Censura y amenazas a alumnos en la radio de la Universidad de la Matanza

Alumnos de Comunicación Social de la UNLAM fueron censurados y amenazados por tratar de contar en la radio de la Universidad el conflicto en el que se encuentran. El pasado jueves 9 de abril por la mañana alumnos de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de la Matanza fueron censurados y amenazados por autoridades de la FM 89.1, Radio Universidad, radio que funciona dentro de la Universidad de la Matanza para estudiantes de ese centro de estudios.
 
En el marco del conflicto que hay dentro de la UNLAM por dos docentes que fueron despedidos por razones ideológicas después de 9 años de desempeñarse como profesores del taller III de televisión, un grupo numeroso de alumnos de Comunicación Social intentaron contar al aire el conflicto y poner de manifiesto la situación irregular en el que se encuentra el 80% de los docentes de la Universidad.
 
El director de la radio Sergio Barberis se acerco a dialogar con el argumento de que “el no podía sacar al aire algo que perjudicase a las autoridades de la Universidad”, ante la indignación de los que nos encontrábamos allí que tratamos de hacerle comprender al Sr director que la radio era de la Universidad y por lo tanto estaba al servicio de los alumnos.
 
En medio de un áspero diálogo y luego de que Barberis tuviese un acto fallido al decir “yo no soy el dueño de la Universidad” a lo que nosotros contestamos que la Universidad no tiene dueño…es PUBLICA, entraron al pasillo en donde estábamos el Sr Maximiliano Brandoli y Mario Sequeira.
 
Brandoli, gerente de programación de la radio fue directo a un compañero lo tomó de un brazo y le dijo “o salís por acá o por allá”, al acercarnos un par de compañeros, cámaras en mano cambio su discurso diciendo que el no había amenazado a nadie y burlándose de la presencia de las cámaras nos reconoció a un par de nosotros llamándonos por nuestros nombres y acentuando un “yo te conozco”.
 
Por su parte Sequeira, director de prensa y difusión, con varias causas abiertas en la justicia, había tomado el pasillo literalmente teniendo en cuenta que es un individuo de unos dos metros de alto y tan ancho como el ancho del pasillo en el que nos encontrábamos, instándonos a que nos retiráramos.
 
Ante nuestros reclamos por las agresiones verbales y empujones, Barberis trato de calmar a los muchachos y pudimos salir sin sufrir magullones pero con un sabor amargo de comprobar algo que ya sabíamos…las famosas patotas de la UNLAM
 
 
Universidad en democracia, Ni un paso atras