Un año sin justicia

El 15 de junio de 2008, Atahualpa Martínez fue encontrado en un descampado de las afueras de Viedma, con un balazo en la espalda. Aún los investigadores no saben quién lo mató, ni por qué.

Provincia de Río Negro
“Estamos prácticamente como el día 16”, afirmó Julieta Vinaya, madre de Atahualpa. El joven fue visto por última vez cuando salía de un pub, a donde había concurrido acompañado de un amigo. Nada se sabe de lo que ocurrió después.
Sin contar que en un momento apareció una testigo que luego se desdijo, y que el amigo que lo acompañaba cortó todo contacto con la familia de Atahualpa; lo cierto es que testigos no se han presentado. “No es posible que no los haya, si Atahualpa estuvo en un pub en el que había alrededor de 30 personas, o algún taxista, o policía. Atahualpa era alto, más de 1,80 metros, de contextura grande, es muy difícil que pasara desapercibido”, aseguró su madre.
Julieta contó a Red Eco que desde un primer momento la investigación giró en torno a allanamientos relacionados con el consumo y comercialización de marihuana y cocaína: “Cualquiera que conocía a Ata sabía que era una persona que nada tenía que ver con el tema”.
La madre de Atahualpa afirmó además que los primeros policías que llegaron al lugar donde apareció el cuerpo de su hijo no resguardaron el sitio, sino que movieron el cuerpo, le tomaron fotografías con celulares y luego lo regresaron a la posición en la que lo habían encontrado. Esto se pudo confirmar luego de una segunda intervención de la Gendarmería Nacional en el caso.
Esta semana se produjo la tercera visita de la fuerza, que continúa haciendo pericias e investigando todos los lugares relacionados con el hecho, hasta ahora sin resultados.
En diálogo con Red Eco, Julieta aseguró que en Viedma existe un manto de silencio. Cree que quien está detrás de lo que le sucedió a su hijo no es alguien común y corriente, sino alguien de mucho peso: “Cómo se explica sino que no se sepa nada, que no se preservara desde un principio el lugar donde apareció Ata. ¿A quién están tratando de encubrir?”.
Según explicó Julieta, quien además ha recibido en estos meses varias amenazas telefónicas, en Viedma y en toda la provincia de Río Negro se vienen produciendo desde hace años muchos asesinatos de jóvenes, que permanecen impunes: “Es llamativo que sigan sin resolverse. En el programa antiimpunidad (que depende del gobierno nacional) se reportaron alrededor de 90 casos, cifra que debe multiplicarse por cuatro, ya que así son los que no se denuncian o presentan ante este programa”.
Durante todo el día de hoy se realizó en el Centro Municipal de Viedma una jornada de reflexión con alumnos de colegios secundarios de la ciudad. En tanto, para el lunes, a las 18, está prevista la realización de una marcha de antorchas en el lugar donde fue visto por última vez Ata (Avenida Caseros, casi rotonda, ex Bar Miloca). Además, allí se descubrirá una gigantografía. A la misma hora, en Capital Federal se acompañará con una movilización a la Casa de la Provincia de Río Negro, ubicada en Tucumán 1916.
Atahualpa era mapuche-aymara, tenía 19 años y muchas inquietudes solidarias. Estaba cursando el quinto año y ya tramitaba una beca para estudiar en la Escuela Latinoamericana de Medicina en la Habana, Cuba.
“No voy a descansar hasta saber qué pasó. Es una lucha que recién empieza. Sé que puede durar años, mi ejemplo son las Madres de Plaza de Mayo, que llevan más de 30 años de lucha. No voy a parar hasta saber qué vio Ata que era tan peligroso como para que lo mataran”, aseguró Julieta.

Más información: www.justiciaporata.blogspot.com