Eduardo Lucita: “Toda esta gran ofensiva del capital no es producto de la fortaleza del sistema capitalista en el país, sino de su propia debilidad”

Escrito por el 28/11/2017

Desde las elecciones hasta aquí hubo una profundización en el rumbo que está tomando el gobierno. Veníamos hablando los meses anteriores de una aplicación gradual de las reformas y en el caso del ámbito laboral una aplicación por rubros. Tras las elecciones, envalentonado, el gobierno parece abandonar el gradualismo y encaminarse hacia una reforma general. Para indagar sobre estos temas nos contactamos en el Enredando las mañanas del pasado miércoles con Eduardo Lucita, integrante de EDI (Economistas De Izquierda)

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Enredando Las Mañanas: Parece que ha habido un cambio en cómo va aplicando el gobierno su política.

Eduardo Lucita: Bueno, hay que tener en cuenta el resultado electoral que favoreció ampliamente al gobierno, aunque tanto éste como los medios hegemónicos amplifican ese triunfo. Porque en realidad si uno ve elecciones anteriores de distintos gobiernos, en la primera elección de medio  camino casi todos ganaron con el 40% de los votos, o sea que es más o menos lo mismo. De todas maneras la fortaleza con la que ha salido de  esta elección el gobierno Macri es que lo hizo después de un año 2016 muy malo, y además la fortaleza deviene de la debilidad del peronismo que está metido en un laberinto desde hace tiempo y que en estas elecciones se ha agudizado.

Por otro lado está el coloquio de IDEA, que conformó a todo el bloque de poder y donde le dieron pleno apoyo al gobierno, pero al mismo tiempo le dijeron “miren hay que avanzar en ciertas cosas porque si no esto no va a funcionar”. El gobierno aceptó ese apoyo y ha salido a responder a esas críticas. El propio presidente Macri dijo que estos dos primeros años de gobierno – que van a terminar ahora en diciembre – han sido una transición que necesariamente, por la “pesada herencia” recibida, la hemos tenido que financiar con endeudamiento pero a partir de ahora empieza otro momento. Incluso dice “a partir de ahora empieza un gobierno de 6 años”; ya dan por seguro que hay una reelección en el 2019, y a partir de ese día hace esa reunión en el CCK (Centro Cultural Kirchner) donde da una idea del conjunto de reformas que está planteando el gobierno, donde hay tres que son centrales entre las que están, como ya sabemos: la reforma laboral, impositiva y previsional.

Pero están también dando vueltas una reforma educativa, una reforma política… es una suerte de programa de gobierno integral para los próximos seis años que tiene planteado el gobierno.

En esto destacan las tres primeras reformas que están integradas, no se pueden analizar por separado. Y la característica que tienen es lo que permite esa articulación. Lo que financia esas tres reformas es el ahorro que hace el Estado por cambiar el régimen de actualización de jubilados, pensionados y planes sociales, de ahí se ahorra entre 100 – 140 mil millones de pesos que permiten financiar todo lo demás.

 

ELM: Sobre eso justamente observamos que el sentido general de las reformas es una enorme transferencia de recursos, porque estos 140 mil millones es un número más o menos similar a lo que el gobierno perdía a partir de las distintas retenciones al agro ¿no?

EL: Sí claro, incluso el gobierno plantea que la reforma impositiva es neutra, pero como tiene que transferir una cantidad de dinero a la provincia de Buenos Aires porque como sabemos siempre fue esquilmada en los últimos 15, 20 años, eso sale de la reforma previsional. Fíjense que con la cantidad de fondos que le dan a la provincia de Buenos Aires para el año que viene –  que son 40 mil millones y prometen 65 mil millones para el 2019 – prácticamente la reelección de la gobernadora Vidal es un hecho, porque salvo que dilapiden todo ese dinero, es un hecho. Ahora, si se reelige la provincia de Buenos Aires, la reelección de Macri a nivel nacional es casi seguro que también, por el peso de la provincia. O sea en el trasfondo de esto hay una decisión política importante, que todo el empresariado avala. Aunque fíjense que en los diarios de ayer y de hoy ya hay ciertos empresarios que empiezan a decir que la reforma impositiva tiene que ser más rápida de lo que está planteado.

 

ELM: Sobre eso; dos dudas, por lo menos dentro de lo que desde Jujuy observamos. Lo que hace a la cuestión federal, veíamos primero, luego retrocedió, que avanzaba el gobierno por una serie de impuestos al vino, a las gaseosas azucaradas, al azúcar en general, a aquello que tenía, tiene y va a tener un impacto sobre las economías regionales. Pero a su vez también el pacto que firmó con los gobernadores supone una suerte de re-centralización, que nos hace recordar bastante a las reformas de mediados de los 90, cuando una parte importante de los recortes se descargaron sobre las provincias y las economías regionales.

