Carta al presidente Lugo por la libertad de los presos

 
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nóbel de la Paz, le envió una carta al presidente de Paraguay, Fernando Lugo, pidiendo intervenga ante la situación de los seis campesinos paraguayos, presos políticos en Argentina y en huelga de hambre desde hace 44 días. Transcribimos el texto.

Buenos Aires, 18 de agosto de 2008

Sr. Presidente del Paraguay
Don Fernando Lugo
 
                                           Reciba el fraterno saludo de Paz y Bien.
 Le escribo a fin de solicitar su intervención sobre una situación cada vez más dolorosa e injusta. Se trata de seis campesinos paraguayos presos en cárceles argentinas, acusados de ser autores del crimen contra la hija del ex presidente Cubas.
 
Los campesinos son de condición humilde y dirigentes de sus comunidades, salieron del Paraguay por amenazas contra sus vidas y buscaron refugio en la Argentina solicitando el status de refugiados ante el ACNUR. Fueron detenidos y encarcelados durante más de dos años, sin resolución de sus causas; violando el Pacto de San José de Costa Rica.
 
Llevan más de 34 días de huelga de hambre al no tener respuesta de las autoridades y justicia argentinas. Esa determinación está dañando y poniendo en peligro sus vidas. Los hemos visitado en la prisión de José C. Paz y simplemente reclaman sus derechos y que reconozcan su inocencia. Ninguna de las acusaciones tiene sustento para imputarlos.
 
Por tal motivo me dirijo a Ud. a fin de ver la posibilidad de darles atención a su caso y pedirles que suspendan la huelga de hambre. He conversado con el médico que los atiende, el Dr. Claudio Capuano y dice que uno de ellos sufre de epilepsia y otro tiene serias dificultades motrices.
 
Me he comunicado con el Ministro de Justicia y DD.HH. Dr. Aníbal Fernández y el Ministro del Interior para solicitarles que resuelvan la situación legal de los detenidos, atiendan sus problemas de salud y condiciones de vida.
 
Desde ya le agradezco cuanto pueda hacer a fin de resolver la situación  y que los campesinos puedan regresar a sus familias.
 
Fraternalmente

Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nóbel de la Paz