Entre Ríos: trabajadores y trabajadoras
Escrito por Red Nacional De Medios Alternativos el 01/05/2009
Que lejos estamos hoy los trabajadores argentinos de ser los sepultureros del capitalismo, tal como aspiraban nuestros hermanos en las luchas revolucionarias por el cambio social en todo el mundo!
Hoy en la Argentina, como resultado de la aplicación del recetario neoliberal, que incluye a la gestión kirchnerista, se constata como nunca una brutal y extraordinaria transferencia de recursos del sector de los asalariados a favor del sector de los capitalistas.
Desde la dictadura militar, pasando por el alfonsinismo, el menemismo, el delarruismo y la devaluación duhaldista del 2002, hasta el día de hoy, la pérdida de los asalariados en la participación en la Renta Nacional, pasó de un 45 % en 1974, a menos del 30 % en el 2007, a pesar del crecimiento excepcional que tuvimos desde el 2003. Esta perdida de participación en la Renta Nacional es la muestra más clara de brutal explotación de los asalariados, que nadie denuncia ni da cuenta de esto. Ni siquiera nosotros.
En nuestra provincia de Entre Ríos, la plusvalía, es decir, el valor que se apropia el sector del capital y que pertenece legítimamente al trabajador, es más de 500 millones de dólares anuales, tan solo en la industria. Pero de esto nadie habla, ni siquiera nosotros los trabajadores.
La administración K aprovechó para su política interna los años de crecimiento continuado de todas las economías en América Latina. Esta situación particularmente ventajosa, propia del ciclo económico capitalista, no se debió –de ninguna manera- a la intervención de los nuevos administradores del Estado y sus ministros de economía. Según un informe de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) "la región por segunda vez en los últimos 25 años logra un crecimiento en todos los países, debido a la continuada expansión de la economía mundial y la liquidez de los mercados internacionales que permitieron un crecimiento en las exportaciones y la mejora en los términos de intercambio…"
Esta bonanza externa no fue utilizada por los K para invertir los excedentes financieros en "relanzar" la economía, ni para hacer un hipotético "capitalismo serio" o "un capitalismo nacional" como proclamaban y que además, es un disparate sin sustento en tiempo de la globalización imperial y frente a la descomunal crisis financiera mundial.
Estos recursos extraordinarios, obtenidos gracias a la coyuntura internacional favorable, sirvieron para pagar intereses y amortización de la deuda pública puntualmente o anticipadamente (como al FMI), para subsidiar al gran capital nacional y extranjero, y en un futuro cercano, servirá para auxiliar al poder financiero, a sus bancos y sus industrias, o a solventar la estatización de la deuda de los privados.
Dentro de este sucinto marco, las elecciones del 28 de junio sirven para recrear falsas expectativas entre los trabajadores frente al desgaste político de quienes gobiernan. La falta de alternativas liberadoras de los trabajadores y el armado de una oposición "más de lo mismo" encuentran a los trabajadores, como muchas veces ocurrió, sin alternativas frente al poder del privilegio.
La dinámica electoral tiene como marco nuevos intentos de legitimar al que oficiará sumisamente como gestor y administrador de los intereses de los poderosos.
Este primero de mayo debe servirnos para comenzar a debatir una profunda autocrítica de lo actuado por la clase trabajadora en estos últimos tiempo y retomar el camino de la lucha, la unidad y la solidaridad.
Los trabajadores debemos empezar a decir basta a la sociedad capitalista y empezar a construir una nueva sociedad.