EL: En realidad todos esos impuestos que el gobierno dio marcha atrás, yo creo que los colocaba para después volver a sacarlos. El gobierno es muy hábil en ese sentido, hace concesiones que ya están.

Había un dirigente sindical, German Abdala, que cuando hablaba de estas cosas decía “esto es griterío concertado”, que de un lado y del otro ya está todo arreglado. Ahora lo central es que obligó a los gobernadores a bajar ingresos brutos que es la principal recaudación de las provincias, -las provincias recaudan en conjunto por ingresos brutos casi cuatro puntos del PBI- eso es importante. En realidad lo que hacen es perder ingresos a favor de las empresas porque todo esto es una forma de transferir recursos a las empresas también ¿no? Ahora, de todas maneras el gobierno compensa eso por otro lado.

Si uno quiere tener un saldo político, el gobierno celebra porque con todo esto le demuestra al gran capital que tiene gobernabilidad y que es capaz de administrar la situación. Los gobernadores celebran porque lo que pierden por un lado lo reciben por el otro, las grandes empresas celebran porque van a pagar menos impuestos entonces su tasa de ganancia va a ser mejor, la CGT celebra porque el modelo sindical, el núcleo del modelo sindical no fue tocado. Acá los convidados de piedra son los trabajadores y los jubilados en todo esto, que nadie les ha pedido opinión.

Yo creo que lo que hay que analizar un poco también, es que toda esta gran ofensiva del capital no es producto de la fortaleza del sistema capitalista en el país, sino de su propia debilidad, está obligado a hacer esto porque no tiene salida de la crisis larvada. Fíjense que desde mediado de los años cincuenta, la primer crisis del primer peronismo, 52-55 para adelante, el capitalismo argentino tiene casi una imposibilidad de relanzar en un período de cierta duración el proceso de acumulación y reproducción de capitales. Siempre los ciclos expansivos de la economía son de 5 a 7 años, el kirchnerismo lo llevó a 10, lo cual no deja de ser un éxito. Pero después de un ciclo expansivo siempre viene una política de ajuste porque no hay fuerte proceso inversor, de ampliación de la capacidad productiva, etc. Todo esto se hace para ganar inversiones, pero hasta ahora las inversiones no llegan, nadie ha prometido nada.

Esto hay que ponerlo también en un contexto internacional, no hay inversiones en el mundo, el capital está sentado sobre una masa de capital financiero enorme y no invierte, todo es capital para la especulación, para la ganancia rápida, el retorno inmediato y nada más. En Estados Unidos se habla de huelga de inversiones. Fíjense que las grandes corporaciones norteamericanas tienen fuera de Estados Unidos 2,5 billones de dólares, – o sea son seis ceros más seis ceros, billones- y no los ingresan para invertir. Entonces Trump les ha propuesto una reforma impositiva que les dice “les voy a cobrar por única vez un impuesto del 10 % para que traigan parte de ese dinero y lo inviertan acá”, una prebenda formidable, y tampoco entran los capitales. Porque además en el mundo hay una capacidad instalada que supera la capacidad de demanda de productos terminados. Digamos, los países centrales altamente industrializados, pueden abastecer al mundo sin problemas, más ahora con China, que es la fábrica del mundo, entonces para invertir hay que invertir en ciertos nichos. Por ejemplo acá está creciendo la inversión en energías renovables, todo lo que sea solar, eólica, eso está creciendo, en Jujuy, en Mendoza, pero son inversiones mínimas. Pero además, lo dijo el ministro Aranguren apenas asumió, hoy es mucho más rentable invertir en renovables que en petróleo, entonces, ahí hay un nicho que seguramente los capitales internacionales obtienen buenas ganancias y por eso invierten en eso, pero no mucho más.

 

ELM: Hace rato hablabas de que va a haber un ahorro del Estado sacando planes sociales, a los jubilados etc ¿crees que el gobierno va a poder contener todo eso políticamente y sostenerlo?

EL: Bueno, acá vamos a ver que reacción hay ¿no? Es decir ¿los trabajadores van a dejar pasar esto sin mirar nada? ¿Están dispuestos como en los 90 a cambiar salarios o condiciones de trabajo por mantener el empleo? Como ha pasado por ejemplo en Vaca Muerta o pasó ahora en Tierra del Fuego, que cambian por mantener el empleo, cambian salarios y condiciones de trabajo. Hay que ver cuál va a ser la reacción. Acaba de haber una reacción ayer, anteayer, esta reunión de Luján, que se está hablando de que surge la CGT de Luján, donde hay una serie de gremios que están en la CGT, más las dos CTA, que están empezando a conformar un polo que vamos a ver qué pasa porque acá nosotros tenemos dos problemas: uno es la fragmentación que viene desde la década de los 90 que no se pudo resolver y que es producto de la lógica de acumulación y reproducción de capitales en esta etapa histórica, pero hay otro nivel de fragmentación que viene del campo del pueblo, la fragmentación en múltiples pedazos del movimiento obrero, de la izquierda, de los movimientos sociales y populares y si no se resuelve esta fragmentación va a ser difícil enfrentar todo esto.

