es “sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier lugar del mundo”. Sólo un ser humano perdido en el vacío del desamparo justifica el más férreo compromiso. Pero estamos hablando de millones en agonía, asesinados por el decadente capitalismo, y de cientos de miles y quizás millones, masacrados en la hoguera de la guerra, si hay un detonante de la bomba de ese Apocalipsis posible denunciado por Eisntein y García Márquez, ese detonante se llama Estado Racista de Israel.
                           Superando la indiferencia seguiremos luchando. A pesar de las mentiras y calumnias seguiremos luchando, solidaridad con Palestina con Irán y con todos los pueblos agredidos por el sionismo.
                         
                   UNIDAD CONTRA EL IMPERIALISMO
                
   Firman: Leonardo Del Grosso, Damián Vekelo, Osvaldo Vázquez.
    Adhieren desde el penal de Ezeiza: Daniel Terzano, Viviana Segovia.