Ahora al mismo tiempo el ataque es muy duro. Hay una cosa que nosotros hemos visto; este año empezó con una gran cantidad de movilizaciones la conclusión que podemos sacar es que cada vez que el movimiento obrero y los sectores populares fueron convocados por sus direcciones respondieron ampliamente, como fueron las concentraciones docentes, de la CGT, etc. Hasta ahora no se vio que esa potencialidad del movimiento obrero pudiera autoconvocarse sin esperar que las conducciones lo convoquen. Bueno, ahora hay un espacio que se abre a propósito de esto, que veremos qué es lo que sucede.

 

ELM: Sobre eso en particular leía, no hace mucho tiempo, que la fragmentación actual del peronismo, tiene, por lo menos según estos analistas, y en lo que coincido, un carácter más estructural que coyuntural, digamos, está más ligado a una cuestión de largo plazo, y luego leía a otro analista que algo similar pasaba hacia adentro de la CGT, o sea como si ambas cosas fueran producto de una adecuación a una nueva realidad de lo que fue el movimiento peronista y la llamada columna vertebral que era la CGT ¿Qué opinión le merece esto?

EL: Por lo general yo diría que el peronismo siempre fue una dirección burguesa y burocrática; y una base obrera y popular, y la argamasa de todo eso siempre fue el movimiento obrero que era la columna vertebral del peronismo. Ahora, en los últimos treinta años la dirección burguesa se va separando cada vez más de la base obrera y popular, entonces al dejar de ser el movimiento obrero la columna vertebral, el peronismo se convierte en un organismo invertebrado. Entonces vemos que hay múltiples facciones internas y esto replica también al interior de la CGT. Hoy el triunvirato podría ser lo que nosotros decíamos en los 80, los participacionistas o colaboracionistas, están jugando ese papel. Ahora, por ejemplo, esta cosa que está apareciendo en Luján, la CGT Luján, ¿será un “revival” de la CGT de los argentinos? Tenemos que ver. Hay fraccionamientos burocráticos, al ir al interior de la burocracia hay fracciones y discusiones, hay que ver cómo se resuelve esto, es un proceso dinámico, hay que ver también que ya no es como antes, la izquierda tiene cierto peso en el movimiento obrero, no es un peso decisivo que pueda inclinar la balanza, pero sí tiene un peso cuestionador y que empuja cosas, también hay que poner eso en la balanza, hay que medir toda esa fuerza. Está en movimiento, yo no tengo demasiado contacto con bases obreras, pero yo creería que hoy hay un gran debate en todas las fábricas en todos los lugares de trabajo, en los colegios,  en las oficinas, la gente está hablando, tiene que estar hablando de estas cosas, porque le va mucho en juego ahí adentro. Yo aspiro por lo menos a que haya ese debate, y si existe, que en algún momento golpee a las direcciones. Ahora con la premura con la que está avanzando el gobierno de Macri, este golpe a las direcciones va  a tener que ser más rápido, no tiene mucho tiempo de procesamiento, digamos, porque lo quieren aprobar todo antes del 10 de abril, así que no hay mucho tiempo.

 

ELM: Sobre eso era justamente la última pregunta. Hace poco nos alertaba un compañero de que Marcos Peña decía, hay que tirar doce balas porque pueden parar solo una. Hay una estrategia también política, podríamos decir, de mandar todas las reformas juntas como forma de desconcentrar o de dispersar a la resistencia ¿no?

EL: Sí puede ser, pero a mí desde acá las tres reformas están tan unidas que esto más que dispersar concentra. Si va a haber una oposición real más que dispersarla la concentra, porque van las tres reformas juntas me parece, no es como en otro momento que se pueden escindir las cosas. Vamos a ver cuál es el estado de ánimo de la gente con la situación, qué va a pasar con los cuadros intermedios de la CGT,  si van a recuperar autonomía o van a seguir dependiendo de ciertas direcciones del peronismo, que no dan muestra de querer dar ninguna pelea que no sea, como en el caso del kirchnerismo, al interior del Parlamento. Y esto realmente no se gana en el Parlamento, esto se gana por fuera, porque en el Parlamento no hay dirigentes obreros, no hay modo de dar pelea, esto se gana afuera, hay que estar dispuesto a moverse en las calles, así que veremos cómo va esto, no hay que perder las esperanzas. La situación no es fácil, pero hay que decir también que la crisis es el heraldo de los buenos tiempos, entonces habrá que salir a disputarle al gobierno y a todas estas facciones de la burguesía los nuevos tiempos que se vienen.


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